
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, indica que si "en ausencia de incrementos adicionales de los ingresos" en la Seguridad Social, "el ajuste se produciría principalmente a través de una disminución de la tasa de sustitución de las pensiones públicas" en el futuro. Y pide alcanzar un equilibrio para garantizar la sostenibilidad del sistema. l La subida del 0,25% de las pensiones asegura el sistema para los próximos 35 años
Mientras el Gobierno insiste en que las pensiones están garantizadas, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha pintado un panorama mucho más oscuro. El gobernador del Banco de España ha afirmado que mantener las actuales tasas de sustitución, que son elevadas en comparación internacional, exigiría incrementos "muy significativos" de los ingresos del sistema.
Con lo que si no hay ingresos extras para la Seguridad Social, no quedará más remedio que recortar la cuantía de las futuras pensiones. Linde ha incidido en las actuales tasas de sustitución de las pensiones públicas son elevadas en comparación internacional y exigiría incrementos "muy significativos" de los ingresos del sistema para mantenerlo.
Linde ha añadido que la aplicación del factor de sostenibilidad, que liga la pensión inicial al incremento de la esperanza de vida, y sobre todo, del índice de revalorización anual de las pensiones, que vincula su incremento al equilibrio entre ingresos y gastos del sistema, lograría reducir de forma gradual el actual déficit de la Seguridad Social, que en 2017 alcanzó el 1,5 % del PIB.
Al respecto, ha abogado porque cualquier reforma en el sistema de pensiones aumente la transparencia y refuerce la relación entre contribuciones y prestaciones, al tiempo que mantenga un mecanismo de ajuste que garantice el equilibrio financiero.
El gobernador del Banco de España ha insistido en el impacto del envejecimiento de la población sobre el gasto público en el medio y largo plazo "un reto de primer orden para la sostenibilidad de las finanzas públicas".
Ha señalado que si se cumplen las estimaciones más recientes sobre el impacto del envejecimiento, el gasto público en pensiones, sanidad y cuidados de larga duración se incrementaría entre 1,5 y 2 puntos porcentuales del PIB anuales durante las próximas tres décadas, alcanzando su máximo superior al 21% del PIB en torno al 2050.
Presupuestos expansivos
Sobre los Presupuestos de 2018, que todavía no están aprobados Linde ha aconsejado "realizar un seguimiento continuo" de la evolución de la recaudación tributaria y de cotizaciones sociales con el objetivo de poder "reaccionar a tiempo" en caso de desvío.
Durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados con motivo de la tramitación del proyecto presupuestario de 2018, el gobernador ha advertido de que el aumento de la recaudación previsto por el Gobierno, de un 6% este año, es superior a la observada históricamente.
Por ello, recomienda estudiar la evolución real a lo largo del ejercicio para poder actuar, ya sea del lado del gasto o de los ingresos, en caso de que existan "riesgos" para cumplir el objetivo de déficit público, que para este año es del 2,2% del PIB.
Pese a esta advertencia, Linde ha considerado que el cuadro macroeconómico presentado por el Gobierno es "compatible" con las previsiones del Banco de España, aunque el Ejecutivo estima un repunte del PIB nominal superior.
El proyecto presupuestario dibuja un tono de la política fiscal "neutral o ligeramente expansivo", dado que incluye medidas como la subida del sueldo de los funcionarios, un aumento de la inversión o incrementos para ciertas pensiones.
En ese sentido, advierte de que pese a que España saldrá previsiblemente del procedimiento de déficit excesivo este año, "el proceso de consolidación" tiene que continuar hasta lograr el equilibrio presupuestario y ha advertido que el ajuste pendiente "es todavía significativo".
Más reformas
Para ello, es "imprescindible" avanzar en la reforma de la financiación autonómica y que las comunidades autónomas vuelvan a financiarse en los mercados, uno de los retos de la economía junto con el elevado endeudamiento.
Ha considerado que la reducción de la deuda pública "debe ser una prioridad", especialmente en un momento de previsible normalización de las condiciones financieras.
"El mantenimiento de un nivel de endeudamiento público tan elevado puede afectar al funcionamiento de la economía", ha argumentado, ya que absorbe recursos que podrían tener usos más productivos o una mayor dependencia de las condiciones financieras exteriores.
Riesgos de falta de confianza
Linde, ha abogado por acometer reformas económicas, sobre todo en el mercado laboral, ante el bajo crecimiento de la productividad en España, falta de competitividad y las "ineficiencias significativas" en el mercado de trabajo.
Linde también ha destacado que las tensiones políticas en Cataluña podrían generar episodios de falta de confianza, como sucedió en el trimestre del año pasado.
Ha explicado que la evolución de la actividad económica en los últimos años se ha visto favorecida por factores transitorios como una política monetaria muy acomodaticia, una política fiscal expansiva y una evolución favorable de los precios del petróleo.
Sin embargo ha incidido en que "a medida que estos efectos pierdan relevancia, su aportación al crecimiento de la economía disminuirá".
Por ello, ve la necesidad de acometer reformas que sustituyan al impulso temporal que ha tenido el PIB.
"La necesidad de reformas parece más apremiante en una economía que presenta bajo crecimiento de la productividad, falta de competitividad en algunos sectores, y todavía, ineficiencias significativas en el mercado laboral", ha agregado.
Linde, no obstante, ha estimado que la economía española seguirá creciendo en los próximos meses y que, de acuerdo con las proyecciones de Banco de España, la fase de aumento del PIB iniciada a finales de 2013, se prolongaría durante los próximos años.
Ha reiterado que para el conjunto 2018 el organismo que dirige sitúa el crecimiento del PIB en el 2,7%.