Economía

¿Cómo puede arruinar el Brexit al pequeño comercio británico?

  • Los establecimientos trasladan el repunte de precios a los clientes
  • La caídas de los salarios amenaza seriamente el consumo
Campaña antiBrexit en la frontera de Irlanda del Norte.

Los efectos del Brexit se están comenzando a sentir en la economía de los comercios. Los precios de artículos básicos están subiendo con fuerza y de manera constante dañando al consumo. Los negocios a pie de calle se están viendo obligados a elevar sus tarifas para mantener sus márgenes y ya están empezando a notar la caída de clientes. El riesgo aumenta para comercios que necesitan importar sus productos. No podrían subsistir si se establecen aranceles para los bienes procedentes de la UE. l ¿Cómo ocultan los supermercados de Reino Unido la subida de los precios?

Pequeños puestos de comida ambulante dan de comer todos los días a los empleados de la City (Londres) en cualquier calle o plazuela. Malte Klemt, alemán, acude con su furgoneta desde 2016 a Broadgate Circle para vender salchichas. Por 6,5 libras ofrecía un menú completo de salchichas con salsa y una ración de patatas fritas y ahora. Desde el Brexit se ha visto obligado a subir el precio del menú a 7,5 libras y recortar las raciones.

La situación de los tenderos ha empeorado en 11 meses desde la votación del referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la subida de precios de los comercios tiene su reflejo en las cifras oficiales de inflación. El IPC se situó en abril en máximos de septiembre de 2013 al 2,7%, por encima del 2% niveles que considera confortables para la economía el Banco de Inglaterra.

Los precios crecieron en todos los componentes de la cesta de la compra pero sobre todo en ropa y en el precio de la electricidad. El vendedor de salchichas relata a Bloomberg que su proveedor de carne le ha incrementado el precio un 22% por la debilidad de la libra frente al euro. A pesar del repunte de las últimas semanas, la moneda británica se ha depreciado con fuerza desde que se votó el Brexit desatando presiones inflacionistas.

Golpe a los salarios

Al tendero alemán no le falta razón, la Oficina Nacional de Estadística (ONS, por sus siglas en inglés) de Reino Unido indica que el precio de los alimentos y bebidas crecen a un ritmo anual del 1,6%, la tasa más alta desde marzo de 2014. A los propietarios de servicios de restauración no les queda más remedio que trasladar los incrementos a los clientes. Mientras el conjunto de alimentos crecen un 0,2% al mes, los servicios de restauración lo hace un 0,3%. Aunque no todos los propietarios pueden permitírselo. Klemt asegura que sus clientes no aceptarán más incrementos.

Por un lado, se puede pensar que es por la competencia y porque es más barato llevarse comida desde casa, pero la economía está sufriendo una devaluación interna por la pérdida adquisitiva de los salarios. La rentas del trabajo, en términos reales, cayeron en abril por primera vez en tres años debido al repunte de la inflación.

Una amenaza que está para quedarse, según las previsiones del Banco de Inglaterra, que pronostica que los precios todavía tienen recorrido al alza hasta el 3% a final de año.

Amenaza al consumo

Las condiciones para el consumo, uno de los principales motores de la economía británica, corren el riesgo de griparse y golpear con fuerza a los pequeños negocios, que ya han sufrido el primer embiste. Si al final de las negociaciones del Brexit no hay un nuevo acuerdo comercial favorable para evitar aranceles y más impuestos a las importaciones, muchos tendrán que cerrar. Klemt teme un mayor incremento de los costes, pero ya advierte de consecuencias que serán difíciles de borrar.

"Aparte de los mayores costos de hacer negocios, está el tema de ser un extranjero en una ciudad que de repente es menos abierta que antes", denuncia, que directamente se plantea si quiere seguir con su negocio en Reino Unido.

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