El PIB de España ha vuelto a los niveles precrisis después de nueve años en los que la economía ha sufrido dos recesiones. En este tiempo el crecimiento económico se ha vuelto más equilibrado con más peso del sector servicio y aportación del sector exterior. Pero la recuperación no ha llegado todavía al empleo ni a los salarios. l Del delirio de la burbuja inmobiliaria a la cruda realidad: una radiografía del sector en España
La economía española ha salido oficialmente de la crisis, según el dato de Contabilidad Nacional del primer trimestre del INE. A finales de 2016, el PIB nominal a precios corriente ya lo hizo y en el primer trimestre de 2017 con un crecimiento del 0,8% lo ha certificado corregido el efecto estacional y de calendario. Han tenido que pasar nueve años para que la economía recupere su tamaño después de dos recesiones y un lento repunte del PIB que no comenzó a acelerar hasta mediados de 2014.
En pleno debate de si el modelo económico está cambiando, las cifras indican que hay cambios que parecen estructurales, a la espera que se confirmen. Uno de los más significativos es la aportación del sector exterior. Tradicionalmente, cuando la economía española crecía con fuerza las exportaciones se resentían. Por primera vez, con un PIB robusto la demanda externa apoya el crecimiento.
Fuente: INE
Las exportaciones aceleraron cuatro puntos su crecimiento interanual en el primer trimestre, desde el 4,4% al 8,4%, mientras que las importaciones incrementaron 4,1 puntos su avance interanual, hasta el 6,4%. Según las cifras del INE, en los últimos doce meses las exportaciones españolas alcanzan la cifra histórica de 374.000 millones, un 34% más que en 2008.
Otro de los cambios estructurales es la aportación del sector de la construcción. Motor económico de antes de la crisis llegó a aportar alrededor del 13% del PIB. La crisis se cebó principalmente con él arrasando con más de un millón empleos y prácticamente la paralización del sector. A cierre de marzo, la construcción aporta un 4,9%. El ladrillo daba empleo a más de 2,7 millones en los picos de actividad de 2007, casi tres veces más que en el pasado primer trimestre. El vacío lo ha ocupado el sector servicios cuya aportación supera el 60% del PIB.
La parte negativa es que la economía española necesita menos manos de obra para alcanzar los niveles de producción de antes de la crisis. En el primer trimestre de 2008, había 21,5 millones de personas trabajando. Los datos definitivos de Contabilidad Nacional cifra en 18,9 millones trabajadores que aportaban al PIB, un 12% menos. Es decir, a la misma capacidad de producción de la economía, España necesita 2,6 millones de empleos menos.
Donde tampoco ha llegado la recuperación ha sido en los salarios. La remuneración de los asalariados acumula un descenso del 12%, pese a que desde finales de 2012, la remuneración se está recuperando progresivamente.
