Economía

¿Qué impacto puede tener en la Eurozona un "ajuste abrupto" en China?

  • China debe cambiar su modelo de crecimiento por otro de mayor valor
Foto de archivo

La economía china ha ido ganando peso en el mundo. A día de hoy, el PIB de China ya supone el 18% de toda la producción mundial, de modo que la salud esta economía  es importante para el resto del mundo y sobre todo para los países que presentan una mayor apertura comercial y financiera. Bajo este contexto, los economistas del BCE han analizado el impacto que tendría una desaceleración en China, que en el peor de los casos podría desembocar en una reducción del PIB importante en la Eurozona y gran parte del mundo.

Los expertos del BCE explican en el trabajo La transición de China hacia un crecimiento sostenible - implicaciones para la economía global y la Eurozona, que si China sufre un reequilibrio económico rápido que suponga una caída acumulada del PIB del 3,3% en tres años, reduciría el PIB de la Eurozona un 0,3% en el mismo periodo de tiempo. Este es el escenario más optimista.

"Sin embargo, un ajuste más abrupto, en el que China experimente una contracción financiera significantes que provoque una desaceleración que deje al PIB un 9% por debajo de su potencial en un cúmulo de tres años, podría tener un efecto proporcional mayor en la Eurozona", aseguran los economistas del BCE.

Además, este análisis podría estar subestimando los canales de transmisión de esta desaceleración, así como las reacción política de los bancos centrales. Este tipo de modelos que simulan la reacción de una economía en función de otro factor, "tienden a basarse en medias históricas de los vínculos entre países. Con el creciente rol de China en el comercio internacional y las mejoras de los canales de conexión (tanto financieros como comerciales) los efectos de la transición China se pueden haber infravalorado", sostiene el informe.

¿Qué está pasando en China?

Más allá de los efectos que produce la ralentización del crecimiento de China en el mundo, resulta fundamental comprender qué está pasando en el gigante asiático para que se produzca este cambio. China ha sido un éxito económico durante las últimas cuatro décadas. Sin embargo, la desaceleración de su crecimiento se debe a que el modelo con el que ha logrado expandirse durante décadas se está agotando.

"Gran parte de esta desaceleración es estructural, a medida que los pilares de crecimiento tradicionales (demografía, ganancias por la integración en la economía global, productividad y los dividendos de las reformas pasadas) se están desvaneciendo", comenta el trabajo del instituto monetario.

"El síntoma más claro de los desequilibrios que presenta China es su dependencia de la inversión y el crédito como conductores del crecimiento". La inversión representa el 45% del PIB, el capital (maquinaria, edificios, tecnología...) por unidad producida se ha incrementado con fuerza, reduciendo la rentabilidad por unidad adicional de capital.

Toda esta avalancha de inversión domestica se ha llevado a cabo a través de un rápido incremento del endeudamiento empresarial y de los gobiernos locales: "Las fragilidades se han incrementado con el rápido crecimiento del crédito y el apalancamiento del sector financiero... además, los propios bancos están expuestos a la banca en la sombra a través de garantías directas e implícitas".

Reformas para seguir creciendo

Por todo ello, el Gobierno de China está implementando medidas para reducir el endeudamiento y recuperar el equilibrio en la economía: "Con el objetivo de generar un crecimiento sostenible y robusto a medio plazo se necesitan reformas", sostiene el BCE.

Desde 2016, China ha acelerado en la liberalización del sistema financiero y ha incrementado las reformas administrativas para mejorar el entorno empresarial, "pero se ha avanzado menos en términos de reformas para mejorar la eficiencia de las empresas estatales y nivelar el campo de juego con los competidores del sector privado", destacan los economistas del BCE.

Con este complejo contexto y dado el tamaño de China, el efecto de las reformas que debe implementar el país serán cruciales para la Eurozona y el mundo. El periodo de reformas puede ser doloroso y largo, pero es el único camino para que una país salga de la conocido como trampa del ingreso medio, es decir, la única salida para que China llegue a formar parte de los países desarrollados.

Según el trabajo del BCE, China debe cambiar su modelo de crecimiento desde el actual formato de crecimiento extensivo hasta otro marco en el que la innovación y el valor añadido empujen el crecimiento del PIB. "Después del despegue de la economía, basado en una mano de obra barata y abundante, la inversión extranjera directa y la importación de tecnología, para continuar con la dinámica de crecimiento es necesarios aumentar la productividad total de los factores, una cambio hacia la producción con elevado valor añadido", sentencia el informe.

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