
Solo uno de cada diez empleados temporales consigue cambiar el tipo de contrato indefinido, según el último informe de la OCDE sobre España. Esta proporción de empleados es la más baja de todos los países desarrollados y muy por debajo de la media de la Unión Europea. Sólo Polonia bate a España como líder en empleo temporal. En 2016, se destinaron 1.635 millones a bonificaciones en las cotizaciones para aumentar el trabajo de calidad.
La precariedad del mercado laboral se define por la elevada tasa de temporalidad y parcialidad. Los contratos temporales y a tiempo parcial están marcados por tener menores ingresos y ser más vulnerables al desempleo que un contrato indefinido. España es líder dentro del club selecto de los países que componen la OCDE.
El organismo desmonta el triunfalismo del Gobierno en creación de empleo en los últimos dos años, los años de la recuperación de la economía y de récord de empleo. La OCDE saca los colores a España a base de datos. "Se caracteriza por contar con una elevada proporción de trabajadores temporales: un 25,7% en 2015", indica el documento. Algo que no ha ido mejor en 2016, cuando la temporalidad repuntó al 26,5%.
"Una cuarta parte del conjunto de los empleados tiene empleos temporales, lo cual representa la mayor proporción de la OCDE después de Polonia. Asimismo, España también muestra la tasa más baja en la transición de trabajadores de empleos temporales a empleos indefinidos", detalla el documento con gráficos elocuentes.
El organismo añade que de media los ingresos de los trabajadores son también comparativamente bajos respecto al resto de países de la OCDE, "lo cual refleja la baja formación media de los trabajadores y la escasa productividad media de las empresas". Y critica que las exigencias laborales impuestas sobre los trabajadores, tales como el tiempo que tienen para realizar una tarea o los riesgos para la salud física, son excesivos en comparación con los recursos de los que disponen, incluido "un débil acceso a la formación".
Excesiva dependencia del contrato temporal
Los expertos de la OCDE subrayan que la excesiva dependencia de los trabajadores temporales es una de las consecuencias de los bajos niveles de productividad. Además de "la deficiente base de habilidades disponibles entre la población, una baja innovación empresarial, una asignación ineficiente de capital a empresas de baja productividad, y unas barreras de entrada elevadas para quienes quieren crear y hacer crecer una empresa".
El secretario general de la institución, Ángel Gurría, instó ayer a mejorar la calidad del empleo a través de una mejor cualificación de los empleados, vía una mejor formación, enmendando las políticas de empleo de los últimos años.
La mayor crítica de la OCDE a España ha sido el crecimiento de la desigualdad y de la pobreza. El análisis relaciona directamente el trabajo temporal y a tiempo parcial con una reducción de los ingresos y un incremento del riesgo de pobreza. Y de manera indirecta critica la ineficiencia de las políticas de empleo aplicadas desde 2012 para fomentar la contratación indefinida con reducciones en las cotizaciones a la Seguridad Social por parte de las empresas.
Desde 2012, cuando se aplicó la reforma laboral en la que se abarató el despido, en la misma ley se promulgó medidas para el fomento del empleo, que incluía bonificaciones en la contratación para las empresas, con una reducción en la cotización que pagan por empleado a la Seguridad Social. Entre ellas destacó las ayudas para convertir el trabajo temporal en indefinido y la contratación para menores 30 años y mayores de 45 años.
Bonificaciones para las empresas
Las empresas con menos de 50 empleados reciben un recorte entre 500 euros y 700 euros al mes durante tres años en la cotización por trabajador que conviertan un contrato temporal en indefinido. El Gobierno destinó 1.635 millones en 2016 a las bonificaciones en las cotizaciones de la Seguridad Social acogidas a medidas de fomento de empleo. Un importe que afecta directamente al déficit del sistema de las pensiones que asciende a casi 19.000 millones.
Pero el efecto sobre el mercado del trabajo está siendo limitado, a pesar de la mejora de los contratos indefinidos en los últimos meses. Por primera vez en los últimos doce meses, los contratos temporales bajaron del 90% sobre el total de contrataciones. Por cada diez contratos que se firman uno es indefinido.
Los trabajadores que pasaron a indefinidos en sus empresas son una pequeña cantidad respecto al volumen total de temporales. En 2016, solo 582.000 empleados tuvieron esta oportunidad, según las cifras del Servicio Público de Empleo Estatal. Solo suponen el 3,18% del total de contratos temporales que se realizaron en el ejercicio. En 2015, el porcentaje era aún más bajo del 2,79%.
Justo en este período, el Gobierno como medida temporal para impulsar el empleo indefinido entre febrero de 2015 y agosto de 2016 se redujeron temporalmente las contribuciones a la Seguridad Social para las empresas, al eximir durante dos años los primeros 500 euros para los nuevos contratos indefinidos.