Economía

La jubilación en Europa: de los 550 euros del Reino Unido a la pensión sin límite de Italia

  • En Italia el sistema sigue el modelo de las cuentas nocionales
  • En España la pensión mínima es de 789 euros y en Portugal de 434
  • La pensión de jubilación media en Alemania es de 1.003 euros
Foto de Dreamstime

Las pensiones por jubilación siguen ganando importancia mediática. Su elevado peso en el gasto público de los gobiernos europeos y la dificultad para lograr la sostenibilidad del sistema, están convirtiendo a las pensiones en uno de los asuntos más controvertidos en Europa entera, aunque el funcionamiento de cada país tiene ciertas particularidades. Este fin de semana, más de un centenar de manifestaciones recorrerán España este 17 de marzo por unas "pensiones dignas".

Para empezar a enmarcar este asunto a nivel general, los ciudadanos de la UE se jubilan en torno a los 63 años y siguen cobrando pensiones estatales pero en cuantía muy diversa, que oscila entre los cerca de 1.500 euros de Suecia y los escasos 400 de Portugal, según destacan desde la agencia Efe.

Aunque los jubilados pueden tener varias vías de ingresos (pensión privada, rentas del capital...), este artículo centra la atención en la pensión por jubilación pública que ofrece cada país a los retirados, que difiere de forma considerable en cuantía, principalmente porque unos sistemas confían más en los sistemas privados que otros.

El caso de España

En España, la edad media de jubilación era en 2016 -último dato disponible- de 64,1 años y la pensión media por este concepto se sitúa en 1.077,5 euros brutos mensuales, por catorce pagas, por encima de los 932,2 euros al mes en que se cifra el promedio para el conjunto de los pensionistas. 

Por otro lado, en España la pensión mínima por jubilación se establece en los 789 euros, mientras que la pensión máxima está en los 2.580 euros. No obstante, la desigualdad de ingresos de los jubilados en España se encuentra en la media con la de la Eurozona.

La tasa de sustitución neta (el porcentaje que supone la primera pensión que recibe un jubilado con respecto al último salario medio antes de retirarse después de impuestos y transferencias) en el caso del jubilado medio español es del 81,8%, uno de los ratios más altos de toda la OCDE.

Luxemburgo tiene una pensión máxima de 4.700 euros, la más alta de Europa. A pesar de ser uno de los países con la renta per cápita y salarios más altos del mundo, la tasa de sustitución se sitúa entre el 89 y 72,5%, según el nivel salarial durante la vida laboral. A mayor nivel de renta previo menor tasa de sustitución, puesto que las pensiones públicas tienen tope por la parte alta y suelo por la baja.

De pensiones públicas a privadas

Al debate sobre la edad de jubilación se suman los crecientes temores sobre la viabilidad de los sistemas públicos de pensiones, especialmente allí donde siguen sosteniéndose sobre las cotizaciones de los trabajadores (sur de Europa), frente a aquellos que completan las pensiones con contribuciones privadas (Suecia, Reino Unido, Países Bajos).

Suecia es uno de los mejores lugares para jubilarse, ya que su pensión media alcanza los 20.000 euros (200.000 coronas) anuales. El sistema sueco completa las cotizaciones a la Seguridad Social con aportaciones privadas, y los trabajadores pueden solicitar su pensión contributiva a partir de los 61 años, aunque pueden alargar la edad de jubilación más allá de los 67 si se pacta con el empleador.

La tasa de sustitución de la pensión pública por sí sola se sitúa en el 36,6%, según datos de la OCDE. Sin embargo, con las aportaciones obligatorias a los planes privados la tasa de sustitución avanza hasta el 55,8%.

Holanda también cuenta con uno de los sistemas de jubilación más sólidos de Europa, basado sobre todo en las pensiones públicas pero también en contribuciones de las empresas en nombre de sus empleados y planes privados. Con la pensión pública la tasa de sustitución varía, cuanto menor es el salario más importancia tiene la pensión pública, mientras que los individuos con mayor nivel de renta dependen en mayor cuantía de la pensión privada obligatoria. Entre ambas vías, la tasa de sustitución media es del 96,9%.

Algo similar ocurre en Irlanda, donde la pensión pública supone una proporción mayor al último salario cuanto más bajo era este último. Además, las aportaciones voluntarias suponen un porcentaje importante. Bajo este sistema, los jubilados que han presentado unos ingresos bajos durante su vida obtienen una tasa de sustitución del 72%, mientras que los jubilados que hay tenido unos ingresos que representan un 150% del ingreso medio obtienen una tasa de sustitución de 32,4%. 

La pensión en Francia

Las mayores quejas aquí tienen que ver con la edad de jubilación, que se ha fijado en los 68 años y seguirá aumentando, vinculada a la esperanza de vida. El sistema francés es otro de los más robustos, con una prestación media de 1.086 euros mensuales y jubilación a partir de los 62 años.

En el caso de Francia, la tasa de sustitución es del 61% y el sector público sostiene prácticamente el 100% del peso de estas pensiones, cuya tasa de sustitución es inferior para los individuos que han obtenido durante sus vidas laborales unos ingresos superiores al 150% del ingresos medio.

Además, el nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, ha prometido reformar las pensiones sobre el principio de que "un euro de cotización dé los mismos derechos", al margen de los regímenes a los que se haya pertenecido.

La pensión de jubilación media en Alemania es muy similar, de 1.003 euros mensuales, pero registra notables diferencias por sexo y entre el este y oeste del país (en detrimento de las mujeres y quienes trabajaron bajo el régimen comunista). Los alemanes pueden retirarse a los 65 años y 6 meses, pero esa edad subirá paulatinamente hasta los 67 años en 2031.

La tasa de sustitución de la pensión pública en Alemania es del 38,2%. Sin embargo, los alemanes suelen ahorrar de forma voluntaria en planes de pensiones privados, por lo que uniendo la pensión privada media con la pública la tasa de sustitución final es de 50,9%. 

Frente al confortable retiro sueco, Reino Unido ofrece una de las pensiones más bajas de Europa, ya que lo máximo que paga a sus jubilados son unos 550 euros mensuales (122,30 libras semanales). Esto deja a los británicos con una tasa de sustitución del 29%, una de las más bajas de la OCDE. Sin embargo, teniendo en cuenta las aportaciones voluntarias a planes de pensiones privados esta sube hasta el 52%.

Sin embargo, como en Suecia, la pensión pública se puede completar con otro esquema adicional al que las empresas están obligadas a contribuir, el denominado 'Workplace Pensions'.

En Italia no hay tope

En Italia, la pensión mínima en 2017 era de 501,89 euros al mes, pero no hay tope para las pensiones máximas o "jubilaciones de oro", un caso excepcional en el contexto europeo. No obstante, esto se debe a que el sistema de Italia está basado las conocidas cuentas nocionales. Bajo este sistema, el dinero de las cuotas va directamente a cuentas individuales, de modo que cada trabajador va acumulando cotizaciones durante su vida laboral y dependiendo de lo que haya acumulado esa será su pensión final. La tasa de sustitución en este país es del 81%, una de las más altas de las OCDE.

En Grecia, las pensiones han caído un 40% desde la firma del primer rescate en 2010, lo que ha contribuido a empobrecer aún mas el país. El elevado paro ha hecho que los jubilados, que cobran de media 722 euros, sean el principal sustento de la mitad de las familias, que vive exclusivamente de la pensión de uno de sus integrantes.

Polonia también se encuentra en el lado bajo de la balanza, con pensiones de 500 euros de media (2.100 zlotys) y una curiosa herencia del comunismo: las mujeres se jubilan a los 60 años y los hombres, a los 65.

Los jubilados portugueses se encuentran entre los que menos pensión tienen de Europa, ya que apenas cobran una media de 434 euros mensuales, y no pueden jubilarse antes de los 66. No en vano, son los europeos que más tarde se jubilan en la práctica, a los 69 años, lo que les sitúa más cerca de países como Israel, Corea o México, y les aleja de sus socios comunitarios (65 en Suecia, 63 en Alemania, 62 en Grecia o 60 en Francia).

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