
Jiri Rusnok, gobernador del Banco Nacional Checo (BNC), asegura que están preparados para aguantar unos tiempos que pueden llegar a ser "bastante turbulentos". La institución monetaria tiene previsto reducir o incluso abandonar su intervención en el mercado de divisas y dejar mayor libertad a la corona checa, que ahora mismo cotiza anclada al euro. Este movimiento podría provocar fuertes oscilaciones sobre la divisa del país, que se encuentra muy devaluda. | República Checa da lecciones a sus vecinos europeos
En noviembre de 2013, el BNC se comprometió a mantener un tipo de cambio de 27 coronas checas por cada euro. La institución explicó que este "compromiso no era un nuevo objetivo de política monetaria, sino que era el instrumento utilizado para cumplir con la meta de inflación del 2%".
Varios países europeos que prefirieron no adherirse al euro decidieron anclar su divisa a la moneda única (sobre todo tras el comienzo del programa de estímulos del BCE) para evitar que sus monedas se apreciasen demasiado y perdiesen competitividad respecto a los bienes y servicios fabricados en la eurozona. Ahora, varios de esos países están recibiendo fuertes influjos de capital y tienen que intervenir en el mercado de divisas con grandes sumas de dinero para mantenerlas ancladas al euro. Este es el caso, por ejemplo, de Dinamarca. Son países con tasas de paro muy reducidas y que muestran un crecimiento mucho más robusto que área euro.
Ahora que el Índice de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) están alcanzando y superando los objetivos del BNC, Rusnok y su equipo se quedan sin excusa para mantener artificialmente depreciada la corona checa. El IPCA ha crecido a un ritmo del 2,1% y del 2,3% interanual según los últimos datos, la tasa de paro se encuentra en el 3,6% y el PIB crece a tasa interanuales cercanas al 2%. Todo hace pensar que si la corona flota de forma libre se apreciará con violencia.
Rusnok explica en una entrevista con Bloomberg que si el banco central "intenta mitigar los movimientos de la corona después de abandonar el tipo de cambio fijo, entonces no estarían abandonando ese sistema". El BNC está dejando entrever que la corona tendrá bastante libertad en el mercado.
"Naturalmente puede haber ciertos elementos de sorpresa, pero hemos demostrado nuestra transparencia claramente comunicando que vamos a abandonar esta política de tipo de cambio fijo", según destaca el gobernador en la web del BNC.
La transparencia del banco checo
Como reza la propia web de la institución, "las intervenciones del banco central para debilitar la corona implican la compra directa de divisa extranjera y la venta de coronas checas, siempre que es necesario". Cuando los técnicos del BNC ven que la corona comienza a sufrir presiones apreciadoras, "un equipo de traders de la institución lanza de forma automática compras de divisa extranjera hasta devolver a la corona a un nivel cercano a las 27 unidades por euro".
Desde ING estiman que durante los dos primeros meses de este año, el banco central ha comprado alrededor de 20.000 millones de euros para mantener el anclaje. Según datos oficiales, en el mes de enero la intervención había sido de 14.480 millones de euros. El propio BNC explica que pueden usar una cantidad infinita de coronas para comprar moneda extranjera, ya que tiene el monopolio sobre la emisión, tanto en papel como electrónicamente, de la corona.
Se estima que el BCN podría anuncia el abandono del anclaje al euro antes del verano. Estas expectativas han incrementado las inversiones en activos financieros checos a la espera de la presumible apreciación de la corona. Estos flujos han llevado a la deuda checa a llegar a ser considerada como la más segura del mundo por los inversores. Hoy, el bono checo a diez años cotiza a niveles similares del bono finlandés o el de Países bajos.
Este influjo de capitales podría apreciar sensiblemente la corona checa, al igual que ocurrió con el franco suizo, lo que podría dañar el sector exterior checo. Los últimos años, la balanza por cuenta corriente ha registrado pequeños superávit que podrían desaparecer si la corona alcanza niveles poco saludables.