
Aprobar los Presupuestos Generales del Estado le costará al Gobierno algo más de 12.000 millones de euros extraordinarios en virtud a los acuerdos suscritos con Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias y a los pactos con las autonomías, beneficiarias de un cheque adicional de 5.432 millones para este ejercicio. Un coste que Moncloa espera compensar con un aumento de ingresos de más de 14.000 millones de euros, suficiente en principio para cumplir el límite de déficit del 3,1 por ciento.
El Gobierno lo venía anunciando desde el principio de la legislatura. Lo más importante para Rajoy son los Presupuestos. "Dijimos que los íbamos a presentar, y aquí están", recordó ayer el portavoz, Íñigo Méndez de Vigo. Y lo cierto es que el equipo del Ejecutivo se ha concentrado en sacarlos adelante y en desplegar una ronda de contactos que ha abarcado a todas las fuerzas políticas sin excepción, incluidos los barones autonómicos, cruciales para que las Cuentas salgan adelante y para que Pedro Quevedo, de Nueva Canarias, deje por el camino el no es no del socialista Pedro Sánchez y flexibilice su posición para negociar.
Con previsiones macroeconómicas "prudentes, pero buenas", y la garantía anticipada de mayor crecimiento económico, de más empleo, haciendo énfasis en las partidas sociales, o apostando por la calidad de los servicios públicos y por el cumplimiento con el déficit, el Gobierno estrena "un nuevo ciclo", que no es otro que el del entendimiento. Porque estas cuentas -subrayan desde Moncloa- son el fruto del "diálogo", y también de la suma de voluntades y de peticiones que se irán desvelando en los próximos días, y donde las demandas más dispares han casado las peticiones de Ciudadanos y Coalición Canarias, a falta del sí definitivo de PNV y Nueva Canarias, algo que dan por hecho en el entorno del Gobierno.
Desde esta perspectiva política, pero sobre todo eminentemente económica -tal y como se esmeró en recalcar el socio preferente de Mariano Rajoy, Ciudadanos-, los Presupuestos son un logro a valorar que por encima de cualquier otra lectura suponen la primera y verdadera válvula de oxígeno para el nuevo Ejecutivo del PP, con 137 escaños en el Parlamento.
El 2018 ya está encima
Las cuentas de 2017, eso no lo niega nadie con representación en la Cámara Baja, dan alas al Gobierno de Rajoy hasta 2018, más allá de quién gane las primarias en el Partido Socialista y de las alianzas que se establezcan en el Parlamento.
Una vez asumido que el PSOE se queda fuera de la ecuación -incluso si es Susana Díaz la que al final se alza con el triunfo en la cuita interna-, Moncloa podría optar por repetir fórmula y acuerdo con Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias para dar luz verde al techo de gasto de 2018, que debe aprobarse como muy tarde en el mes de julio.
Será en otoño cuando, si Rajoy quiere alargar la legislatura desde su mayoría minoritaria, Hacienda deba extender de nuevo la chequera para contentar a sus socios y obtener el visto bueno a unas Cuentas, las de 2018, que ya están a la vuelta de la esquina.