
Benoit Coeuré, economista jefe del Banco Central Europeo, cree que la eurozona sufre ciertos síntomas de la histéresis, un concepto que en economía hace referencia a la imposibilidad del mercado laboral de recuperar su comportamiento natural después de un shock. En una conferencia sobre finanzas organizada en el International Center for Monetary and Banking Studies, Coeuré señala que el mercado laboral de la eurozona hoy sufre "rasguños pero no cicatrices", no obstante, el riesgo que esos arañazos terminen siendo marcas crónicas sigue presente.
La histéresis es un concepto que empleado en economía suele hacer referencia sobre todo al mercado laboral. Normalmente, la tasa de paro aumenta durante las recesiones por la caída del consumo, inversión, etc. No obstante si estos efectos cíclicos perduran demasiado o son excesivamente intensos, los daños pueden dejar secuelas importantes (paro estructural y factores productivos inutilizables). Si años después de haber finalizado la recesión, el mercado laboral sigue mostrando grandes debilidades, la histéresis ha hecho su aparición.
Aunque Coeuré reconoce que estas características parecen encajar con lo que está ocurriendo en la eurozona, si se analiza el mercado laboral de forma más profunda se puede ver que el daño no es tan grave como parece a primera vista. Una parte importante de la debilidad que muestran las estadísticas de paro, tasa de empleo o de subempleo esta compuesto por un capital humano recuperable para sumarse al proceso productivo a medida que la economía continúe progresando.
Mejor 'subempleo' que desempleo
Coeuré destaca que en estos primeros años de recuperación económica el empleo temporal y a tiempo parcial han sido grandes pilares de la creación de empleo. Obviamente, este tipo de empleo no es de calidad y puede estar lastrando el crecimiento agregado de los salarios en Europa y también puede ser causa del débil comportamiento de la inflación subyacente.
No obstante, "aunque esto podría ser considerado como una forma de histéresis, porque algunos trabajadores están trabajando menos de lo que le gustaría, lo cierto es que en general permanecen dentro del mercado laboral, mantienen su red profesional y sus habilidades, por lo que es poco probable que se conviertan en marginados laborales o en desempleo estructural. Esto es lo que quiere decir cuando digo que la crisis ha causado arañazos, pero no necesariamente cicatrices", sentencia el economista jefe del BCE.
Para evitar que estos rasguños se conviertan en cicatrices, Coeuré cree que es importante que los gobiernos de los países prosigan con el camino reformista iniciado durante la crisis económica. El BCE estará apoyando a través de una política monetaria expansiva que suavice los cambios necesarios y que sea consistente con los objetivo de inflación.
Sin embargo, el economista del BCE avisa de que "si se llega a la situación en la que la inflación comienza a sostenerse por sí misma, pero el desempleo de larga duración continúa siendo alto, no debería haber dudas de cómo decidiremos nuestra política. La política monetaria no puede funcionar en una economía 'caliente' como una especie de seguro contra los riesgos del mercado laboral".
Resolver esta situación "no es mandato del BCE, será cosa de otros política abordar esta cuestión", culmina el economista jefe del BCE, Benoit Coeuré.