El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió este lunes en la Casa Blanca al dirigente canadiense, Justin Trudeau, en un momento clave para ambos países, especialmente con las miras puestas en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). De ahí que quizás la recepción fuera implícitamente algo más tensa que las visitas recibidas por el republicano durante las últimas semanas, entre las que destaca la de la primera ministra británica, Theresa May, o el primer ministro nipón Shinzo Abe.
Sin embargo, Trump no dudó en destacar la "excepcional" relación comercial con Canadá, destacando que la situación con su vecino del norte "es mucho menos severa que con nuestra frontera sur", en referencia a México. De nuevo, el republicano recordó que "durante años" el intercambio comercial con México "no ha sido justo" y volvió a reiterar que la situación cambiará próximamente para defender a los trabajadores americanos.
Por su parte, Trudeau reconoció -ante la pregunta de uno de los periodistas presentes durante la rueda de prensa celebrada en la Casa Blanca- que las perspectivas de un cambio en el TCLAN "son una preocupación para los canadienses y la economía". Dicho esto, destacó que "también millones de empleos estadounidenses dependen de estas relaciones".
Recordemos que un 75% de las exportaciones canadienses van a parar a su vecino estadounidense. La frontera registra anualmente un volumen comercial de alrededor de 660.000 millones de dólares, con variedad de productos, como partes de automóviles, petróleo o aluminio, por mencionar algunos. Diariamente, la frontera con EEUU registra transacciones comerciales por valor de 2.000 millones de dólares (unos 1.880 millones de euros).
En estas circunstancias, el inquilino de la Casa Blanca, quien amenaza con imponer tarifas fronterizas de hasta un 20% a las exportaciones procedentes de México, sólo habló de hacer "ajustes" en su relación comercial con su vecino del norte. En estos menesteres, el mandatario canadiense incidió en que ambos países "hablarán de iniciativas para crear trabajos de calidad para nuestros ciu- dadanos a ambos lados de la frontera. El primer ministro canadiense habló de las "innovadoras" relaciones económicas entre Estados Unidos y su país, y reiteró que "a menudo, nuestras victorias son compartidas".
Durante la rueda de prensa, Trump apostó por generar "más puentes" con Canadá y ambos hablaron de temas relacionados con seguridad y política migratoria. Trump aseguró que ambos países "cuentan con grandes ideas en materia migratoria" y que ambos Gobiernos planean "algunas cosas a nivel transfronterizo" que serán buenas para el comercio.
Horas antes, Trump rompió el hielo con el dirigente canadiense, alabando al padre de Trudeau, Pierre Elliot Trudeau, durante una mesa redonda donde ambos mandatarios presentaron el Consejo Empresarial de Mujeres de Canadá y Estados Unidos.
Mientras tanto, Estrasburgo se prepara, entre mínimas protestas para la aprobación, este miércoles, del CETA, el tratado comercial entre la Unión Europea y Canadá que pretende aumentar un 20% los intercambios comerciales bilaterales. La votación tiene visos de prosperar con el voto favorable del PP europeo y de los liberales de Alde, mientras el morbo lo sirve el Grupo Socialdemócrata: socialistas franceses o italianos han anunciado que votarán en contra y otros como el español aún no han terminado de precisar el sentido del voto. Podemos e IU mostrarán su rotunda oposición y algunos eurodiputados acudirán a las marchas organizadas como protesta en la cuidad francesa para la mañana del miércoles.
Una vez el CETA sea aprobado, Trudeau pronunciará un discurso en el Parlamento Europeo este jueves y animará a mejorar las ya buenas relaciones entre Canadá y la UE. Trudeau defenderá el acuerdo y animará a los parlamentos nacionales a rubricarlo, último paso antes de que este acuerdo comercial entre en vigor.
