Economía

China crece al ritmo más lento desde la Gran Recesión en plena guerra comercial

  • La producción industrial se debilita, a pesar del aumento de las ventas minoristas
Imagen: Dreamstime.

En un momento en que Estados Unidos grava más de la mitad de los productos chinos que entran en el país y Pekín hace lo propio con el 85 por ciento de las importaciones estadounidenses, el gigante asiático ha mostrado los primeros síntomas de fatiga.

Según los datos oficiales dados a conocer el viernes, la segunda economía del mundo creció entre los meses de julio y septiembre al 6,5 por ciento, dos décimas menos que los tres meses anteriores, y su expansión más tímida desde el primer trimestre de 2009. De acuerdo con la radiografía oficial, el crecimiento de la producción industrial y el consumo se debilitaron en el tercer trimestre, mientras que las exportaciones se mantuvieron a pesar de las presiones arancelarias con EEUU.

Así, la producción de las fábricas chinas se debilitó a un 5,8 por ciento en septiembre respecto del año anterior, mientras que la inversión en activos fijos se expandió un 5,4 por ciento en los primeros nueve meses del año. Las ventas minoristas aumentaron un 9,2 por ciento en septiembre respecto del año anterior, tras varios meses de tímido crecimiento. Aún así, cabe recordar que las ventas de coches en el país registraron la mayor caída en casi siete años, según datos de este mes.

"Estos datos demuestran que la economía china se está enfriando", señala Chang Liu, economista de Capital Economics, añadiendo que "se necesitará una mayor política acomodaticia para estabilizar la situación".

Precisamente, el gobernador del banco central, Yi Gang, así como reguladores de la Administración de Xi Jinping, como Guo Shuqing y Liu Shiyu, intentaron contener los ánimos de los inversores asegurando que las valoraciones en los mercados no están en línea con los fundamentos económicos.

"Tanto Liu He, el principal responsable económico del Gobierno, como el gobernador del banco central prometieron apoyo al mercado por lo que la perspectiva de un renovado estímulo fiscal y monetario es bienvenido dado los vientos en contra que enfrenta la economía", reconoce Craig Botham, economista de mercados emergentes de Schroders.

Bothan, sin embargo, considera que los funcionarios chinos cuentan con un margen de actuación mucho más limitado de lo que parece. "Los temores sobre la estabilidad financiera y el desempleo generarán estímulos adicionales, pero que los funcionarios se mostrarán reacios a comprometerse con un paquete de medidas tan sólido como los mercados esperan. Esto sugiere más agitación en el mercado y más presión sobre el yuan", avisa.

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