Economía

Trump acusa a China de manipular las legislativas ante su golpe arancelario

  • Pekín reducirá los aranceles impuestos desde el 9,8% a 7,5% en 2018
Donald Trump, durante su intervención en el Consejo de Seguridad de la ONU.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó al Gobierno de Xi Jinping de "intentar interferir" en las elecciones legislativas prevista para el próximo 6 de noviembre, durante su discurso el miércoles en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Un hecho que el republicano ligó directamente con la guerra comercial que enfrentan las dos mayores economías del mundo, que desde el pasado lunes tasan con gravámenes que oscilan entre el 5 y el 25%. En el caso de EEUU son ya más de 253.000 millones de dólares de bienes chinos, más de la mitad de los que entraron el año pasado en el mercado estadounidense, los que enfrentan aranceles mientras que Pekín ha hecho lo propio con el 85% de las importaciones estadounidenses.

"No quieren que yo, o nosotros, ganemos porque soy el primer líder de este país en retarles en materia comercial", justificó el mandatario, presidente a su vez del Consejo de Seguridad .

El presidente Xi Jinping no asistió a la reunión del Consejo de Seguridad, pero el representante chino en la sesión, el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, no dudó en negar las acusaciones del jefe del ejecutivo estadounidense. "No interferimos y no interferiremos en los asuntos internos de ningún país", aclaró. "Nos negamos a aceptar acusaciones injustificadas contra China".

Lejos de relajar las tensiones comerciales, Pekín dijo el miércoles que el Gobierno de Xi reducirá sus aranceles a importaciones de productos que incluyen maquinaria, equipos eléctricos y textiles a partir del 1 de noviembre y el nivel total de los gravámenes disminuirá hasta el 7,5% en 2018, desde el 9,8% en 2017. Dejando de lado el pulso con China, la comisaria de Comercio de la Comisión Europea, Cecilia Malmström llegó ayer a Canadá donde hoy seguirá haciendo balance del primer año del acuerdo de libre comercio entre el bloque europeo y Ottawa, comúnmente conocido como CETA.

Este acuerdo es un tanto para la Administración de Justin Trudeau, quien todavía debe determinar que ocurrirá con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA por sus siglas en inglés). El primer ministro canadiense incidió ayer que no tenía prisa alguna por renovar el acuerdo e indicó que era posible que los tres países que lo conforman fracasen a la hora de cerrar una nueva alianza, que debería completarse antes del 30 de septiembre.

Preguntado sobre los desafíos presentados por una amenaza de EEUU de aplicar aranceles a la industria automotriz, sostuvo que Canadá necesitaría sentirse confiado "sobre el camino a futuro mientras avanzamos -si lo hacemos- en un TLCAN 2.0", sostuvo.

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