
El presidente del Gobierno reconoció ayer ante sede parlamentaria que el borrador que ha enviado el pasado lunes a Bruselas con los datos macroeconómicos más destacados de los Presupuestos de 2019 no tendrá nada que ver con las Cuentas Públicas que aprobará en el Congreso, en el caso de que consiga aglutinar los apoyos necesarios.
En respuesta a Albert Rivera, líder de Ciudadanos, Sánchez admitió en la sesión de control parlamentaria que la senda fiscal remitida a la Comisión ha sido del 1,8%, y, sin embargo, los Presupuestos que el Grupo Socialista presentará ante las Cortes estarán cuadrados con la senda del 1,3%, "hasta tanto en cuanto esa senda sea revisada", dijo ayer el presidente.
Dicho de otro modo, rebatió Rivera, que el jefe del Ejecutivo ha mandado sin rubor a la UE un borrador de las Cuentas Públicas con "una senda que no existe", que es un "fake", o como reforzó en ese sentido el presidente de los populares, Pablo Casado, que Sánchez ha cursado a Europa, por primera vez en la historia, un borrador de unos presupuestos "ilegales", pues no llevan el techo de gasto aprobado.
Y es más, señaló Casado, que cuando tuvo ocasión de rectificar la senda y presentar un nuevo objetivo, no solo no lo hizo, sino que intentó hurtarle la competencia al Senado, según se desprende de la actual Ley de Estabilidad Presupuestaria.
¿Un fallo del cálculo?
La ofensiva parlamentaria anticipada por PP y Ciudadanos, centrada en impedir que unos Presupuestos de este cariz salgan adelante en las Cortes españolas, fue ayer justificada por la oposición también por el fallo del cálculo de las cuentas que constata el borrador presupuestario.
Ayer se conoció que el Gobierno dejará de ingresar lo previsto por la subida del SMI a los empleadores autónomos. Según cálculos de la formación naranja, esta cantidad ronda los 1.000 millones de euros. Y no sería el único descuadre.
El PP observa cómo el lunes Moncloa confirmó en rueda de prensa una recaudación extra de la Seguridad Social de 2.000 millones de euros, aunque en el documento enviado por la tarde, la cifra se quedaba en 1.500 millones.
En opinión de la titular de Hacienda, María Jesús Montero, estos vaivenes contables relacionados con la aplicación de una senda fiscal, y no otra, amén de lo inflados que vienen algunos ingresos, "apenas tendrán incidencia, una décima para la Administración Pública y cuatro décimas entre las CCAA y la Seguridad Social".
Es decir, que al Gobierno le costará mucho esfuerzo cambiar unos PGE por otros, si la coyuntura obliga a someterlos a la senda fiscal del 1,3%, que fue la que firmó Rajoy ante la UE.
Lejos de esta teoría económica, PP y Cs han llegado a estimar un desfase de entre 5.000 millones y 6.000 millones menos en ingresos, si a la postre las cuentas tienen que ser aprobadas con la senda fiscal del 1,3%, y no con las del 1,8%. De ser así, teme la formación naranja, "¿a quién le va a meter el Ejecutivo el sablazo fiscal?" para que le cuadren las cuentas públicas, se preguntó Albert Rivera.
Habrá retoques
Frente a este desfase, el Gobierno dirigió otro mensaje político, esta vez a Podemos -cuyo líder se reunirá con Oriol Junqueras en la cárcel de Lledoners para dar los primeros pasos de negociación con Esquerra-, dejándole ver a Pablo Iglesias que los Presupuestos pactados están todavía en fase de negociación, y por tanto serán objeto de remodelaciones y retoques.
En efecto, eso es lo que persigue el PNV -con quien Hacienda ya se ha puesto en contacto-. Los nacionalistas están preparados para "garantizar la estabilidad" del Gobierno, pero recordando al Ejecutivo, que un apoyo como éste no saldrá gratis. Además, los jeltzales no ven con buenos ojos la subida impositiva, aunque a ellos no les afecte del mismo modo al tener tributos propios.
En esta ceremonia de la confusión entre lo enviado a Bruselas y en lo que quedará el texto presupuestario, si es aprobado en marzo -fecha en la que se calcula que podría salir publicado en el BOE, aunque entrará en el Congreso tras el puente de diciembre-, ayer, la ministra de Economía, Nadia Calviño, pidió al Senado que facilite la aprobación de la senda de déficit que contempla un déficit del 1,8% en 2019, frente a la actual heredada de Mariano Rajoy. Confiada, Calviño adelantó que espera recibir esta semana una carta de Bruselas con la evaluación preliminar del plan presupuestario de 2019.