Economía

El turismo de Barcelona aún arrastra las secuelas de los atentados del verano pasado

  • La ocupación hotelera baja cinco puntos este verano
  • Comercios y restaurantes también se han resentido
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El sector turístico de Barcelona ha vivido durante los últimos 12 meses la mayor prueba de fuego de su historia reciente. Además del atentado terrorista del 17-A, la ciudad ha sufrido durante el último año la inestabilidad política derivada del 1-O, brotes de turismofobia, el colapso del Aeropuerto de El Prat durante el verano de 2017 -que ha tenido una réplica menor este año-, la huelga del taxi que bloqueó el centro de la ciudad y el repunte de otros destinos turísticos en el norte de África, que durante más de un lustro habían prestado visitantes a sus competidores del sur de Europa por su propia inestabilidad.

Las cifras oficiales muestran que se ha evitado la catástrofe, pero que el sector ha perdido el ritmo de los últimos años. Barcelona recibió en julio de 2018 un 3% más de viajeros que el mismo mes del año anterior, según la última Coyuntura Turística Hotelera del INE, pero las pernoctaciones en la ciudad se redujeron un 1,2% en el mismo periodo. Las caídas más significativas se han registrado entre el turismo proveniente del resto de España, que ha disminuido un 6,3% en el número de viajeros y un 9,4% las pernoctaciones. Por el contrario, los viajeros extranjeros se han incrementado en un 5,2% en julio y sus pernoctaciones se han mantenido estables, con un crecimiento inferior al 1%.

Alojamiento a la baja

Con todo, el sector turístico ha vivido en carne propia los sucesos del último año. El director general del Gremio de Hoteles de Barcelona (GHB), Manel Casals, explicó a elEconomista que "ahora no estamos como hace un año", y cita como desencadenantes el 17-A, el 1-O, los actos vandálicos contra los visitantes y también "el discurso por parte de la Administración que pone en duda los beneficios del turismo para la ciudad". Casals estimó que la ocupación de los hoteles de la capital catalana se ha situado entre julio y agosto en el 80%, cinco puntos por debajo de la registrada en el mismo periodo de 2017. "También se ha reducido el número de reservas y se están dando mucho en la última hora", indicó.

"Cuando una empresa tiene un problema de reputación, lo normal es hacer promoción para recuperar su prestigio. La promoción es la clave para revertir esta situación y no se está haciendo la suficiente", lamentó Casals.

Por su parte, el presidente de la patronal de los apartamentos turísticos de Barcelona (Apartur), Enrique Alcántara, también coincidió con este diagnóstico: "Estamos peor que hace un año. Las ventas están siendo inferiores este verano que el anterior y, además, a un precio más bajo. No vamos bien", remarcó el presidente de la asociación, que estima que la caída de la facturación de los pisos turísticos oscilará entre un 5 y un 10% de media durante este verano. Alcántara apuntó que las administraciones han intentado revertir la pérdida de prestigio de la imagen de Barcelona a nivel internacional, pero lamentó que "no han acertado, ya que sus medidas no han dado resultado y no han logrado reforzar la imagen". El representante de los propietarios de apartamentos turísticos comentó que otros fenómenos como la degradación del céntrico barrio de Ciutat Vella -que ha sufrido durante los últimos meses la proliferación de los llamados narcopisos utilizados por los traficantes de drogas-, no ayudan a mejorar la imagen turística de la ciudad. Por último, Alcántara citó el problema de la turismofobia, que combina las agresiones a los visitantes con el discurso contrario al actual modelo turístico que se lanza desde determinadas fuerzas políticas y desde las instituciones municipales. "Este no es el mensaje acogedor con el turismo que nos gustaría escuchar", concluyó.

Comercio y restauración

Además del alojamiento, el comercio y la restauración han padecido la sacudida al turismo en la ciudad. El presidente de la asociación que agrupa a los establecimientos de los ejes turísticos comerciales de la ciudad -Barcelona Oberta-, Gabriel Jené, admitió que la situación está "muy cruda" después de los eventos del último año. "Hay una clara afectación en el shopping turístico, que es el último eslabón de la cadena den el consumo de los visitantes", apuntó Jené. El empresario lamentó que los atentados, la inestabilidad política y las huelgas han tenido consecuencias en los comercios, pero también para los restauradores, que "han sufrido mucho" durante los últimos meses, especialmente en el centro de la ciudad. El representante de los comerciantes apuntó a otro de los fenómenos que ha contribuido a la degradación de la imagen de Barcelona, el llamado top manta, la venta ambulante ilegal, y criticó la "inacción" del Ayuntamiento de la alcaldesa Ada Colau como una de las causas de la proliferación de los manteros.

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Comentarios 2

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Fernando
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Y no tiene nada que ver con el independentismo, ¡¡¡nada en absoluto!!!!

Puntuación 1
#1
Turismo
A Favor
En Contra

El descenso de las visitas a Barcelona es consecuencia directa del estado de inseguridad en la región, la violencia de los golpistas y el odio hacia el resto de españoles por parte del separatismo de la institución autonómica.

Puntuación 1
#2