
La brecha salarial de género permanece y, a pesar de los avances, sigue siendo importante. Los sospechosos habituales, como la elección de carreras peor remuneradas, la maternidad o el techo de cristal no parecen explicar completamente por qué a pesar de campañas y leyes para la igualdad salarial, la brecha no se cierra. Ahora, en EEUU, un creciente número de estudios apunta a otro fenómeno determinante: el acoso sexual en el trabajo.
La brecha salarial se mantiene alrededor del 20% en EEUU en las dos últimas décadas. La principal razón es que los hombres copan los empleos mejor remunerados en las industrias más competitivas, por lo que la mayoría de políticas se han enfocado en promover la entrada y la consolidación de la mujer en este tipo de posiciones.
Más acoso, más abandono laboral
Pero este tipo de empleos vienen con un componente que hasta ahora no se había tenido en cuenta: las mujeres se enfrentan a un mayor riesgo de acoso sexual en los puestos y sectores mejor remunerados, según explica Joni Hersch, economista de la Universidad de Vanderbilt.
Y esto es importante, porque las mujeres que sufren acoso en el trabajo tienen seis veces y media más de probabilidades de dejar su puesto que las que no lo sufren, según la investigación de Amy Blackstone, Christopher Uggen y Heather McLaughlin.
En uno de los estudios que investiga los efectos del acoso, los sociólogos preguntaron a alrededor de 1.000 hombres y mujeres si habían sufrido tocamientos sin consentimiento, bromas ofensivas u otro tipo de comportamientos que pudieran calificarse como acoso en el puesto de trabajo. De las mujeres que respondieron afirmativamente, un 80% abandonó su empleo en menos de dos años.
En busca de un lugar seguro
El problema de abandonar un empleo de este modo, como explica Blackstone, suele implicar una caída en el estatus. Las mujeres que lo hacen suelen acabar en puestos peor pagados y/o en industrias menos competitivas, con el consiguiente impacto económico negativo para sus carreras profesionales.
Claudia Goldin, profesora de Harvard y especialista en brecha salarial lo reconoce que otro problema añadido de este fenómeno es que es muy difícil de calcular. El acoso sexual se oculta habitualmente, especialmente en niveles ejecutivos, y tampoco se suele denunciar cuando se da el paso de abandonar un puesto tras sufrirlo.
En este sentido, la investigación de Hersch, de Venderbilt, ha encontrado también que las víctimas suelen acabar en campos donde predominan las mujeres, que los ven como lugares seguros. Y, al mismo tiempo, donde se paga menos.
Los hijos no impiden la carrera
De este modo, los últimos estudios muestran que el acoso sexual puede tener un efecto mayor y consecuencias más negativas que, por ejemplo, tener hijos, una de las razones habituales que se esgrimen para intentar entender la brecha salarial.
De hecho, la evidencia muestra que la maternidad no suele ser una razón para que las mujeres dejen su carrera profesional. Un estudio de la Universidad de Wisonsin entre ingenieras muestra que tan solo un tercio de ellas dejó su empleo para cuidar de sus hijos, mientras que la mayoría simplemente lo hizo en busca de una posición mejor.
Otro estudio entre licenciadas en Harvard muestra que tan solo el 11% de las mujeres pertenecientes a la generación del Baby Boom (1946-1964) y a la generación X (1960-80) dejaron el mercado laboral por sus hijos, e incluso entre estas, la mayoría lo hizo porque veía que sus carreras estaban estancadas.
Recompensa para la que aguanta
El estudio de Hersch también muestra que las mujeres que perseveran en ambientes hostiles acaban ganando más dinero. La profesora de Vanderbilt es especialista en la prima salarial que obtienen los trabajadores por dedicarse a oficios de mayor peligrosidad. En este campo, los datos tradicionales se centraban en muertes o lesiones, es decir, en riesgos físicos. Pero Hersch ha tratado de investigar si las compañías con mayores denuncias de acoso sexual también tienden a pagar más.
Y la respuesta es que sí. De hecho, incluso ha cuantificado esa prima: las mujeres ganan 25 centavos más la hora en este tipo de compañías. Sin embargo, los hombres mantienen su preponderancia salarial, ya que su prima es exactamente el doble: 50 centavos, según su investigación.
Para muchas, esta mayor remuneración no merece la pena. Lisa Kath, profesora de Psicología en la la Universidad de San Diego State, asegura que las mujeres que son víctimas de acoso sexual pueden acabar deprimidas y sufrir ansiedad, lo que supone un peor desempeño en su trabajo y una menor productividad. Y, por lo tanto, menores oportunidades para progresar y obtener mejores salarios.