Economía

El pentágono negro de la demografía española donde ha desaparecido el 10% de la población en 20 años

  • Zamora es la región que más habitantes pierde en términos relativos
  • Orense es la más envejecida con una edad media que supera los 50 años
  • La provincia de Guadalajara ha crecido casi un 60% desde 1998
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La población española subió por segundo año consecutivo a cierre de 2017, pero la mejora no esconde el rápido y desigual envejecimiento del país. Mientras el total de personas crece más de un 1% en la Comunidad de Madrid y Santa Cruz de Tenerife, en Zamora y Ávila desciende más de un 1,5%. Esta divergencia se acentúa en los últimos 20 años. La población total de España desde 1998 ha crecido un 17% gracias a la llegada de extranjeros, pero en la provincia de Zamora se ha perdido un 15%. Le siguen Orense, Palencia, Lugo y León con un retroceso del 10%. Las cinco provincias en el noroeste de España son el agujero negro demográfico del país, donde han perdido más de 162.000 habitantes desde 1998.

En 2011 la población española alcanzó su pico máximo en números. Según las cifras oficiales del Padrón, había 47,19 millones de habitantes. Justamente fue un año antes de comenzar la segunda recesión de la crisis económica, que en el caso de España, fue todavía más profunda y dura. Y además coincidió con el número máximo de extranjeros con residencia en el país. Se contaban en 5,75 millones de personas. El desarrollo demográfico de España no se entiende sin la llegada de millones de inmigrantes con una entra masiva en el periodo de 2003 a 2011, cuando el número se duplicó.

En los últimos veinte años la población española ha crecido un 17%, pero mientras las personas con nacionalidad española han aumentado en 2,76 millones de personas, que suponen un incremento del 7%, la población inmigrante ha crecido en más de cuatro millones de personas multiplicándose por siete respecto a 637.000 extranjeros que había en España en 1998.

Pero el crecimiento se ha producido de manera desigual. Lo más sencillo sería pensar que gran parte del flujo de inmigración se habría concentrado en los principales núcleos de población, donde hay más oportunidades laborales. En términos absolutos es así. Madrid y Barcelona son las provincias en la que más ha crecido el número de extranjeros, con 710.000 y 658.000 inmigrantes más respectivamente. Pero en términos relativos el impacto ha sido mucho menor sobre el total de la población. Mucha más influencia ha tenido en Almería, Baleares y Girona donde en los últimos veinte años ha crecido alredor del 40% gracias a los flujos migratorios. Otra de las derivadas es que las tres provincias se mantienen por debajo de la media de edad de España, que por primera vez en la historia en 2017 superó los 43 años. En Almería no llega a 40 años y en Baleares y Girona se sitúa por debajo de los 42 años.

Mención aparte merece el comportamiento de Guadalajara. La provincia de Castilla La Mancha es la que mayor crecimiento proporcional ha registrado desde 1998 en términos porcentuales. El número de personas sube casi un 60%. En dos décadas el número de personas ha pasado de 159.000 a 253.000 a final del año pasado. El crecimiento no ha venido tanto por la población extranjera como por la nacional que ha experimentado un ascenso del 41%. La región se ha beneficiado de su proximidad a Madrid y de las mejoras de las comunicaciones. Muchas personas han elegido Guadalajara para situar su residencia para posteriormente desplazarse a la capital. Este movimiento interno de personas ha provocado que la edad media no se haya movido en los últimos veinte años y se sitúe en 41,3 años.

Zamora, punto negro

En contraste con este punto caliente de la geografía española se encuentra el noreste interior del país. Zamora es el epicentro de la pérdida de población en España. La provincia lleva muchos años liderando la despoblación del país. En 2017 perdió un 1,6% de personas, pero desde 1998 llega al 15%. La llegada de inmigrantes no ha compensado la merma vegetativa y la salida ciudadanos a regiones más ricas. La población española se ha reducido en un 17%.

En la entrada del milenio, el número de habitantes empadronados superaba las 200.000 personas, a cierre de 2017 no llegaban a 175.000. Pese a que la presencia de extranjeros se ha multiplicado por cinco, solo supone el 3% de la población. En España. La tasa de extranjeros se sitúa por encima del 11%. Esta situación provoca que Zamora sea la provincia más vieja de España con una edad media de 50,7 años y con un mayor ritmo de envejecimiento.

La edad media en Orense supera los 50 años

El fenómeno de Zamora es parecido a sus regiones vecinas: Orense, León, Palencia y por extensión Lugo. Las cinco provincias son donde la población se está reduciendo de manera más acelerada. En Orense, León, Palencia y Lugo ha bajado alrededor de un 10%. En las cinco provincias la edad media es la más alta de España oscila entre los 48 y 50 años, frente a los 43 de media de España. De hecho, Orense es la primera provincia con más pensionistas que ocupados.

Los datos del Padrón revelan en el caso de Zamora, León y Palencia están azotadas por la despoblación de las zonas rurales, en una tendencia imparable que recorre España. En las tres provincias castellanas se acentúa por el peso de los pequeños municipios. En Zamora más del 81% de los municipios tienen menos de 500 habitantes y en Palencia suponen más del 83%. En León el porcentaje es menor del 53%.

Además, de estar afectadas por la decrepitud de la población nacional en León y Orense destacan porque la recepción de extranjeros ha sido sensiblemente inferior a la media del país. Mientras en el total de España la población extranjera se ha multiplicado por siete en los últimos veinte años, en León apenas se ha triplicado y en Orense doblado.

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