Economía

España, exportador contra viento y marea: ¿capeará el parón del comercio global?

  • España pasó a ser un exportador neto en 2014, la tendencia continúa
  • El menor crecimiento del comercio amenaza al sector exportador
  • Ganar cuota de mercado vía mejoras de la competitividad es el camino
Foto de archivo

El parón del comercio internacional (ya crece menos que el PIB mundial) está poniendo en peligro uno de los grandes éxitos de la economía española en los últimos años; llegar a ser un país exportador. La economía española logró, por fin, en 2013 exportar más bienes y servicios de los que importó. Es decir, el saldo conjunto de la balanza comercial y de servicios fue positivo después de 15 años arrojando déficits de importante tamaño. Parece que esta tendencia positiva se prolongará durante los próximos años, pero el retroceso que está sufriendo el comercio internacional podría descafeinar los beneficios que se presuponían tras años de dolorosa devaluación interna (contención salarial y beneficios distribuidos).

El comercio mundial ya no crece como en los años previos a la Gran Recesión. Además, mientras que se produce esta ralentización, una ola de proteccionismo comercial está llegando en varios de los países desarrollados más importantes. Esta nueva situación podría lastrar la tendencia creciente de las exportaciones españolas, por la dificultad que entraña vender bienes y servicios al exterior en este contexto.

A pesar de este lúgubre futuro para el sector exportador, los expertos de CaixaBank Research se muestran optimistas en su informe mensual y creen que "hay razones para esperar que, contra viento y marea, la evolución de las exportaciones españolas siga siendo relativamente buena". Para ello, las empresas españolas tendrán que seguir innovando y luchando por ser competitivas.

¿De qué dependen las exportaciones?

El comportamiento de las exportaciones depende de tras factores, de los cuales dos juegan en contra de los bienes y servicios españoles. Como destaca el informe, el primero es la demanda global. El menor crecimiento de este componente ya es un hecho y un obstáculo para la exportación. Además, es el factor cuantitativamente más importante.

El segundo factor es la composición geográfica del destino de las exportaciones. Como explican los economistas de la entidad catalana, "este componente es desfavorable por el elevado peso de las exportaciones españolas con destino a la eurozona, que representa el 50,9% del total".

Para las exportaciones de un país es importante tener diversificado el destino de las mismas para reducir los riesgos. Por otro lado, la escasa presencia en Asia puede suponer también un problema importante, puesto que es un continente con unas previsiones de crecimiento muy buenas y con mayor población.

Por último, está la calidad y el precio relativo de los bienes y servicios producidos, es decir, la competitividad. "Este tercer componente se obtiene por la diferencia entre el crecimiento observado de las exportaciones españolas y los otros dos componentes, la demanda global y la distribución geográfica". Esta componente fue muy importante en la etapa 1990-1999 gracias a las devaluaciones de la peseta, mientras que su efecto fue residual en la etapa 2000-2007. Sin embargo, la competitividad ha recuperado parte del protagonismo entre el 2012 y el 2015, periodo en el que ha aportado 1,4 puntos porcentuales del crecimiento.

El año 2016 ha sido esperanzador

Este 2016, tras dos años de crecimiento y creación de empleo, las exportaciones han seguido evolucionando de forma positiva. Las de bienes crecieron en torno a un 3,5%, por encima del crecimiento del comercio mundial de mercancías, de modo que la economía española ha vuelto a ganar cuota de mercado sobre las exportaciones mundiales.

El control de los costes laborales y algunos cambios en la composición de las exportaciones españolas están permitiendo que por ahora España supere este parón del comercio internacional.

No obstante, la gran sorpresa está llegando de las exportaciones de servicios turísticos. Como destacan desde Funcas en su informe sobre la evolución de la economía española, "la llegada de visitantes extranjeros creció un 10% en 2016, la tasa más elevada de su serie histórica". Además, la fortaleza de este componente de la balanza de servicios parece que puede prolongarse a medio plazo, debido a la inestabilidad que sufren algunos países del Mediterráneo, que compiten directamente con España en este campo.

De modo que las exportaciones pueden seguir siendo uno de los motores de la economía española de cara al futuro, siempre y cuando los bienes y servicios producidos en el país sigan mejorando su relación calidad/precio, es decir, sigan ganando en competitividad.

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Comentarios 1

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sam
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P_utas, D_rogas y camareros eso es todo amigos.

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