Sin la ofensiva soberanista, Barcelona hubiera sido elegida sede de la Agencia del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) la pasada semana. En este sentido se pronunció el lunes el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, durante el desayuno CFOrum de Accenture Strategy celebrado en la sede de El Economista. En presencia de numerosos directivos empresariales y de consejeros de Ecoprensa, Guindos afirmó que la Ciudad Condal habría sido elegida con una alta probabilidad, superior al 50% -"del 60 o 70%", puntualizó- .
La candidatura de Barcelona era una de las más valoradas para acoger la sede de la Agencia -desplazada de Londres a causa del Brexit-, pero se dio de bruces con la inestabilidad política y económica que destapó el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre. En las últimas semanas perdía valedores y pasaron a ser favoritas Milán y Ámsterdam. Tras un empate entre ambas, fue la capital holandesa la vencedora, lo que le permitirá generar 5.000 empleos y atraer un ecosistema corporativo estimado en 1.600 empresas.
Tras el fiasco de la candidatura de la capital catalana a la EMA, el Eurogrupo ya no es la batalla. "El Partido Popular ya tiene el Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeo", reconocía este lunes Guindos, que descartaba ser candidato a la presidencia de la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona y miraba ya a Frankfurt. La gran apuesta política de España es recuperar la silla perdida en el Banco Central Europeo (BCE) en 2012. El próximo 1 de mayo el portugués Vítor Constanzio dejará libre la vicepresidencia y el ministro de economía español lo tiene claro: "Estoy convencido de que el puesto será para España".
Así de seguro se manifestó el ministro en la cuarta edición del CFOrum de Accenture Strategy, moderada por el director de elEconomista, Amador G. Ayora, junto con Alberto Zamora, Managing Director de Accenture Strategy para España, Portugal e Israel, y Sandra Moreno, Managing Director del área de CFO & Enterprise value en Accenture Strategy. El coloquio sirvió de punto de encuentro para directores financieros de más de una veintena de grandes compañías que expresaron su preocupación por el impacto económico de la crisis catalana ante el titular de Economía, quien se mostró "moderadamente optimista" ante la recta final del año.
La economía española mantiene el brío
Guindos descartó una desaceleración de la economía española en el cuarto trimestre y apostó por un crecimiento del PIB "muy parecido al anterior", cuando se registró un avance interanual del 3,1% (0,8% en términos trimestrales), según el dato avanzado el pasado mes de octubre por el INE, pendiente de confirmar a finales de esta misma semana.

Sí advirtió, sin embargo, de "señales de desaceleración" en la economía catalana. "Octubre ha sido un mes muy malo", lamentó el ministro, en referencia al efecto de la inestabilidad política en la región sobre el comercio minorista, el consumo y la inversión.
"Sin duda, en octubre ha habido una contracción de la economía catalana", adelantó Guindos, a la espera de conocer las cifras del instituto estadístico. No obstante, "estamos viendo una cierta normalización, tras una situación de tensión enorme", dijo en referencia a la aplicación del artículo 155 de la Constitución y a la convocatoria de elecciones autonómicas en Cataluña por parte del Gobierno central.
A juicio del ministro, dos cosas han cambiado en los últimos meses: por un lado, el apoyo a los independentistas se ha diluido, una circunstancia "positiva" que los inversores tomarían como "señal de que el procés ha acabado", por otro lado, la asunción de las competencias de la Generalitat por parte del Ejecutivo central habría apaciguado los ánimos. A un mes de la aplicación del 155 y con fecha de caducidad el 21 de diciembre, Guindos afirmó que "está ahí para volver a ser aplicado si fuera necesario".
El daño está hecho, pero ya no somos portada
Con todo, y a pesar de que la peor crisis política e institucional en la historia reciente de nuestro país finalmente podría tener un impacto "limitado" para el conjunto de la economía, Guindos lamentó que el daño "ya está hecho". Así, recordó
que España aspiraba a subir un escalón en la calificación de solvencia y recuperar el rating A por primera vez desde el rescate bancario en 2012, y la rebelión de la Generalitat fue el gran escollo. "Eso ya estaba hecho", aseveró el ministro, quien cifró que la prima de riesgo se situaría hasta 30 puntos por debajo (en torno a 85 puntos) y la bolsa podría estar entre un 20 y un 25% sobre el valor actual.
También comentó que los dos grandes bancos catalanes han logrado normalizar el flujo de depósitos tras la fuga sufrida a raíz del desafío independentista. Caixabank y Banco Sabadell perdieron miles de millones de euros que el ministro, por ahora, no concretó, aunque sí reconoció que "de donde más depósitos salieron fue de Cataluña".
A pesar de este impacto más inmediato y del daño que ha provocado el conflicto a la economía real, el ministro celebró que "Cataluña ya no es portada del Financial Times, el Wall Street Journal o el New York Times". Mucho se han calmado las aguas desde las cargas policiales que enturbiaron la jornada del 1 de octubre y el intento de internacionalización de la causa independentista ha caído en saco roto. El expresident Carles Puigdemont, huido en Bruselas, ha pedido desde la capital de Europa que los catalanes decidan sobre la pertenencia a la Unión Europea, en unas declaraciones, a ojos de Guindos, "muy graves", habida cuenta de que la sociedad catalana es "especialmente proeuropea".
Los riesgos para España
Aparcado el tema catalán el ministro hizo un repaso por el entorno europeo, que conoce bien. Aunque aseguró que las circunstancias actuales son "las más positivas" que ha vivido en los seis años que lleva en el cargo, aún existen riesgos para la economía española, entre los que destacó el Brexit y las reformas que debe acometer la zonaeuro.
Sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea, consideró que cualquier escenario que llevase a un divorcio en condiciones desfavorables sería "una mala noticia, especialmente para los británicos". "No me extrañaría que Reino Unido pudiera irse a crecimientos próximos a cero o incluso a recesión en los próximos dos años", alertó, para puntualizar después que el propio Gobierno británico ha rebajado sus previsiones y que si el país doblaba el avance del conjunto de la economía europea hace tres años, la tendencia se ha revertido.
Ante esta tesitura, el responsable de la cartera económica se refirió a la economía británica como "vital para el mundo occidental y especialmente para Europa", así como para España: "Si juntamos la relación comercial con las inversiones y el turismo, Reino Unido es nuestro principal socio económico, por delante de Francia y Alemania". Por ello, Guindos esperó que se llegue a un acuerdo con fronteras y aranceles light que limiten el impacto para nuestra economía.
En cuanto a política internacional, el ministro esperó la pronta formación de Gobierno en Alemania, donde aseguró que Angela Merkel logrará reeditar la gran coalición antes de Navidades.
Normalización de la política monetaria
El ministro se refirió al endurecimiento de la política monetaria en EEUU y Reino Unido, algo que "se está interpretando como un signo de normalización ante circunstancias extraordinarias en la última década". Un contexto que, junto a la reducción del déficit público y las reformas llevadas a cabo, se está recogiendo en términos de crecimiento, a ojos de Guindos, quien dibujó un avance de la eurozona próximo al 3% este año.
En cuanto a los movimientos que planea el BCE, Guindos recordó que la entidad seguirá comprando deuda hasta septiembre de 2018, tras la decisión adoptada en el seno de la última reunión, en la que se optó por dejar el programa QE open-ended al menos, hasta finalizar el tercer trimestre del año que viene. Hasta entonces, "los tipos negativos no van a empezar a subir", afirmó el ministro, quien apostó por una "normalización" de la política monetaria "muy gradual" durante el próximo año y medio. Todo ello en un contexto de apreciación del euro y depreciación del dólar y la libra para "reequilibrar la situación" y "corregir los desequilibrios" de superávit comercial europeo y déficit tanto en EEUU como en Reino Unido.
Con todo, Guindos tranquilizó asegurando que las empresas todavía dispondrán de condiciones de financiación "muy favorables" durante el próximo año y medio, al tiempo que incidió en la necesidad de reducir la dependencia bancaria, aumentar los recursos propios y avanzar en innovación.
Reducir la deuda pública, la gran asignatura
También reducir el elevado endeudamiento público sigue siendo una de las asignaturas pendientes de nuestro país, donde todavía bordea el 99% del PIB, un nivel que nos hace "especialmente vulnerables", reconoció el ministro.
Si bien es cierto que la economía española está inmersa en un proceso de desapalancamiento y de "ganancia competitiva muy intensa en la última década", algo de lo que saca pecho Guindos, responsable de capitanear el departamento económico en los peores años de la crisis. Ahora la mejoría es notable: "Vamos a tener un quinto año de superávit por cuenta corriente en la balanza de pagos y podemos tener otros cinco más", auguró el ministro, quien pidió no deshacer las reformas llevadas a cabo, en concreto, en el sistema de pensiones, al tiempo que hizo un llamamiento a "fomentar" el ahorro para complementar las prestaciones.
Con todo, a poco más de un mes para finalizar el ejercicio, Guindos ve una inercia de crecimiento que podría meternos en 2018 a un ritmo del 3%, lo que garantizaría la creación de otro medio millón de puestos de trabajo.