En un ejercicio de transparencia de poca tradición en España, la Agencia Tributaria comenzó hace unos años a especificar en la declaración de la renta a qué fines se dedican los impuestos que abona el contribuyente. Y los datos arrojan sorpresas. Un 7% de la recaudación total del Estado a través de los principales impuestos se destina al pago de intereses de la deuda, factura que este año sobrepasará, de largo, los 32.000 millones de euros. La cifra es muy llamativa, sobre todo si se compara con lo que se utiliza para financiar la educación (10%) o la seguridad ciudadana (5%).
La deuda pública, instalada desde hace tres años al borde del 100%, sigue pesando demasiado en las finanzas nacionales. Pese a que los tipos de interés a los que se financia el Estado están en mínimos históricos (hemos llegado a financiarnos gratis incluso en plazos a tres años), el volumen de pasivo sobrepasa de largo los 1,1 billones de euros. Y eso hace que las refinanciaciones a las que debemos hacer frente son las más millonarias de nuestra historia, y las que en último término propician que anualmente el Presupuesto deba destinar más de 30.000 millones de euros a este fin desde el año 2012.
Esa cantidad, respecto a unos ingresos que en España se sitúan entre el 38 y el 39% del PIB, levemente por encima de los 400.000 millones, es especialmente elevada. Y costará que se reduzca, a juzgar por los planes macroeconómicos del Gobierno. Si bien la perspectiva, de aquí a 2020, es la de que la carga de intereses pierda importancia respecto al tamaño de nuestra economía (del 2,9% al 2,7%), ese hecho se producirá por el propio incremento de nuestro PIB, y no tanto por la reducción de la deuda, que bajará 6,9 puntos en cuatro años.
Pensiones, nada nuevo
Pero si los impuestos tienen una utilidad clave, es la del pago de las pensiones. Según datos de la Agencia Tributaria, un 39% de los ingresos de las Administraciones se dedican al pago de esta partida, que este año va a rozar por primera vez en la historia los 140.000 millones de euros. Con un crecimiento estimado del 3% en el gasto anual, la cifra no solo no cederá, sino que seguirá incrementándose hasta que el Pacto de Toledo determine soluciones de financiación para el sistema de la Seguridad Social.
Los 72.416 millones recaudados por IRPF; los 21.678 de Sociedades; los 62.845 por IVA; o los 19.866 millones abonados en concepto de Impuestos Especiales (Alcohol, Tabaco, Hidrocarburos) también sirven para financiar la Sanidad, a la que se dedican catorce euros de cada cien de los pagamos en impuestos. Es la segunda partida más importante tras la de pensiones. Para Educación, por contra, cada año se destina un poco menos: este año serán diez de cada cien euros, por efecto de la crisis de natalidad y el envejecimiento poblacional.
Para Defensa, y pese a la petición del presidente de EEUU, Donald Trump, de que cada país de la OTAN invierta un 2% de su PIB, el Gobierno dedica 2 de cada 100 euros de nuestros impuestos, una cantidad que no llega ni a la mitad de lo que reclaman los socios americanos. Mientras, a Seguridad Ciudadana, una de las pocas partidas que no se ha visto afectada por los ajustes de los últimos años, terminan dedicándose 5 de cada 100 euros que pagamos en impuestos.