
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha anunciado este viernes que el Ejecutivo comunitario propondrá la eliminación del cambio de hora bianual en toda la UE, alegando que es lo que han reclamado más del 80% de los 4,6 millones de ciudadanos europeos que han participado en una consulta pública sobre esta cuestión. Pero ¿qué trámites tiene que sortear la medida?
Tras la propuesta de la Comisión Europea, teniendo en cuenta las peticiones de la sociedad civil y los Estados miembros, debe pasar al Parlamento Europeo, donde se revisará la medida. Posteriormente, el acuerdo deberá ser ratificado por los estados miembros de la Unión, englobados en el Consejo Europeo.
En cualquier caso, la eliminación del cambio horario "no es algo inmediato, llevará tiempo", según fuentes comunitarias, ya que todavía no hay una fecha concreta para la presentación de la propuesta, y una vez esté sobre la mesa, la Eurocámara y los Estados miembros entrarán en negociaciones para llegar a un acuerdo sobre la modificación de la normativa actual. Por lo que las mismas fuentes esperan que el próximo octubre habrá cambio al horario de invierno.
El Ejecutivo comunitario anunció a principios de julio la puesta en marcha de una consulta en línea que se cerró el pasado 16 de agosto y que planteaba dos posibilidades: mantener el sistema actual de cambio de hora bianual en toda la UE, o abolirlo en todo el territorio comunitario. La Comisión ya ha advertido, no obstante, de que no impondrá a los Estados miembros la franja horaria a la que deben acogerse.
La iniciativa de Bruselas llega tras una resolución aprobada en febrero por el Parlamento Europeo que pedía "reevaluar las consecuencias en la salud" del cambio horario y valorar su posible supresión. Dicha resolución reconoce que no existen pruebas científicas concluyentes pero recalca que sí hay indicios que apuntan al efecto pernicioso del sistema actual. Asimismo, Finlandia y grupos de ciudadanos también han pedido al Ejecutivo comunitario la abolición del cambio.
La Comisión, en cualquier caso, no se plantea romper la armonización que existe desde el año 2001 por la cual los 28 Estados miembros de la UE cambian su hora a la vez en marzo y en octubre, ya que si los países se inclinasen de manera unilateral por una u otra opción perjudicaría el funcionamiento del mercado interior, entre otras cuestiones.