
El gobierno brasileño ha autorizado este viernes a sus ciudadanos a que retiren efectivo que el país les retenía de sus salarios. La medida busca fomentar de nuevo el hábito del consumo para reactivar una economía que sufre la peor recesión de su historia.
Una parte de los salarios de los trabajadores de Brasil es retenida por el Gobierno y sólo pueden acceder a estos 'ahorros forzosos' en caso de desempleo, enfermedad o compra de una vivienda.
Como consecuencia del levantamiento de la restricción, que se mantendrá hasta el próximo mes de julio, los brasileños se han agolpado frente a los bancos para poder hacer uso de sus reales previamente congelados.
La medida también busca mejorar la opinión de la ciudadanía sobre las iniciativas económicas del Gobierno, que ha puesto en marcha políticas de fuerte austeridad desde que Temer accedió al poder tras el 'impeachment' a Dilma Rousseff.
La congelación del gasto presupuestario para los próximos 20 años que ha aprobado el Congreso recientemente, sumado a una inflación que, pese a caer en febrero, sigue rondando el 5% interanual, y a una caída del PIB del 3,6% el pasado año, tienen estrangulada la economía del país.
Sin embargo, el objetivo gubernamental de dinamizar la economía poniendo más dinero en circulación puede no llegar a buen fin. Los analistas prevén que la ciudadanía retire unos 9.500 millones de dólares del fondo disponible, apenas medio punto porcentual del PIB del país, de lo cual apenas la mitad se destinará al consumo, dejando la otra mitad para pagar deudas o invertir.