
China será, con diferencia, el país que más aportará al crecimiento económico de la próxima década. Entre 2015 y 2025, aportará 14,4 billones de dólares al crecimiento mundial, el 21% del total, más del doble de la contribución de Estados Unidos, 4,6 billones de dólares, el 10% del total, según un informe realizado por Natixis dirigido por la Economista Jefa del Área Asia Pacífico, la española Alicia García Herrero.
Pero EEUU no sólo perderá peso en su aportación al crecimiento, también quedará relegada a un tercer puesto, pues India, detrás de China, aportará 8,3 billones de dólares, con una contribución del 18% al crecimiento mundial. La Unión Europea pasa al cuarto lugar, con 2,7 billones de dólares, el 6% del crecimiento mundial. Japón pierde peso, pues sólo contribuirá con 0,4 billones de dólares y se verá superado por países como Indonesia (2,1 billones), Filipinas (0,63 billones), Corea del Sur (0,62 billones), Alemania (0,58 billones) o Myanmar (0,49 billones), según el informe de Natixis.

Sin embargo, a pesar de la transcendencia de China, la pujanza de otras economías emergentes asiáticas reducirá el peso relativo del gigante mundial. Según un informe de KPMG, durante el pasado año 2017 China contribuyó con el 30% del crecimiento global, inferior al 31,5% del año 2016. Aun así, el pasado 2017, la contribución de China al crecimiento mundial fue equivalente a la aportación de Estados Unidos, la eurozona y Japón juntos.
Respecto a la guerra comercial que mantienen actualmente las administraciones de Donald Trump y Xi Jinping iniciada tras la decisión de Washington de establecer aranceles a productos chinos por valor de 50.000 millones de dólares y la respuesta en la misma cantidad de China sobre las importaciones procedentes de Estados Unidos, Natixis elabora un análisis de los sectores europeos que podrían salir beneficiados.
El banco de inversión francés realiza un ejercicio de simulación para determinar qué sectores europeos podrían ocupar los huecos que dejarían las empresas estadounidenses si se retiraran totalmente del mercado de Chino, y de manera recíproca, el vacío ocasionado por la marcha de las empresas chinas del mercado estadounidense.
García Herrero reconoce que es una hipótesis muy teórica, pues por un lado, no cabe pensar en una fase tan aguda de la guerra comercial, pero por otro, hay que considerar la capacidad de la industria europea, en numerosos casos incapaz de cubrir las ventas que se abrirían en ambos mercados.
Tras esa salvedad, el análisis diferencia entre el primer lote de aranceles -ya establecido, de 50.000 millones de dólares en ambas direcciones- y un segundo, en fase de amenazas, por valor de 200.000 dólares. La principal conclusión es que dada que la estructura productiva de EEUU y la de UE son similares, las mayores oportunidades se abrirá en el mercado chino, pues sería más factible sustituir las exportaciones estadounidenses. En el caso del primer lote, a las multinacionales europeas se le habrá un mercado que Natixis cifra en 30.000 millones de dólares, y entre los sectores más beneficiados cita al de aeronaves, la industria del motor, el sector químico básico y productos químicos, así como plásticos.
En el mercado americano, Natixis calcula unas oportunidades de 39.000 millones de dólares.