
La Oficina Nacional de Investigación del Fraude de la Agencia Tributaria (Onif) asegura que Rodrigo Rato constituyó la trama internacional para defraudar 6,8 millones en 2001, cuando era vicepresidente económico del Gobierno. De acuerdo con su último informe, el también exdirector gerente del FMI constituyó las sociedades Kradonara y Vivaway con el "fin primordial" de ocultar la identidad del verdadero beneficiario de las mismas y "perjudicar a la Hacienda Pública".
La entidad Vivaway Limited, dueña y socia única de Kradonara 2001, fue constituida el 12 de septiembre de 2001 en Cardiff, capital de Gales (Reino Unido), aunque su domicilio declarado se encuentra en Wembley (Inglaterra). Algo menos de dos meses después, según el informe de la Onif, "comparecieron ante notario en la isla de Sark (un territorio offshore perteneciente a las Islas del Canal) el administrador y la secretaria de la sociedad al objeto de conferir poder amplio y extenso a favor de Domingo Plazas Ruiz", el abogado y representante de Rato.
Beneficiario real
Kradonara se creó en San Roque (Cádiz) el 8 de noviembre de 2001, acudiendo Plazas en representación de Vivaway al acto de fundación. De acuerdo siempre con la Onif, "la identificación de su accionariado es desde su inicio velado u ocultado a través de una estructura societaria con vértice final en Guernsey", en las Islas del Canal, un territorio que está considerado paraíso fiscal por la OCDE. El departamento de inspección financiera de la Agencia Tributaria concluye que "el beneficiario efectivo de Vivaway (y por lo tanto de Kradonara) es el propio señor Rato Figaredo, si bien parece utilizar al fiduciario Findsbury Holding Limited GB para ocultar su verdadera identidad". Esta firma, que trabaja para centenares de empresas en todo el mundo con sociedades en diferentes paraísos fiscales, tiene su sede en Gibraltar.
La Onif asegura que el exvicepresidente del Gobierno se habría ayudado además de otras dos sociedades para la ocultación de bienes radicadas en Panamá: Red Rose y Westcastle. Rato habría conseguido presuntamente, a través de esta estructura, ocultar rentas de más de 14 millones y defraudar así al fisco.
La policía antifraude cree que esta trama internacional, cuya titularidad era opaca, "ha sido utilizada para la ocultación de rentas (y patrimonio financiero) que han escapado al control fiscal y cuyo beneficiario efectivo ha sido don Rodrigo Rato". El expolítico realizó transferencias bancarias internacionales con rentas no declaradas por un importe ligeramente superior a los 7 millones de euros. "Los países de riesgo utilizados han sido básicamente, y entre otros, Luxemburgo, Mónaco, Suiza, Reino Unido y Gibraltar", dice la Onif.
La opacidad de la trama se mantuvo durante más de una década. "La titularidad sobre las sociedades extranjeras (y por ende tampoco Kradonara 2001) no ha sido declarada por don Rodrigo Rato como debía haber hecho ante la Agencia Tributaria (Impuesto de Patrimonio) sino tan sólo desde abril de 2013". El motivo de declarar la titularidad de las sociedades en el extranjero en el año 2013 se debe a la nueva obligación en dicho ejercicio y a las gravosas consecuencias que derivan de su incumplimiento.
El informe de la Onif determina que parte de las rentas que presuntamente Rato ocultó en el extranjero "han ido destinadas a la construcción de un hotel en Berlín" cuya titularidad real corresponde en cerca de un 50% al exbanquero. Dicho año, declaró cuentas en Suiza, Mónaco y Reino Unido, y valores en Panamá, Mónaco, Luxemburgo, Suiza y Reino Unido.
El exvicepresidente del Gobierno se ha defendido de las conclusiones del informe remitido por la policía antifraude al Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid asegurando que no obtuvo ningún tipo de renta, ya que los fondos procedían de las sociedades Red Rose y Westcastle, de las que era titular, e insistió además en que el origen de esos fondos se justificó en 2013 y por tanto la Agencia Tributaria tenía conocimiento de los mismos.
Por tanto, Rato denuncia que cuando el informe alude a las transferencias desde el extranjero utiliza los datos "torticeramente" para argumentar un fraude.
"Premisas falsas"
"La Onif, con evidente mala fe, cuantificó una cuota, supuestamente defraudada, partiendo de premisas falsas y, lo que es aún más grave, la información que le permitía dar una explicación alternativa más probable y en absoluto delictiva estaba contenida necesariamente en su base de datos", sentencia.
El mismo documento afirma, por otro lado, que el exbanquero era propietario del Hotel Alba de Layos de Toledo, establecimiento que recibió una subvención de la Comisión delegada del Gobierno para Asuntos Económicos en 2004, organismo que Rato presidía durante su etapa como vicepresidente. El hotel pasaba por esas fechas por un mal momento de tesorería.