Economía

Antonio Garamendi, presidente de la CEOE

Antonio Garamendi Lecanda

Podría decirse que Antonio Garamendi Lecanda (Getxo, 1958) ya quería ser presidente de la CEOE de pequeñito, si no fuese porque la organización de empresarios española se fundó cuando tenía 20 años. Pero ya para entonces tenía el gusanillo del asociacionismo empresarial y, desde entonces, toda su carrera se ha ido encaminado hacia este fin.

El presidente de la CEOE desde ayer a las 11.24 horas encaja en el paradigma de Neguri: estudió Derecho en la Universidad de Deusto y entronca con varias de las familias de industriales y armadores vascas de más abolengo.

Él mismo recordó ayer que ya su bisabuelo fue empresario, "llevó el ADN de la empresa y los empresarios". Su familia y la de su mujer, matizó. Entre sus apellidos, Aldecoa, el segundo de su padre –Rafael Garamendi Aldecoa–, que entre otros cargos fue presidente en los últimos coletazos de la naviera Marítima del Nervión, negocio de la familia, y consejero en industrias como Tubos Reunidos y Aldecoa. Aunque su familia, por la rama Garamendi, dejó también impronta en las fachadas de Bilbao y Getxo, donde su bisabuelo y abuelo fueron reputados arquitectos en la primera mitad del siglo pasado, construyendo los hogares de los nuevos industriales vizcaínos.

Su biografía oficial resalta que desde muy joven se dedicó al mundo de la empresa, en una triple vertiente: negocios familiares, proyectos iniciados por él mismo (pequeñas y medianas compañías, como dijo ayer) y presencia en los consejos de administración y consejos asesores de grandes empresas.

Ha ocupado cargos en La Equitativa, consejero delegado de los seguros de Bankoa, presidente de Handyman y del Grupo Negocios (de lo que habla generalmente con los periodistas), o consejero en empresas como Babcock & Wilcox, Albura, Red Eléctrica (REE) y Tubos Reunidos, entre otros cargos. En la actualidad su actividad empresarial privada se centra en los sectores del metal, construcción, inmobiliario, seguros y hostelería, participando como accionista o consejero en distintas empresas.

Pero mayor notoriedad le ha dado su carrera en organizaciones empresariales. Se inició con la fundación de la Asociación de Jóvenes Empresarios del País Vasco, de la que saltó a la presidencia de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (Ceaje), y de ahí, a la de la Confederación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios.

Pero ha compaginado su actividad nacional e internacional con el ámbito de su tierra natal. Ha sido miembro de la Junta Directiva de la Confederación Empresarial de Vizcaya, de la Comisión Ejecutiva del Metal de Vizcaya y de la Cámara de Comercio de Vizcaya. Dentro de la CEOE, ha desempeñado puestos de relevancia, como la presidencia de la poderosa federación del Metal, Confemetal, y su actual cargo –en el que cesa hoy– de presidente de Cepyme y vicepresidente de la CEOE.

Este es su segundo ataque a la presidencia de la patronal de patronos. En 2014 se enfrentó a Juan Rosell por el cargo y lo perdió por un escaso margen, de 33 votos. No importa. El vasco ha sabido hacer un buen tándem con el catalán, con el que ha trabajado codo con codo. Pero también ha desarrollado una intensa actividad ,que culmina con el éxito de hoy. En estos cuatro años, ha visitado las más de 200 asociaciones pertenecientes a la CEOE para ganarse su apoyo. Gran conocedor de la organización, sabe, y es su voluntad, que su mandato tiene que volcarse en dar más transparencia y, sobre todo, una mayor participación a los organizaciones adheridas en la gestión de la patronal.

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