Economía

El invierno demográfico del noroeste: 15 provincias tienen menos habitantes que hace 40 años

  • Ourense, la provincia más envejecida, ha perdido el 28% de población
  • Madrid, el arco mediterráneo y las islas siguen atrayendo habitantes
Imagen de EFE
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Hace 40 años, España tenía poco más de 38 millones de habitantes. Hoy son prácticamente 10 millones más, lo que da un incremento medio de la población de unas 250.000 personas al año. La natalidad de un país joven en un primer momento y la llegada de inmigrantes después elevaron con fuerza la población española, pero con grandes diferencias territoriales. Mientras que algunas provincias no hacían más que sumar habitantes, otras 15 no han hecho más que perderlos y tienen ahora menos población que hace 40 años.

El peor balance lo tiene Ourense, con 122.000 habitantes perdidos en los últimos 40 años, es decir, el 28% de los que tenía en 1978. Lejos de mejorar en los últimos tiempos, la provincia ha perdido 16.000 ciudadanos en los últimos 15 años, de los que más de 2.000 corresponden al año 2017. No es de extrañar que la provincia sea la que peor saldo vegetativo tenga de todo el país: perdió nueve habitantes de cada mil el año pasado. Tampoco sorprende que sea la más envejecida, con una edad media que supera los 50 años.

Ourense es el caso extremo del invierno demográfico que asola a buena parte del noroeste y del interior español. La vecina Zamora ha perdido más de 70.000 habitantes en los últimos 40 años, el 26% de los que tenía en 1978, y la edad media de sus ciudadanos también supera el medio siglo. No es de extrañar que ambas se sitúen a la cola de la natalidad, con 901 niños nacidos en Zamora y 1.641 en Ourense.

Lugo también ha perdido casi el 20% de su población en los últimos 40 años y ahora nacen menos de la mitad de los niños que nacían entonces. Zamora, Cáceres, Salamanca, Ávila, Palencia, Cuenca, Teruel, Vizcaya, Soria, Jaén y Burgos completan la lista de provincias con menos habitantes ahora que en 1978. Todas ellas con características similares: población envejecida, caída de la natalidad y emigración hacia otras provincias.

Frente a ellas, otras provincias ganan población año a año. Madrid ha crecido casi un 50%, elevando en más de dos millones su cifra de habitantes. Barcelona ha ganado un millón, creciendo más de un 27%, aunque es el arco mediterráneo el que ha mostrado mayor incremento. Baleares tiene ahora un 88% más de población que hace 40 años, mientras que Almería, Málaga y Alicante rondan subidas del 70%. Las Palmas, Girona, Tenerife, Tarragona y Murcia también han visto crecer su población más de un 60%. Además de Madrid, sólo una provincia del interior ha ganado población a este ritmo: Guadalajara (+78%).

Esta tendencia a que se vacíen el interior y el noroeste con destino a Madrid, el arco mediterráneo y los archipiélagos no se ha frenado en los últimos años. Al contrario, el pasado año, el padrón español registró una ganancia de 227.000 personas por variación residencial, con un saldo muy diferente para unas y otras provincias.

Las grandes ciudades y las islas fueron las que más habitantes ganaron fruto de estas "mudanzas", atraídos seguramente por las oportunidades laborales. Según las cifras del INE, Madrid sumó por las migraciones interiores 72.031 personas, seguida de Barcelona (48.666), Valencia (15.753), Baleares (18.844), Santa Cruz de Tenerife (15.953) y Las Palmas de Gran Canaria (9.224).

Frente a ellas, otras provincias viven un constante invierno demográfico desde hace años. Ciudad Real vio cómo casi el 0,9% de su población (4.390 personas) hacía las maletas rumbo a otra provincia de España. Jaén, con casi 4.000 personas mudándose a otra provincia, y Córdoba (-2.500 habitantes) completan la "huida" desde las provincias del interior. También las dos provincias de Extremadura ven cómo se han marchado de la comunidad más de 3.000 personas.

En los últimos años son las mismas provincias las que han visto marcharse a sus habitantes son las mismas ejercicio tras ejercicio

Esta situación no es nueva, ya que en los últimos años son las mismas provincias las que han visto marcharse a sus habitantes son las mismas ejercicio tras ejercicio. Las cinco (Ciudad Real, Jaén, Córdoba, Cáceres y Badajoz) llevan desde 2012 perdiendo población por cambio de residencia año tras año. Lo mismo sucede en Cádiz, que ha perdido más de 7.000 habitantes en los últimos seis años.

Todas ellas tienen una nota en común: una tasa de paro más alta que la media. Ciudad Real tiene al 23% de su población activa desocupada, mientras que Jaén llega al 22,5% y Córdoba supera el 25% de desempleo. Badajoz supera estas cifras, con un 28%, y Cádiz es la provincia peninsular con mayor tasa de paro (31%), sólo por detrás de la ciudad autónoma de Melilla.

Si sólo prestamos atención a las variaciones de residencia interiores, es decir, no tenemos en cuenta las personas que van o vienen desde el extranjero, la diferencia entre provincias es similar. Jaén perdió más de 4.000 residentes en 2017, mientras que más de 3.000

abandonaron Sevilla, Cádiz y Córdoba. Cáceres, Badajoz y Granada menguaron en más de 2.000 ciudadanos y también provincias de la meseta norte, como León, Ávila o Zamora, perdieron más de 1.000 habitantes por cambio de residencia.

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