
El conocido como espíritu animal que ha embriagado a los inversores y consumidores desde que Donald Trump tomase posesión el pasado 20 de enero no ha terminado de calar en el crecimiento estadounidense. Mientras el sentimiento de los consumidores se mantuvo en los 97 puntos en abril, no lejos de los máximos alcanzados tras conocer que el republicano sería el presidente de la mayor economía del mundo, el gasto en automóviles así como en servicios básicos contribuyó a que el PIB anotara en el primer trimestre del año su menor avance de los últimos tres años.
La expansión, de tan solo un 0,7%, supone un frenazo desde el 2,1 de los últimos tres meses del año pasado, cuando EEUU creció un tímido 1,6%, su peor marca desde 2011. Los últimos años, en los tres primeros meses el crecimiento de la economía americana, se ha caracterizado por registrar tímidos avances.
"A los débiles datos en el consumo hay que sumar que el gasto en servicios básicos ha sido bajo dadas la cálidas temperaturas, al tiempo que el gasto en defensa cayó significativamente al igual que el cúmulo de inventarios", explica Nariman Behravesh, economista jefe de IHS Markit. Factores que irán disipándose en el trimestre en curso, cuando el crecimiento debería repuntar por encima del 3%, a medida que el consumidor vuelve a sacar músculo, tras registrar su peor nivel de gasto desde 2009, y las compañías reponen sus inventarios. Postura que comparte Joseph LaVorgna, economista jefe de Deutsche Bank en EEUU, quien incide que "la mejora dramática de los últimos meses apunta a un repunte en el gasto en el segundo trimestre".
De esta forma, Trump celebra sus 100 días en el Despacho Oval dejando un sabor insípido después de una creación de empleo de sólo 98.000 empleos en marzo y un optimismo basado en las expectativas sobre la implantación de su agenda política. El pasado miércoles, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, presentaron las claves de la reforma tributaria, que busca rebajar el Impuesto de Sociedades al 15%, una merma de 20 puntos, y simplificar el IRPF en tres tramos de entre el 10 y el 35%.
Sin embargo, se quedaron en el tintero incógnitas como cuál será el gravamen a la repatriación de beneficios o cómo esta rebaja fiscal impulsará el crecimiento hasta un nivel del 3% que, consecuentemente, evite que estas medidas sigan engordando el déficit y la deuda. Otras iniciativas, como la cancelación y reemplazo del sistema de salud aprobado por la Administración Obama, siguen buscando nueva fecha de votación en el Congreso, después de que el Caucus de la Libertad, el grupo de republicanos que dinamitó el primer intento, mostrase su apoyo al nuevo y revisado plan. Precisamente, esa posible votación se convirtió en la granada de mano de los demócratas para bloquear la expansión en la financiación de las operaciones del Gobierno. Después de obligar a Trump a retirar la petición de parte del Presupuesto para comenzar a construir su polémico muro con México, los demócratas amenazaron con frenar cualquier medida para garantizar que las agencias federales puedan funcionar con normalidad.
Dadas las circunstancias, el Congreso consiguió una semana de margen para las negociaciones para acordar un proyecto de ley de gastos que financie al Gobierno hasta septiembre, con lo cual Trump evitó tener que cesar determinadas operaciones federales en la jornada en la que culminan sus 100 primeros días en la Presidencia. Una votación en la Cámara de Representantes, aprobada por 382 a 30, fue seguida rápidamente por una aprobación unánime en el Senado a una prórroga presupuestaria de emergencia apenas 12 horas antes de la fecha tope.
Los líderes de ambos partidos dicen que están cerca de un acuerdo sobre un plan de gastos más amplio después de que los republicanos señalaran que aceptarían las exigencias demócratas de que la Administración Trump se comprometa a continuar pagando subsidios del Obamacare y abandone su solicitud de fondos para construir un muro fronterizo con México.
A la espera de conseguir objetivos legislativos de calado, recordemos que a la reforma fiscal y el reemplazo del sistema de salud hay que añadir su meta de lograr una inversión en infraestructura de un billón de dólares durante la próxima década a través de iniciativas público-privadas, Trump continuó este viernes avanzando a golpe de decreto. El republicano firmó una serie de órdenes ejecutivas que obligan a una revisión del actual plan quinquenal de arrendamiento de operaciones petroleras y gasistas en alta mar así como una revisión de todas las regulaciones al respecto en aguas federales.