
La economía mexicana parece haber superado con creces los primeros envites proteccionistas tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, y más allá, ahora transita un escenario en el cual estudia diferentes estrategias de expansión. Habida cuenta de los buenos datos de crecimiento mostrados por la economía azteca en los últimos meses, del 3 por ciento en el segundo trimestre de este año y con una previsión halagüeña para el cierre de 2017 y 2018, del 2,1 y el 2,5 por ciento, respectivamente, parece evidente el potencial de la región para ampliar sus relaciones comerciales y llevar a cabo nuevas inversiones en el país que apuntalen la senda de crecimiento positivo.
En este sentido, el Ejecutivo de Enrique Peña Nieto cuenta con varios ases bajo la manga en forma de reformas estructurales con las que espera continuar espoleando la econoía. Entre ellas, se encuentran la educativa, la financiera y principalmente la energética, motivada esta última por la situación favorable para impulsar este tipo de industria en el sur del país, concretamente en el área del istmo de Tehuantepec.
De este modo, en el terreno energético, la apertura al sector privado para participar en la exploración y explotación de recursos ha permitido que el panorama sectorial cambie de forma radical, e incluso se muestre saneado en la actualidad. Este es el caso de Petróleos Mexicanos (la paraestatal que antes tenía el monopolio de la extracción y aprovechamiento de combustibles), la compañía pasó de ser una amenaza a la estabilidad económica a ser un aliado. A principios de mes, la agencia calificadora Fitch confirmó la calificación de riesgo crediticio y de deuda de Petróleos Mexicanos de BBB+ en moneda extranjera y local y modificó su perspectiva de negativa a estable.
Mayor calidad de deuda
"Un mejor panorama de la calificación crediticia genera mayor certidumbre en el cumplimiento de los compromisos financieros de la empresa, así como mayor confianza tanto en los proyectos actuales como en los potenciales que incluyan algún socio", explicó la agencia de calificación.
No en vano, la mejora de esta percepción obedeció principalmente a tres factores directamente relacionados con la acción del Gobierno. El primero de ellos tiene que ver con la puesta en marcha de su Plan de Negocios 2017-2021, unido a la disciplina financiera, la aplicación de un amplio programa de austeridad por parte de las administraciones públicas y la canalización de inversiones a los proyectos más rentables.
En segundo lugar se encuentra la materialización de la Reforma Energética a través de asociaciones y alianzas estratégicas en la exploración, producción y refinación del crudo. Es decir, un proceso de concentración del sector forzado por el Gobierno de Peña Nieto que ha beneficiado a las sinergias entre compañías y la reducción de los costes de producción.
Por último, también fue crucial para esta mejora de la calificación crediticia de la mayor petrolera azteca, el fortalecimiento de su perfil de deuda, que en la actualidad cuenta con mayor diversificación de fuentes y mayores plazos.
Más allá, estas mejoras también tienen una incidencia en el perfil de deuda del país, ya que ante una mejor calidad crediticia, los mercados tienden a una mayor movilidad inversora en dicha región, y además, se alivian las tensiones sobre la prima de riesgo del país reduciendo así los costes de financiación para el Estado.
"La economía mexicana ha demostrado resistencia ante los precios internacionales más bajos del petróleo, remarcando la disminución de los riesgos probables ante la renegociación del TLCAN, además de que el Gobierno ha mostrado capacidad para enfrentar estos desafíos. México continúa avanzando con la consolidación fiscal y junto con la apreciación reciente del peso mexicano, generará una tendencia renovada a la baja en la carga de deuda pública", concluye Fitch.
Crece la inversión
En materia de inversiones, la Secretaría de Energía estima que la inversión comprometida hasta ahora, que se han adjudicado licitaciones para explotar más de 70 áreas de petróleo y gas, rebasa los 60.000 millones de dólares y podría alcanzar más de 100.000.
"Nosotros decíamos desde principios de año y finales del año pasado, que en México habían buenos fundamentos, que las reformas habían cambiado la forma como la economía funcionaba", dijo recientemente en una entrevista televisiva el secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
Para el titular de las finanzas públicas, el país está ahora en una senda de crecimiento moderado y sostenible: "Hoy vemos elementos positivos: primero, un mejor dato de crecimiento del que se esperaba, un crecimiento balanceado en donde le aportan al crecimiento el mercado interno, el sector exportador, servicios, manufacturas, turismo, el sector primario. Y también un corte en las finanzas públicas que nos hace ver que vamos en ruta para alcanzar los objetivos que habíamos planteado en el Paquete Económico. Las dos son buenas noticias: finanzas públicas que van en línea para cumplir sus objetivos, para seguir su proceso de consolidación; y una economía, que en un contexto difícil y complicado, sigue creciendo y lo hace de manera balanceada, sostenible y apalancada en las reformas estructurales que se han venido probando", añadió.