El Banco Central Europeo debería empezar a planificar el final de su programa de compra de bonos (QE por sus siglas en inglés) ya que la recuperación económica hará que esos estímulos sean innecesarios, según ha asegurado el miércoles Yves Mersch, miembro de Comité Ejecutivo del BCE. Mersch ha acuñado el término de 'QExit' para referirse a esta situación en la que se busca poner final (exit, que es salida en inglés) al programa de estímulos o QE.
"Si bien un final demasiado rápido del programa de compra de activos podría generar reacciones excesivas del mercado, no debemos olvidar que cuanto más dure el programa... mayores serán los riesgos", asegura Mersch en Fráncfort.
Menos compras pero con tranquilidad
"Por lo tanto, es posible que reduzcamos nuestras compras de activos netos, al tiempo que mantenemos nuestra política lo suficientemente expansiva como para respaldar esas dinámicas de inflación... gestionar QExit será un desafío", asegura este economista.
"Una perspectiva creíble para un final del alivio cuantitativo es, por lo tanto, clave para frenar los riesgos", agrega el experto. Mersch no comentó en su discurso cuáles serán los tiempos para terminar con el alivio cuantitativo y dijo que el final del programa debería ajustarse a los desarrollos en la economía real.
En resumen, "nuestra política monetaria ha estimulado con éxito la demanda y devuelto los recursos ociosos al uso productivo. Uno esperaría que esta fuerte demanda genere un marcado aumento en las presiones inflacionarias. Sin embargo, esto aún no se ha materializado por completo en la zona del euro, aunque los signos de las presiones inflacionarias han sido constantes durante los últimos seis meses", sostiene Mersch.
Si bien el BCE extendió sus compras de bonos a un ritmo reducido hasta septiembre y mantuvo una opción para extenderlo aún más, los inversores y muchos legisladores prevén que el esquema finalice a finales de 2018.
