Economía

Cuatro millones de alemanes viven con un trabajo precario y sube el riesgo de pobreza

  • Los llamados 'minijob' incentivan la pobreza y la marginación laboral
Mecánico en un taller de la región del Ruhr, Alenia. Alamy.

Tras unas cifras cercanas al pleno empleo, el brillante mercado laboral alemán esconde un creciente número de trabajos precarios, según datos aportados por la Fundación Hans Böckler. De acuerdo con esta entidad, cerca de cuatro millones de alemanes tienen trabajos sin perspectivas, con salario bajo y un deficiente seguro social.

El grupo más afectado por la precariedad es el de las mujeres en la edad más productiva y con hijos. El estudio que se basa en datos de los años 1993 hasta 2012, destacó que el salario mínimo de 8,50 euros por hora impuesto en la pasada legislatura es muy importante pero no puede resolver todos los problemas.

Los investigadores abogaron por una mejor distribución de la riqueza y una mayor regulación del mercado laboral. En esta línea, y según cifras de la Oficina Federal de Estadística, un 21,4% de los ocupados en Alemania percibieron en 2014 un salario bajo, es decir de menos de 10 euros por hora. Asimismo, un informe sobre "La calidad del trabajo" confeccionado por la misma entidad señaló que un 29,2% de los cargos jerárquicos estaban ocupados por mujeres en 2017, una cifra muy por debajo de la cuota de mujeres en el conjunto de los trabajadores.

Hace 20 años, un 26,6% de los directivos eran mujeres, datos que ofrecen una realidad paralela de la primera potencia europea. "El riesgo de pobreza va en aumento y la desigualdad ha aumentado desde la crisis financiera de 2007", señaló Johannes Becker, director y profesor del Instituto de Economía de la Universidad de Münster.

Los trabajadores, que se encuentran en condiciones laborales inestables culpan a la controvertida Agenda 2010, un paquete de reformas sociales y laborales que creó el excanciller Gerhard Schröder.

Para algunos, estas normas permitieron la reactivación de la economía alemana. Entre ellas, los conocidos como minijob; unos empleos que tienen un límite de remuneración que no está sujeto al pago de cotizaciones y que está fijado en 450 euros al mes, por lo que para muchos incentiva la pobreza y la marginalidad laboral.

Al lado de la pujanza económica, existe un lado que se asienta en desequilibrios económicos y sociales que por ahora no gozan de gran visibilidad, pero que pueden convertirse en el mayor adversario para el gobierno. Así, parejo al 5,2% de tasa de paro convive el incremento, y de forma significativa, del número de trabajadores en riesgo de pobreza y el repunte de la cifra de pluriempleados.

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