La empresa española ha madurado en los años de la crisis teniendo que buscar infinitas fórmulas de subsistencia ante el derrumbe de los estándares de consumo, y cada vez son más las que buscan prosperidad para sus negocios más allá de las fronteras de nuestro país. Muchos de ellos lo hacen, concretamente, en Latinoamérica. En este punto, la internacionalización -es decir, la implantación de un negocio en una región exterior al margen de las operaciones de exportación- se presenta como el proceso más apropiado para conseguir retornos de una cierta actividad profesional fuera del hábitat cotidiano.
El cambio de tendencia en el modelo de crecimiento económico de España también apunta a una mirada internacional. En el pasado año se alcanzó el récord de 161.000 empresas nacionales que realizaron alguna exportación de bienes y servicios, aunque solo 50.000 de estas compañías lo hicieron de forma recurrente. Esto ha supuesto que en 2017 el 34% del crecimiento del PIB corriese a cargo del sector exterior, al igual que ocurre con el 11% del avance registrado en los últimos nueve años.
Más allá, estos datos de comercio exterior permiten observar una resiliencia de la actividad empresarial a las contingencias e incertidumbres que asolan el panorama económico y financiero global. Sin ir más lejos, este despertar del afán exportador se produce en un entorno delicado, con una guerra comercial y arancelaria entre Estados Unidos y China, y que tendrá su impacto colateral en el resto de economías, en ciernes, y con una auge de políticas proteccionistas liderado por el presidente Donald Trump.
Además, en el caso de Latinoamérica, un destino primordial para las inversiones españolas, a la ya compleja situación internacional se suman el vertiginoso calendario electoral que atraviesa región en 2018, y elementos como los elevados niveles de corrupción que fueron puestos de relieve en la última Cumbre de las Américas celebrada en Lima, donde se firmaron hasta 57 compromisos para evitar que se reproduzcan casos como el de Odebrecht, que ha salpicado a diversos países en diferentes niveles de la Administración pública.
Precisamente, el reciente Foro de Internacionalización Cesce-elEconomista -celebrado en la sede de Ecoprensa en Madrid bajo el título América Latina: Oportunidades en el Primer Destino de Inversión- se escudriñaron los principales retos con los que se encuentran los empresarios españoles en el desembarco de sus inversiones en dicha región, con una conclusión por encima del resto: la empresa española tiene una oportunidad inmejorable de convertirse en el principal socio comercial externo de Latinoamérica.
Transparencia y regulación
Entre los retos que plantea la internacionalización de las empresas está, en primer lugar, la diversidad geográfica, ya que es una región que cuenta con 20 países y "muchas economías no han terminado de consolidarse" por lo que arrastran cierta "fragilidad", explica el director comercial de Latinoamérica en Cesce, Jesús Urdangaray.
Además, el director comercial de Cesce en la región señala un segundo reto que procede de la sobrerregulación de la actividad, que según Urdangaray "genera cierto grado de inseguridad jurídica". En este sentido, los mayores escollos se encuentran en una legislación laboral compleja y proteccionista con el trabajador, además de un proteccionismo "subyacente" hacia la industria local. Así, este factor de sobrerregulación es uno de los que más preocupan al "complicar" la toma de decisiones del empresario, como explica el director financiero de CAF, Antonio García Zarandieta, quien apunta a un incremento de las exigencias de transparencia a raíz de casos de corrupción como Odebrecht.
"Toda la legislación para aumentar la transparencia está complicando la vida a las empresas", señala el presidente de Taim Weser y de la Cámara de Comercio de Zaragoza, Manuel Teruel, al tiempo que reclama mayor confianza en la figura del empresario. No en vano, el presidente del Comité para los países de Latinoamérica y el Caribe de CEOE, Pau Roca Blasco, considera que el hándicap burocrático es eludible tanto en cuanto sea posible armonizarlo a través de los tratados de libre comercio, si bien es cierto que esta rémora puede "generar barreras al comercio".
Incertidumbre electoral
El tercer reto está en la complejidad del calendario electoral de 2018, ya que votarán países fundamentales para el desarrollo económico en la región como Paraguay, Colombia, México y Brasil. Sobre este elemento, el presidente del Comité para los países de Latinoamérica de CEOE asegura que el efecto de los Gobiernos que puedan ser elegidos sobre las economías "es muy fuerte", por lo que constituye un elemento de incertidumbre. Sin embargo, García Zarandieta alude al "crecimiento sostenido" de los países en cuestión para reducir los riesgos de que estos nuevos Gobiernos volteen la políticas económicas ya encauzadas.
El cuarto reto es la importancia de la toma de decisiones de los empresarios en el proceso de internacionalización. En este punto, entra en liza la elección de los socios locales con los que asociarse para desarrollar la actividad comercial, la decisión de si iniciar una actividad desde cero o adquirir una compañía, entre otras.
"Decidir la manera en la que nos vamos a establecer es importante, porque pasamos a un mercado con diferente regulación, fiscalidad, gestión, recursos humanos, prácticas comerciales y diferentes sectores productivos", explica el director de Negocio Internacional de Banco Santander, Jaime Uscola. Además, cabe la posibilidad de que sean los inversores externos los que quieran entrar en el capital de la compañía española, lo que permitiría a dicha compañía ganar visibilidad fuera de las fronteras nacionales.
Uscola también pone de relieve el quinto reto de las compañías en su expansión exterior: las fuentes de financiación. Un terreno en el que se ha avanzado con la presencia de esta entidad española, y otras, en las mayores economías de Latinoamérica. En este sentido, es importante reconocer el ecosistema financiero, ya que operan diferentes tipos de interés con índices de referencia distintos y unos tipos de cambio de divisa más volátiles.
El sexto reto reside en la cierta frecuencia de los ciclos económicos, muy pronunciados en la región, y que suponen una prueba en la moral empresarial. Así, la paciencia es un elemento clave para el éxito de la internacionalización, al igual que la vocación de permanencia.
El último reto planteado es global y tiene que ver con el proteccionismo, que según los empresarios no favorece la vocación de internacionalización. Como indica el director comercial de Latinoamérica en Cesce el ejemplo está en México, que pese al discurso combativo de Trump, está tratando de cerrar un acuerdo comercial con EEUU a marchas forzadas en previsión de que un Gobierno saliente de los comicios con pretensiones proteccionistas pudiese terminar por dinamitar la ya tensa relación bilateral. Sobre este aspecto, Teruel aboga por mantener el control arancelario desde la filosofía comercial de la multilocalización, y recuerda que EEUU es el país que más la aplica.
Ventaja competitiva
Al margen de las dificultades presentes, España está en una posición prominente para incrementar su presencia e influencia al otro lado del Atlántico. Y el principal motivo para el emprendimiento está en el apoyo del Estado a través de organismos como Cesce, con sus seguro de crédito a la exportación, el Icex o el ICO, entre otros, como herramientas para facilitar la aventura internacional.
Ello, unido a la estrecha cercanía cultural y el compartimiento de la misma lengua, sitúa a España con una ventaja competitiva frente a otras empresas que quieran acceder al mercado de la región. En este sentido, Urdangaray recuerda la buena relación comercial mantenida con países como Brasil, México y Chile, destino de la mayor parte de las inversiones españolas, además de Colombia, Perú y Argentina, como destinos donde esta ventaja competitiva se intensifica, y los retornos son más seguros.
Además, Uscola añade que el crecimiento de los últimos años ha convertido a España en un foco de atracción de capital y un hub para invertir en Latinoamérica, es decir, un paso previo desde donde derivar sus operaciones.
Iniciativa expansionista
Sobre el papel, parece que las herramientas para la internacionalización están al alcance de los empresarios, aunque existen medidas que pueden favorecer el proceso. El director comercial de Latinoamérica en Cesce recuerda que la principal iniciativa es la privada. "Que haya un buen clima empresarial es importante pero al final la decisión es privada", asegura al tiempo que reivindica la importancia de tener una "estrategia" de implantación.
No obstante, el sector público también tiene que jugar un papel relevante en la implantación exterior. García Zarandieta recuerda que a España le ha faltado palanca política durante los años más crudos de la crisis para impulsar estas operaciones y animar a sus empresarios, y advierte de la necesidad de destinar recursos del Estado para mejorar la posición competitiva de las empresas españolas. Unas acciones gubernamentales que el presidente de la Cámara de Comercio de Zaragoza enfoca a la promoción de la Marca España, con el objetivo de que el consumidor exterior se asocie el producto o servicio con una serie de valores y calidades.
También de parte del Gobierno, Uscola reclama iniciativas para favorecer el crecimiento del tamaño de las pymes españolas, ya que este menor tamaño traducido en capacidad de generar recursos, representa una desventaja competitiva respecto a las mismas, de mayor tamaño, de otros países.
En este sentido, Teruel recuerda que "es una década diferente" y que España tiene ventajas culturales y lingüísticas para implantarse en la región. Así, reclama el impulso de una televisión con información de calidad en castellano para la región, controlada desde España, para generar "cultura de acercamiento", y la implicación de las universidades españolas en recibir estudiantes del extranjero, con el objetivo convertirse en el entorno de aprendizaje de castellano, como Reino Unido lo es con el idioma inglés.
Con estos elementos sobre la mesa, parece que la internacionalización de la empresa española se encuentra cada vez más mecanizada y más cerca del destino inverso. Aquí, cabe poner en alza los esfuerzos realizados por la Comisión Europea en cerrar acuerdos comerciales con diferentes regiones para combatir el proteccionismo y la ruptura de compromisos de Estados Unidos. Así las últimas actuaciones permiten desviar la mirada hacia otras regiones como Canadá, protegida por el acuerdo Ceta, o Japón, con quien se firmó la apertura comercial bilateral en julio de 2017.