
Los mercados ansiaban una buena noticia sobre los diferentes frentes que tiene abiertos Donald Trump con respecto a sus acuerdos comerciales y esta misma semana la han encontrado tras el anuncio realizado por Trump desde su Despacho Oval en el que, acompañado vía telefónica por su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, afirmaba haber logrado un nuevo acuerdo comercial bilateral con México para los próximos 16 meses que sustituya al actual Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés).
La reacción de los inversores no se hizo esperar. Los tres principales índices de Wall Street (Dow Jones, S&P500 y Nasdaq) cerraron la sesión del lunes con alzas de entre el 0,2 y 0,5% y el dólar retrocedió un 0,4% frente al euro. Resultados positivos pero no tanto como para olvidarse de que ésta es solo una de las tres batallas comerciales que mantiene abiertas la Administración Trump y cuyo impacto económico genera no poca incertidumbre -de hecho, la guerra comercial sigue siendo el mayor riesgo al que se enfrentan los gestores, según la última encuesta a gestores publicada por Bank of America-Merrill Lynch-.
"Si se completa, el acuerdo comercial entre los EEUU y México proporcionaría un alivio a los inversores en la región y, en cierta medida, también en todo el mundo. Sin embargo, persisten otras incertidumbres importantes y más polémicas, como la disputa comercial entre EEUU y China y la posibilidad -por ahora más remota pero aún real- de que el presidente de EEUU intente tomar medidas en las relaciones comerciales con al menos algunos Estados miembros de la UE", apunta Agnieszka Gehringer, analista senior del Instituto de Investigación de Flossbach von Storch.
El riesgo de que se impongan aranceles a las importaciones que provengan de países de la Unión Europea es remoto, pero no desdeñable, algo que quedó patente el viernes, cuando Donald Trump explicó en una entrevista a Bloomberg que las políticas comerciales de la Unión Europea "son casi tan malas como las de China". Eso sí, podría ser, de nuevo, una estrategia de negociación al más puro estilo Trump, golpeando fuerte al principio, para posteriormente relajar su postura. Hay que tener en cuenta que, según explican desde Allianz Global Investors, "China parece ser el objetivo principal del presidente Trump, y no México, Canadá ni la Unión Europea".
Por el momento, Canadá ha quedado al margen del acuerdo comercial
Además de que todavía hay riesgos que pueden empañar los beneficios que puede generar el nuevo acuerdo comercial entre EEUU y México, la posibilidad de que este termine sin implementarse es una de las razones de que el pacto bilateral haya pasado con más pena que gloria por el mercado. Conviene recordar que para que ese acuerdo se convierta en realidad se necesita del apoyo de un Congreso del que no se conocerá su resultado hasta dentro de 90 días o, lo que es lo mismo, casi a la vez de que se celebren las elecciones de mitad de mandato que tienen lugar a principios de noviembre en EEUU y en las que se espera que los republicanos pierdan peso en la cámara de representantes. "Las encuestas sugieren que los demócratas podrían recuperar el control del Congreso por lo que es improbable que veamos una desaceleración en las tensiones comerciales antes de las elecciones. Trump necesita el voto de los grandes republicanos y un discurso duro sobre el comercio puede ayudarle a conseguirlo", apunta James Smith, economista de mercados desarrollados de ING.
Además, hay que tener en cuenta que, de momento, Canadá se ha quedado al margen del nuevo tratado lo que reduce los niveles de exaltación por el impacto del mismo.
Eso sí, la gran incertidumbre que eclipsa ahora el impacto positivo que pueda tener el nuevo Nafta sigue siendo China. Los gestores ya lo dejan claro en la encuesta de Bank of America-Merril Lynch, y muchos analistas y estrategas lo confirman: "Al margen de los titulares positivos sobre el Nafta, las relaciones entre Estados Unidos y China no están yendo a ningún lado. La delegación china sobre el comercio abandonó Washington sin conseguir nada. Hasta que el presidente Xi visite Estados Unidos a finales de otoño probablemente vamos a escuchar mucho ruido de sables entre los dos países, respecto al comercio. Así, vemos cierto movimiento positivo en el frente mexicano, pero muy poco en el chino", explica Dave Lafferty, estratega jefe de mercados en Natixis Investment Managers.
Aitor Mendez, de IG, destacaba esta semana cómo "el acercamiento de posturas entre Canadá y su vecino para alcanzar un acuerdo a tres bandas con México sirve de bálsamo a las bolsas norteamericanas, pero no así a las del resto del mundo, que ven cómo la guerra abierta entre las dos primeras potencias económicas supone un riesgo real para el crecimiento global".
Eso sí, también hay quien piensa que el acuerdo con México puede ser el primer paso que termine desbloqueando el enredo con Europa, e incluso con China. Es el caso de Ward McCarthy, economista jefe de Jefferies, quien destaca que "si el Nafta (o como quiera llamarlo el presidente Trump) se termina acordando e implementando, pondrá presión en Europa para tener discusiones comerciales" con Estados Unidos. El experto añade que "si el dominó comercial termina encajando, esto aumentará la presión a China para que también alcance un acuerdo".
La crisis de la lira turca y del peso en Argentina han lastrado a los mercados en los últimos días
El acuerdo comercial es una buena noticia, pero no todo lo que ha ocurrido durante los últimos días ha sido positivo para los mercados: la crisis de la lira en Turquía y, más reciente, del peso en Argentina, han eclipsado el anuncio del pacto entre los dos vecinos norteamericanos, apareciendo como dos grandes focos de incertidumbre que se suman al auge del proteccionismo.
No se debe infravalorar el impacto que pueden tener los problemas de los mercados emergentes para la economía global, y para el sentimiento del mercado, y los problemas para los emergentes tienen un nombre propio: el dólar. Maria Musiela, gestora de Unigestion, señala cómo "aunque muchos países han mejorado desde 2012, un dólar estadounidense más fuerte todavía puede ser un problema", teniendo en cuenta que "la mayor parte de países emergentes tiene déficit por cuenta corriente y requieren financiación externa, acumulando la mayor parte de su deuda externa en dólares", explica.
El nuevo Nafta tendría un impacto positivo a largo plazo para la economía de EEUU
Las tensiones comerciales hacen temer a los mercados por la posibilidad de que terminen generando un frenazo en el crecimiento económico. Por ello cabe preguntarse si el nuevo Nafta tendrá un impacto económico significativo. Ward McCarthy destaca cómo "si termina habiendo acuerdo, ayudará a incrementar el PIB de Estados Unidos a largo plazo, y probablemente aumentará la inflación al incrementarse los costes laborales y los costes de manufacturas. Lo que ocurra después dependerá de posibles acuerdos con la Unión Europea y con China". Eso sí, el experto considera que tratar de prever el impacto económico del acuerdo es todavía "muy complicado".
Agnieszka Gehringer considera "probable" que "el impacto global en el PIB sea muy limitado, dado que la renegociación de acuerdo tiene más por objeto reestructurar los flujos comerciales bilaterales que aumentarlos. El PIB de EEUU se mantendría prácticamente invariable a corto plazo, dado que el impacto positivo en la balanza probablemente se vería neutralizado por el negativo en el consumo interno.
A largo plazo podría esperarse un impacto positivo, siempre que los fabricantes de automóviles cumplan las promesas de Trump de producir más coches en EEUU". La experta también cree que "el impacto que puede tener el acuerdo en la inflación debería ser mínimo, ya que los precios de importación podrían aumentar en algunos productos, como los coches, pero no hay razón para creer que las presiones inflacionistas sean generalizadas", algo similar a lo que respecta a los salarios: "Si la producción de coches en EEUU aumentara como resultado del acuerdo, podría haber algún impacto positivo en los salarios del sector, y probablemente en el de los proveedores de automóviles". Gehringer considera "mucho más probable que se produzca un incremento debido a una presión salarial en toda la economía a causa del recalentamiento de EEUU, más que por las consecuencias comerciales específicas de cada sector", explica.
Goldman Sachs apuesta por el transporte
Desde el banco estadounidense no esperan que el 'nuevo Nafta' tenga "efectos significativos" en el aspecto macro, pero avisan del impacto positivo que puede tener en el sector del transporte. La firma explica que "si el mercado fuese a leer la resolución del Nafta como algo positivo para las tensiones comerciales globales, vemos el mayor potencial para las firmas de paquetería, UPS y FedEx. Creemos que ambos valores sufrieron presión en junio y julio por las tensiones con China". El banco no descarta que el mercado pueda considerar el éxito con México como un ejemplo para otras negociaciones".