
En un escenario en el que Estados Unidos ponga en marcha la batería completa de medidas proteccionistas anunciadas por Donald Trump, y China y México adopten las consiguientes represalias, las dos principales economías del mundo pueden ver reducido su avance dos puntos en 2020. Con todo, la economía que se llevaría la peor parte sería la mexicana, que bajo ese supuesto recibiría un varapalo de hasta seis puntos porcentuales, tal y como pone de manifiesto un informe publicado este jueves por el Banco de España.
El documento Situación y perspectivas de la economía mundial a comienzos de 2017 contempla estos cálculos en caso de que la Administración Trump imponga aranceles del 45% a China y del 35% a las importaciones mexicanas y de que Beijing y DF respondan con medidas de magnitud equivalente.
El impacto negativo podrían verse reducidos si se produjera un cambio en la orientación comercial de México y China hacia terceros mercados y otras economías son capaces de ocupar el hueco dejado por las exportaciones estadounidenses.
El descrito hasta ahora es el escenario menos lesivo para la economía mundial. La situación a nivel global sería peor si se materializase el segundo supuesto, el de "guerra comercial generalizada", cuyo efecto sobre la actividad mundial sería muy acusado, puesto que llegaría a restar al PIB mundial entre 8 décimas y 1,2 puntos porcentuales.
El regulador incide en su artículo en que el proteccionismo comercial distorsiona a corto plazo la asignación de recursos, provocando pérdidas de eficiencia. A medio y largo plazo puede afectar negativamente al crecimiento y a la capacidad productiva. Al mismo tiempo, constata que al menos hasta la fecha las políticas comerciales "no parecen haber desempeñado un papel importante en la desaceleración del comercio internacional", algo que podría cambiar con Trump.
Pese a la situación de inestabilidad, el BdE prevé un crecimiento de la economía mundial ligeramente superior al registrado en 2016 (3,1%). Esto sería así gracias al fortalecimiento tanto de las economías avanzadas -con un crecimiento promedio en el entorno del 2%-, como de los emergentes, que situarían su ritmo de avance en el 4,5%.
En el caso de las economías emergentes, su desempeño se verá condicionado por el endurecimiento de las condiciones financieras globales, en un contexto de normalización de la política monetaria de EEUU más rápida de lo esperado hace algunos meses, la posible retracción del comercio internacional derivada del proteccionismo y la desaceleración de China.