Economía

La industria y el comercio rompen su ciclo de mejora por la crisis catalana

  • El descenso en la constitución de empresas afectará a la creación de empleo en el futuro
  • La coyuntura autonómica avanza, pero al menor ritmo desde el primer trimestre del año 2016

La inestabilidad política provocada por la declaración unilateral de independencia de Cataluña continúa generando malos datos económicos y lanzando alertas sobre sus efectos futuros. El impacto del desafío de Carles Puigdemont en los resultados del Ecobarómetro, que elaboran Informa D&B y elEconomista, durante el cuarto trimestre de 2017, es significativo. Con apenas 0,09 puntos de mejora en el último trimestre del año, este avance es el menor desde que elaboramos el indicador -el primer trimestre de 2016- y significa un notable freno respecto al dato del tercer trimestre de 2017, cuando el conjunto de las autonomías españolas mejoraron 0,42 puntos; al mismo ritmo que entre abril y junio.

La moderación de Cataluña en la última parte del año pasado es todavía más importante que la media española. La región apenas mejoró 0,02 puntos; lo que también es su peor registro desde que elaboramos el indicador. José Antonio Teijelo, director de desarrollo corporativo y relaciones internacionales de Informa D&B, señala que el frenazo del conjunto del país en general y de Cataluña en particular no puede deberse a otra justificación macroeconómica que a la incertidumbre por la crisis política. "Los tipos de interés no han cambiado, se ha mantenido la creación de empleo... la única causa que explica el parón es Cataluña".

Esta debilidad, además, comienza a minar la fortaleza de varios sectores empresariales. En concreto, siete empeoraron su capacidad de pago en el último trimestre de 2017 "rompiendo una tendencia de mejoría continuada desde que lanzamos el Ecobarómetro", señala el experto de Informa D&B. Además, el retroceso que sufren sectores como el de transportes es importante, pero, por su peso económico, es más relevante el retroceso del industrial o el comercial. La industria, en el cuarto trimestre, empeora su scoring -la capacidad de hacer frente a sus pagos- 0,16 puntos. En el caso del comercio, la caída es de 0,07 puntos. "Este primer deterioro nos estaría indicando una menor confianza de los empresarios sobre el futuro; en un contexto de elevada incertidumbre", apunta Teijelo.

Desde hace meses las patronales empresariales, con la CEOE y Foment del Treball a la cabeza, denuncian que muchas compañías han paralizado sus inversiones a la espera de una mayor visibilidad sobre el contexto político futuro. La fortísima fuga de empresas que sufre Cataluña desde octubre del año pasado, con la pérdida de más de 3.000, no ayuda a recuperar la confianza y pasa factura a la creación de empresas: se dan de alta menos nuevos negocios ante las peores expectativas para la economía en los próximos meses.

Los resultados electorales del 21-D no han servido para aligerar esta tensión, que se mantiene, como han puesto de manifiesto los acontecimientos de las últimas semanas. La evidente pugna entre el Ejecutivo español y los partidos independentistas catalanes, que están buscando la manera de investir presidente de la Generalitat a Carles Puigdemont, huido de la justicia española, mantiene la incertidumbre.

La posible repetición de elecciones en Cataluña -cada día más probable ante la negativa de JxCat a apoyar a otro candidato que no sea Puigdemont- es otro factor que retrasa las decisiones de inversión y que, además, obliga a los empresarios a reducir sus expectativas. "En la última parte de cada ejercicio es cuando se cierran los presupuestos para el siguiente y es probable que, en este contexto, los empresarios hayan optado por la prudencia, ante la falta de visibilidad para realizar proyecciones", valora el director de desarrollo corporativo y relaciones internacionales de Informa D&B.

Un lastre para el futuro

De todos los indicadores que mide el Ecobarómetro el único que mejora respecto al tercer trimestre de 2017 es la creación de empleo. Así, a 31 de diciembre, el conjunto de las empresas españolas estaba incrementando su ritmo de contrataciones a una tasa del 10 por ciento interanual, tres puntos por encima del tercer trimestre.

Este efecto, que es positivo para la economía porque aumenta el consumo, la recaudación de impuestos y las cotizaciones a la Seguridad Social (imprescindibles para apoyar una caja de la seguridad social que está quebraba por el incremento de pensionistas), podría verse alterado si la incertidumbre política persiste. Aunque el Ecobarómetro no recoge directamente el número de empresas que comienzan a operar cada trimestre, sino los sectores más o menos fértiles, uno de los efectos más claros de la incertidumbre política ha sido el fuerte descenso de la puesta en marcha de nuevos negocios durante la segunda mitad del año.

De hecho, la ralentización ya se empezó a notar "en junio", recuerda José Antonio Teijelo, pero se fue ampliando según avanzaban los meses y "es probable" que se haya mantenido durante "enero", pronostica este experto.

Esta menor fortaleza en generación de empresas -que están perdiendo tamaño porque las que nacen lo hacen con un menor capital social-, es, asimismo, una voz de alarma para la creación de empleo en el futuro, porque actúa como un indicador adelantado y previene de un posible punto de giro para el ciclo virtuoso en el que se encuentra la economía española. "Por una parte, a menor creación de empresas, menores posibilidades de nuevos puestos de trabajo futuros. Por la otra, los negocios que ya están en marcha se ven obligados a moderar sus previsiones por un contexto de menor crecimiento y también sus proyectos de contratación de personal", explica Teijelo.

Por el momento, estos primeros síntomas de moderación del crecimiento, no se trasladan al tipo de negocios que ven la luz, ya que de forma mayoritaria se continúan poniendo en marcha empresas cíclicas. En este sentido, al igual que en el tercer trimestre de 2017, el grueso de las nuevas altas se concentraron en el segmento de construcción e inmobiliario y en el sector comercial (véase gráfico en esta misma página), que acapararon un 22 por ciento de la nueva creación de empresas cada una; es decir, más de un tercio del total.

Dicho dinamismo -que lleva produciéndose ya varios trimestres- es acorde con un contexto de reactivación económica; especialmente tras una crisis en la que la construcción fue uno de los sectores más afectados y ahora se encuentra en plena expansión, con un nuevo boom del mercado de la vivienda y de las inversiones en el sector.

El incremento de las licitaciones públicas, tras años de carestía ante el incremento del déficit público, también está siendo clave para la construcción, que espera nuevos proyectos también este año. El contexto sería más favorable si se aprueban los Presupuestos Generales del Estado, para los que se anticipa un mayor gasto público.

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