
Los primeros meses de este año la inflación hizo su aparición al calor de las subidas del petróleo. Parecía que por fin los precios volvían a retomar la senda que conducía al objetivo marcado por el BCE, sin embargo, fue terminar la 'fiesta' del petróleo y el IPC armonizado ya acumula varios meses de caídas o desinflación. El dato de junio fue del 1,3% interanual, lejos del 2% marcado en febrero. Y es que la inflación subyacente, aunque ha repuntado levemente, sigue por debajo de los niveles mostrados en los años previos a la Gran Recesión.
José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca, cree que varios factores podrían estar poniendo techo a los precios: "Los salarios siguen contenidos a nivel mundial, cuando la desinflación de precios externo (petróleo) se produce esto modera la inflación actual".
Según este experto, la Reserva Federal de EEUU apela a varios factores transitorios, como la evolución de los precios del petróleo. Pero también están afectando otros procesos que podrían prolongarse como "el desarrollo tecnológico, el envejecimiento de la población y hasta los bajos tipos de interés", asegura Campuzano.
¿Qué harán los bancos centrales?
Mientras que los precios siguen sin resurgir, los bancos centrales están prolongando la salida real de sus políticas monetarias ultra-expansivas. "La cuestión ahora se centra en el equilibrio entre los beneficios y costes en caso de mantener el exceso de liquidez actual, partiendo de que la efectividad de la política monetaria es menor y el riesgo de excesos a que puede llevar es mayor".
Desde el banco de inversión francés Natixis ya han alertado de que los costes de mantener este tipo de política superan a los beneficios, una vez que la parte más dura de la crisis ha pasado.
No obstante, parece que los bancos centrales han comenzado a darse cuenta de esto y poco a poco comienzan a girar el sesgo de sus políticas. Es "la necesidad de reducir riesgos a futuro derivados de medidas monetarias extremas", explica Campuzano.
De cara al futuro habrá que analizar si los cambios en política monetaria ayudan a mejorar la asignación de los recursos y a su vez esto estimula la productividad, el crecimiento de los salarios y la inflación subyacente, que la que tiene que guiar a los precios hacia los objetivos marcados por los bancos centrales .