
Mohamed bin Salman, con sólo 31 años, ha sido el 'cerebro' que ha planificado el cambio del modelo económico de Arabia Saudí. Ahora tiene la misión de 'salvar' al petróleo y, con ello, lograr obtener un grueso de ingresos importante con la OPV de Aramco. El príncipe estará aún celebrando su nuevo cargo y posición de poder, pero también habrá comenzado a pensar ya en todo lo que va a necesitar para llevar el petróleo hasta el precio objetivo de 60 dólares, una tarea que no será sencilla.
Hasta ahora, Mohammed bin Salman ha sido responsable y defensor de una posición más agresiva de Arabia Saudí en asuntos regionales. En 2015, MbS (como también se le conoce en su país) decidió iniciar el ataque saudí contra los rebeldes Houthi, en Yemen (que Arabia Saudí considera representantes iraníes), mientras que hace escasas semanas ha liderado el congelamiento de las relaciones con Qatar. Además, hace siete meses fue el principal impulsor del recorte de petróleo acordado por la OPEP.
La operación militar contra Yemen se produjo cuando los saudíes intentaban estrangular a la industria de petróleo de esquisto (shale) estadounidense produciendo grandes cantidades de petróleo (estrategia de 'grifos abiertos') y ofreciendo grandes descuentos a los clientes. Sin embargo, esta política dio un giro radical cuando MbS y sus asesores consideraron que la industria del shale se había quedado seca. Durante este periodo, la producción de oro negro en EEUU cayó en más de un millón de barriles por día.
Con el shale en la lona, MbS activó el cambio en la política petrolera, lideró las restricciones de producción que han estado encabezadas por Arabia Saudí, que no sólo ha sido el país que más barriles ha dejado de producir, sino que ha sido el miembro de la OPEP que ha promediado un cumplimiento más estricto con lo acordado. Tras este anuncio, el petróleo superó con holgura los 50 dólares de forma temporal, pero ahí se quedó el 'éxito'.
¿Decisiones erróneas?
Sin embargo, siete meses después, parece que esta estrategia lo que ha hecho ha sido ayudar a la industria del fracking estadounidenses a recuperarse. Hoy, ya ha recuperado alrededor del 80% de la producción diaria que llegó a perder con la estrategia de 'grifos abiertos'. Desde Bloomberg cuestionan la utilidad y eficacia de esta decisión del cártel que fue orquestada en todos sus aspectos desde Riad.
Como destaca Leoned Bershidsky, editor de Bloomberg, las iniciativas que el nuevo príncipe heredero ha tomado durante estos dos años han sido inusualmente ambiciosas en casi todos los frentes y sus resultados no han sido los esperados. Tanto la operación de Yemen como el cambio en la política petrolera han tenido poco éxito, lo cual revela la inexperiencia del príncipe. Oriente Medio necesita menos personas que actúen precipitadamente, no más, si ha de desactivar sus conflilctos en lugar de intensificarlos.
Como destacan desde The Wall Street Journal, Salman podría proponer nuevos recortes de la producción para intentar llevar el precio del petróleo hasta los 60 dólares. El problema es que Salman quizá no cuente con el respaldo de una parte importante del cártel. La decisiones 'extremistas' de Salman han recalentado los conflictos de Riad con varios socios del grupo e incluso con otros grandes productores ajenos al grupo como Rusia.
Un cambio caro y poco creíble
Jim Krane, experto en Oriente medio y energía que investiga para la Universidad de Rice, ve poco probable que el resto de la OPEP quiera reducir drásticamente su producción a menos que Arabia Saudí se ofrezca voluntaria para acarrear con casi todo el peso de los recortes. "Cualquier intención de recortar será vista como un empujón para la OPV de Aramco"
Su plan, Visión 2030, que tiene como objetivo lograr la independencia casi total de Arabia Saudí del petróleo, ha sido cuestionado por algunos economistas por la dudosa capacidad del Gobierno para implementarla. El cambio costará mucho dinero hasta que comienza a volar solo y dar frutos, si al petróleo no le va bien a medio plazo quizá Arabia Saudí no logre el dinero necesario para llevar este plan hasta el final.
Este giro económico del reino no saldrá barato: el rey saudí, Salman bin Abdelaziz, anunció el pasado mes de noviembre (mes del acuerdo de la OPEP) la retirada de 100.000 millones de riales (26.600 millones de dólares) de las reservas del Fondo General de Inversiones para destinarlos a sectores no petrolíferos con el objetivo de "diversificar el abanico de inversiones y aumentar sus ingresos".
El mandatario explicó que "la inversión se iba a llevar a cabo en etapas sucesorias en el marco del programa Visión 2030 y sus objetivos, que se espera que tengan un rol positivo para aumentar las inversiones y la diversificación de las fuentes de ingresos", más allá del petróleo.
Y es que llevar a cabo esos planes cumpliendo con las aspiraciones de la población joven y de rápido crecimiento del reino será una tarea hercúlea. Muchos ciudadanos tendrán que aceptar cambios a peor, como una fuerte reducción de los subsidios y un sector público con menos empleados, para que el plan tenga éxito. También requiere vender hasta un 5% de Saudi Aramco, el tesoro nacional, lo cual significa abrir los libros contables cuidadosamente guardados del gigante del petróleo al escrutinio público.
Con la caída de los precios del petróleo por debajo de los 45 dólares esta semana, la capacidad del Gobierno para complacer a todo el mundo sin consumir sus amplias, pero finitas, reservas de divisas, será limitada. Algo que deja entrever lo que puede ser Arabia Saudí de ahora en adelante fue el mensaje que el rey Salman anunció este miércoles junto a la promoción de su hijo: recortes de salarios y bonificaciones estatales.