
Europa, al igual que casi todo Occidente, está siendo víctima del rápido envejecimiento de la población. La esperanza de vida y la tasa de fertilidad iniciaron caminos divergentes hace décadas, una situación que puede suponer un lastre importante para el crecimiento económico de los países desarrollados. El envejecimiento de la población erosiona la progresión económica de varias formas y cambia la estructura productiva de las naciones, que pasan a dedicar más recursos a sectores relacionados con el cuidado de las personas mayores. | La emigración y la demografía dejan a España sin 2 millones de activos menores de 40 años
El Bundesbank (banco central de Alemania) advierte de los cambios estructurales que sufrirá la economía en los próximos años. En el caso concreto de Alemania, el escenario base muestra una importante ralentización del crecimiento potencial del país, que entre 2011 y 2016 ha promediado un 1,25% y entre el año 2021 y el 2025 podría caer hasta el 0,75%. "Este cambio a la baja se producirá sobre todo por para caída de las horas totales trabajadas, debido al cambio demográfico".
Según datos de Eurostat, la edad media en la Unión Europea se ha incrementado en 4,1 años entre 2001 y 2015, pasando los 38,3 años hasta los 42,4 años actuales. Desde la agencia de estadística de la Comisión Europea explican que "la proporción de personas en edad de trabajar en la UE están disminuyendo, mientras que los jubilados están en expansión".
Este proceso sólo está empezando: "En las próximas décadas aumentará considerablemente la población de personas jubiladas, a medida que la generación del baby boom va llegando a la edad de retirarse. Esto supondrá sin duda una mayor carga sobre los ciudadanos en edad de trabajar, que tendrán que cubrir el gasto social requerida por el envejecimiento de la población y una serie de servicios relacionados".
Efecto sobre la productividad
Desde esta institución destacan que este cambio afecta de forma muy importante a la productividad. Los economistas del banco central creen que la productividad de los trabajadores de mayor edad es superior a la de los jóvenes, sin embargo, cuando esta parte del capital humano llega a los años finales de su carrera laboral los aumentos de la productividad se estancan o incluso decrecen.
El Fondo Monetario Internacional coincide con el Bundesbank. En un trabajado publicado en diciembre de 2016 también advertía sobre el envejecimiento de la fuerza laboral y su efecto sobre la productividad y el PIB. "El crecimiento de la productividad puede verse reducido en 0,2 puntos porcentuales cada año en las próximas dos décadas en Europa", según el FMI.
La institución alerta especialmente del declive de la fuerza laboral en España, Italia, Portugal, Grecia , Eslovenia, Eslovaquia e Irlanda. Según el organismo, estos países el crecimiento de la productividad se verá mermado de media en 0,6 puntos porcentuales por año. Además, "muchos de ellos ya se enfrentan con unos niveles de endeudamiento elevados".
Según los datos que maneja el FMI, el crecimiento de la productividad total de los factores (PTF) tendrá que lidiar con una pérdida de 1,1 puntos porcentuales en Grecia, mientras que en Italia y España esta pérdida será de alrededor de 0,7 puntos porcentuales por año. Por el contrario, en Noruega, Suecia y Letonia el efecto será prácticamente inexistente.
Cambios estructurales
Desde el Bundesbank alertan de que si no se produce una importante llegada de inmigrantes a Alemania (unos 2,5 millones de inmigrantes hasta 2025) "la fuerza laboral comenzará a caer en 2020, mientras que en 2025 se podría haber reducido ya en un millón de personas", según el informe rutinario del mes de abril del banco central.
Esto sin duda afectará al PIB, una combinación de baja productividad y una fuerza laboral más pequeña puede ser letal para el crecimiento económico. Además, los economistas del banco central alemán creen que existe otra vía que puede lastrar el progreso económico: "En una sociedad envejecida, los servicios relacionados con el cuidado y la salud de los ancianos pasan a representar gran parte de la actividad económica del país, en detrimento de los sectores que se dedican a producir bienes".
Los servicios dedicados al cuidado de los ancianos son a día de hoy muy intensivos en factor trabajo (requieren muchos empleados) mientras que la productividad de ese sector es menor que la de otras ramas del sector servicios, por lo que "las economías envejecidas podrían mostrar un crecimiento muy bajo, al menos durante este proceso de transición demográfica", sentencian desde el Bundesbank.