
El repunte de la rentabilidad de la deuda italiana tras las nuevas previsiones de déficit para 2019 está empezando a impactar en la deuda de otro periférico, España. El bono a 10 años ha tocado máximos desde 2017 tras alcanzar un interés del 1,826% en el mercado secundario, aunque sigue lejos del bono italiano cuya rentabilidad está en el 3,5%. El caso de España tiene más parecidos con la situación de Portugal en 2015 que con la realidad que vive Italia.
Los economistas de Bank of America Merryll Lynch (BofAM) reconocen en una nota que sus clientes se han interesado por la situación de España, preguntando si el desenlace puede similar al de Italia. "Nosotros no estamos de acuerdo con esa comparación", aseguran desde BofAM.
España busca flexibilidad
Los economistas del banco estadounidense creen que algunos de los números del borrador del Presupuesto pueden ser cuestionables, pero al contrario que Italia, el Gobierno de España busca algo de flexibilidad por parte de Bruselas, "lo cual no es ni mucho menos el caso de Italia".
"En todo caso, encontramos similitudes con lo que ocurrió en Portugal después de las elecciones de 2015. Un partido de centro izquierda y otro partido de extrema de izquierda alcanzan un acuerdo que busca revertir algunas de las políticas que han dañado el Estado de Bienestar y elementos particulares de pasadas reformas estructurales", sostienen estos expertos.
Portugal lo ha hecho bastante bien bajo el Gobierno de la coalición de izquierda portuguesa. La economía ha crecido a niveles similares a los de la zona euro, algo que no era lo normal en los años anteriores a la crisis. Desde 2015, el déficit estructural se ha reducido desde el 2,3% del PIB en 2015 hasta el 1,1% a finales de 2018. Esto ha permitido que la deuda pública caiga desde el 133% del PIB hasta el 125% actual, gracias también al mayor crecimiento nominal del PIB.
El 'experimento' es peligroso
No obstante, según los expertos de BofAM existen algunas diferencias que podrían hacer que el experimento actual sea menos exitoso en España. Primero, el equilibrio de fuerzas en Portugal está mucho más claro, con la extrema izquierda ocupando solo un papel marginal en la coalición. Este no es el caso en España. "La extrema izquierda, Podemos, tiene una fuerza parlamentaria mucho mayor, lo que significa que las políticas pueden avanzar más hacia sus preferencias".
En segundo lugar, el QE (programa de compra de activos) apenas estaba empezando cuando se puso en marcha en Portugal una alianza de izquierdas, mientras que al Gobierno de España le quedan tres meses de QE. "La sensibilidad del mercado a los experimentos de política podría aumentar en un contexto de expectativas de tipos al alza".
Tercero, Portugal comenzó su "experimento" con una gran parte del ajuste fiscal estructural realizado. Según la Comisión Europea, el déficit estructural (el desequilibrio presupuestario sin tener en cuenta el ciclo económico) a finales de 2014, el año anterior a la formación del gobierno, se situó en el 1,8% del PIB. En España, de nuevo según la Comisión Europea, el déficit estructural se situó en el 3% a finales del año pasado y pasará al 3,3% al final del actual ejercicio. Eso, junto con el final de la QE, deja mucho menos espacio para los experimentos de políticas.
Sin embargo, España tiene la deuda pública en una posición más favorable. El Gobierno de Portugal tomó posesión con una deuda cercana al 130% del PIB, mientras que en España el nivel des del 98,8% del PIB. Aunque esto da algo de margen al gobierno socialista, el nivel psicológico del 100% está demasiado cerca y los mercados se están mostrando últimamente muy escrupulosos con los niveles de deuda y déficit, sobre todo ahora que la política del BCE empieza a ser menos expansiva.
Finalmente, la aritmética parlamentaria en España es ahora más complicada que en Portugal. El gobierno actual tiene 84 asientos (de 350) y requiere que varias partes aprueben un presupuesto y cualquier medida que lo acompañe.