Puede que Rumanía sea la economía que más rápido crece de la Unión Europea, pero esta buena noticia tiene una cara oscura, también protagonizada por un indicador, pero este es menos halagüeño: las carencias sociales.
Uno de cada dos rumanos asegura tener problemas para calentar su casa o permitirse una comida con carne o pescado cada dos días, según un informe de Eurostat. Este dato es más de tres veces el promedio de la UE. La economía rumana creció 8,8% en el tercer trimestre, la mayor tasa de variación en diez años, un aumento de la producción no se está repartiendo de forma igualitaria, según muestran los datos sobre desigualdad de renta.
A pesar de que Bulgaria es el país más pobre del bloque en términos de producto interior bruto per cápita, Rumanía ha mostrado unos resultados peores en lo que se refiere a carencias de su población.
Por otro lado, España se encuentra peor que la media de la Unión Europea en este apartado. No obstante, muestra menores carencias sociales que Irlanda o Portugal, pero peor que Croacia o Italia. Esta estadística evalúa si los ciudadanos tienen cinco carencias que Eurostat considera básicas. Además de las mencionadas anteriormente, también aparecen otras como retrasos en el pago de hipotecas o alquileres, tener un coche para uso personal o para reemplazar los muebles viejos.
Entre los países mejor posicionados aparecen Suecia, Finlandia, Luxemburgo y Dinamarca. En estos países, los ciudadanos con carencias no alcanzan ni el 10% de la población.

Años para converger
Los datos indican que algunos miembros excomunistas de la UE tendrán que mantener un crecimiento económico superior durante varios años para reducir de forma significativa la brecha de riqueza con la parte occidental más rica del continente. Esto no será fácil, viendo el comportamiento de países como España, Grecia o Portugal, que han intentado converger con el resto de la Eurozona sin mucho éxito.
El gobierno de Rumanía "redujo la inversión al menor nivel desde que se tiene registro, no pudo absorber fondos de la UE y generó incertidumbre en el sector privado al cambiar la política tributaria", asegura Dan Bucsa, un economista en Londres de UniCredit Bank AG. "Todo esto pesará en las posibilidades de crecimiento e impedirá una convergencia más rápida de los niveles de vida".
No todas fueron malas noticias para Europa oriental. Los niveles de carencia de República Checa y Polonia han caído por debajo de Francia y Reino Unido. Esto es como un rayo de luz y esperanza para Rumanía y otros países a los que aún les cuesta salir adelante.