
La cuarta ronda de negociación entre el Reino Unido y el bloque comunitario para pactar la salida del país de la Unión Europea ha concluido sin acuerdo sobre los tres puntos "esenciales" que separan a las dos partes: cuánto tienen pagar los británicos, el papel del TJUE para los ciudadanos europeos en las islas y una nueva relación comercial. Pese a ello, Michel Barnier, el negociador europeo, destaca que el encuentro ha sido "constructivo", pero pide "mayores progresos" antes de abordar el acuerdo de transición de dos años que propone Theresa May.
El último discurso de May, la primera ministra de Reino Unido, de la semana pasada en Florencia ha conseguido el objetivo de desbloquear las negociaciones. Antes de esta ronda, el negociador de la Unión Europea, Michel Barnier, había acusado al país de enrocarse en los puntos fundamentales de la negociación y no ofrecer claridad en sus propuestas.
El jefe del equipo negociador ha abierto su intervención ante los medios de comunicación asegurando que el discurso de May, en el que ofreció un acuerdo de transición de dos años y seguir aportando financiación al presupuesto europeo, ha permitido "desbloquear la situación" y ha remarcado que las conversaciones han sido "constructivas" y "han permitido avanzar", pero no son "suficientes".
La distancia entre los dos equipos sigue sin acortarse en lo que para Bruselas es una prioridad. La postura británica de que las sentencias del TJUE sigan vigentes en territorio británico hasta que el Reino Unido salga de la unión no es suficiente para Barnier. Ha señalado que no hay acuerdo y que la jurisprudencia europea debe garantizar los derechos de los ciudadanos europeos en Gran Bretaña.
También ha indicado que se ha avanzado sobre el espinoso asunto económico de a cuánto ascenderá la indemnización de Reino Unido por la salida, pero falta claridad. Y tampoco ha aceptado comenzar a negociar un nuevo acuerdo comercial, una prioridad que se ha marcado el Gobierno de May.
Consejo Europeo clave
A mediados de octubre, se celebrará el Consejo Europeo donde los 27 tendrá que decidir si avanzan a la próxima fase de las negociaciones, en el que se trataría el asunto comercial. El ministro del Brexit, David Davis, ha defendido, por su parte, que se ha avanzado "de forma considerable" en los asuntos importantes, para comenzar a discutir el plan de transición de dos años que mantendrá a Reino Unido dentro del mercado común.
Davis ha reconocido que sigue habiendo discordia en el orden de los temas que deben ser tratado, pero ha insistido que la propuesta de May tiene que ser una prioridad y que los líderes europeos deben autorizar a Barnier a discutirla en el próximo Consejo. En la práctica, supone alcanzar un principio de acuerdo en materia comercial, algo a lo que se opone Bruselas hasta que no estén garantizados los derechos de los ciudadanos europeos en territorio británico, que quede definida la situación de Irlanda del Norte y se concrete la indemnización que debe pagar Reino Unido a sus socios comunitarios.