Economía

El Eurogrupo esquiva la discusión de la crisis catalana pese a que le preocupa

  • Guindos tranquiliza a los socios europeos: "La independencia no se dará"
En la imagen el ministro de Economía español, Luis de Guindos, junto a sus colegas del Eurogrupo. Foto: Efe.

Cataluña se tambalea seriamente. Y ya no es solo el flanco político el que preocupa, sino también su frente bancario, el que puede precipitar una reacción en cadena a la velocidad de la luz que sacuda severamente los cimientos de España, y con ella los del conjunto de la Eurozona.

Con la huida de los dos últimos bancos de la comunidad autónoma y en vísperas de una posible declaración de independencia por parte del parlamento regional, el Eurogrupo se reunió ayer en Luxemburgo.

Sin embargo, el tema fue más discutido en las llegadas de los ministros de Finanzas del euro que dentro de la sala. Porque a pesar de la preocupación existente, que ya ha salpicado a la Comisión Europea y al Parlamento Europeo, Cataluña solo surgió por las preguntas de los periodistas.

Las explicaciones de Luis de Guindos

El tema no formaba parte de la agenda del día, pero el ministro de Economía, Luis de Guindos, llegó preparado para calmar a sus colegas del club del euro. Porque "no va a tener lugar la independencia", sentenció en su llegada. Este fue el mensaje que traía preparado si alguno del resto de socios del euro le preguntaba.

Guindos les quiso asegurar que el cambio de sede de empresas, sobre todo del sector financiero, no se debe a la posibilidad de que la independencia se vaya a materializar, sino como reacción a la "irracionalidad y radicalidad de las políticas" del Gobierno de Carles Puigdemont.

Sin embargo, el asunto no saltó durante la discusión, ni tampoco ningún ministro preguntó a Guindos. "Es un asunto interno", respondió ayer sin añadir palabra el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, al ser preguntado repetidamente por Cataluña y el posible impacto en el conjunto de la zona euro.

Algunos no escondieron su preocupación. El responsable de Finanzas italiano, Pier Carlo Padoan, lo describió como un asunto "grave", y al mismo tiempo una señal para dar "un nuevo impulso" al proyecto comunitario. "Si vamos en la dirección contraria habrá daños para los países que están en ella y también para los ciudadanos," alertó afeando la intentona desintegradora catalana en el contexto del esfuerzo actual por profundizar la unión.

Guindos estaba listo para trasladar al Eurogrupo que el Gobierno estaba preparado para aplicar "las medidas necesarias para que la potencial declaración de independencia no tenga ningún impacto. Aunque reconoció que el periodo de mayor inestabilidad política que vive España en al menos un cuarto de siglo "evidentemente, no es bueno" para la economía. "Genera ruido, incertidumbre e inquietud, sobre todo en el ámbito de Cataluña", dijo.

Además de la huida de empresas, la crisis catalana ha obligado al Gobierno a posponer la aprobación de los Presupuestos y amenaza con provocar una fuga de confianza en el sector financiero catalán, una vía de agua que el Ejecutivo central se apresuró a cerrar. "Los depositantes de los bancos catalanes pueden estar perfectamente tranquilos", volvió a subrayar ayer Guindos, quien recordó que estas entidades se encuentran bajo la protección y los recursos del Banco Central Europeo (BCE).

La inestabilidad política también podría dar un tajazo a las previsiones de crecimiento de España, que la Comisión Europea actualizará a principios de noviembre. Ayer, el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, no quiso dar pistas de cuál podría ser el impacto en el crecimiento de España.

En su llegada al Eurogrupo, el francés declinó comentar sobre la salida de empresas del territorio catalán. Pero a continuación insistió en los dos mensajes que ha venido repitiendo la Comisión desde que las tensiones entre Madrid y Barcelona traspasaron los Pirineos: el respeto al orden constitucional de España y la búsqueda de una solución a través del diálogo, y no de la violencia.

Llamada al diálogo

Una llamada al diálogo que también fue repetida horas antes en Bruselas por el presidente del Comité de las Regiones, Karl-Heinz Lambertz. El belga opinó que la solución no llegará solo haciendo referencias a la Constitución. "Lo que hace falta es más diálogo", insistió. "Esperamos que sea posible", comentó.

Más próximo a las tesis del Gobierno, y a su propia formación como abogado, el saliente ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, apuntaló la lectura legalista. "Los políticos son democráticos y legítimos por la ley y la Constitución, en Alemania, en Europa y en España", sentenció.

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