
Hace cinco años, el 9 de junio fue sábado. Un sábado caluroso en el que todo el mundo estaba pendiente del debut de la Selección española en la Eurocopa de Polonia. ¿Seríamos capaces de revalidar el título? Pero mientras la selección acaparaba las miradas, la economía española, que había "jugado en la Champions League" sólo unos años atrás, se asomaba al abismo. Así que, antes de acudir al partido, Mariano Rajoy tuvo que pasar el trago de reconocer la debilidad de España, incapaz de captar en los mercados los fondos necesarios para rescatar Bankia. Así, el 9 de junio, durante una calurosa tarde de sábado, llegó la rendición: España pedía a Europa un rescate de hasta 100.000 millones de euros (de los que se han utilizado algo más de 40.000).
En aquel momento, la situación de la economía española asustaba. El Producto Interior Bruto (PIB) caía casi un 1% en ese trimestre y se destruían más de mil empleos al día. El CIS reflejaba el pesimismo de los españoles sobre la economía: el 88,6% calificaba la situación económica como "mala o muy mala".
Hoy, cinco años después, la economía crece un 0,8% al trimestre y ha subido más de un 7% desde que se pidió el rescate. El empleo ha aumentado en el último mes al mayor ritmo desde 2005 y ya ha recuperado los niveles de afiliación de 2009. A pesar de ello, la percepción sobre la economía sigue sin ser excesivamente positiva: el paro sigue siendo el principal problema detectado por los españoles y la economía sigue en una situación "mala o muy mala" para casi el 60% de los ciudadanos.
La tasa de paro sigue cerca del 20%
¿Por qué la economía sigue preocupando a los españoles a pesar de estos buenos datos? Según el CIS, por el empleo. Lo cierto es que pese a la creación de empleo registrada desde 2014, España sigue teniendo la segunda mayor tasa de paro de la eurozona, con un 18,75%. Aunque su nivel es casi seis puntos más bajo que cuando España pidió el rescate, el empleo creado está lejos de ser de la máxima calidad.
Las reformas laborales llevadas a cabo en los últimos años y medidas como las diferentes tarifas planas han acelerado la creación de empleo, aunque a costa de concentrarse en pocos sectores. Según los datos de un informe de Funcas, se han creado 1,2 millones de empleos desde 2014, lo que supone aproximadamente un tercio de los perdidos durante la crisis. La hostelería es el sector que más empleos ha creado, aupado por el tirón del turismo, seguido de sanidad y educación. Así, mientras el sector servicios ha recuperado el empleo precrisis, la construcción y la industria aún están lejos de los niveles precrisis.
Además, más del 50% de los que han encontrado empleo tenían estudios universitarios, lo que ha dejado una bolsa de parados de larga duración sin estudios. Entre las personas con educación inferior a la secundaria, la tasa de paro sigue superando el 28%. Entre los jóvenes sin formación, la situación es aún peor ya que el nivel de paro alcanza el 58% de la población activa.
La otra característica de los empleos generados desde 2014 es la temporalidad. Según Funcas, el 61,5% de los puestos creados en los últimos dos años y medio son temporales, lo que ha elevado la tasa de temporalidad del mercado laboral español hasta el 26%.
La deuda y el déficit
Aunque el paro sigue siendo el mayor problema para los españoles ?así lo dice el CIS con una notable diferencia sobre el resto- la economía española también sigue teniendo dificultades para poner en orden sus cuentas públicas. En 2016, cerró con el mayor déficit de toda la Unión Europea, con un desfase equivalente al 4,5% del PIB y, aunque este año será corrigiéndolo, no logra frenar el desequilibrio de la Seguridad Social, que superará el punto del PIB durante los próximos años.
Además, la deuda ha logrado estancarse, pero lo ha hecho en el entorno del 100% del PIB, lo que supone la sexta más alta de la Unión Europea y un coste anual en intereses de la deuda que supera los 30.000 millones de euros.
Si estos datos son la cruz de la economía española tras el rescate, la cara la ponen sin duda los mercados. El Ibex 35 está ahora cerca de los 11.000 puntos, cuando antes del rescate se situaba en torno a los 6.500 puntos. Y mejor aún es la evolución de la prima de riesgo. Cuando España tuvo que pedir el rescate, se situaba en torno a los 500 puntos básicos y llegó a tocar los 700 hasta que unos meses más tarde, Mario Draghi amenazó con hacer "todo lo que fuera necesario" para salvar el euro. Actualmente, la prima de riesgo ronda los 120-130 puntos básicos y ya no sale en el telediario.