Economía

España pierde la ventaja competitiva con la eurozona tras más de tres años

  • El diferencial de inflación con la UEM desparece por primera vez desde 2013

Después de más de tres años de ventaja, resultado del asentamiento de la inflación negativa en la economía española, España se arriesga a perder competitividad con los socios comerciales del área del euro por el cambio de tendencia que refleja ya el aumento de los precios.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) constata que el periodo iniciado en septiembre de 2013, cuando el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), que mide la evolución de los precios con el mismo método en la zona euro, empezó a ser inferior en España a la media de los países con los que compartimos moneda, ha llegado a su fin. El IPCA repuntó cinco décimas en octubre, hasta el 0,5%, igualando la tasa promedio de la Unión Económica y Monetaria (UEM) después de más de tres años de diferencial negativo.

En concreto, treinta y siete meses de bajos precios que configuraron un escenario favorable para el impulso al consumo de los hogares y el repunte de las exportaciones. Pero ahora hemos igualado la tasa de inflación con nuestros vecinos del euro y la eliminación del diferencial amenaza con traducirse en una merma del poder adquisitivo y de la competitividad de nuestras empresas en su salida a los mercados exteriores.

"Evidentemente, hemos ganado mucho terreno en los últimos años, pero ahora estamos ya en clara desventaja, habiendo asomado la inflación estructural que padece la economía española desde hace décadas", sostiene el economista y profesor del IEB, Javier Santacruz.

Exceso de inflación entre el 93 y 2008

España mantuvo un exceso de inflación frente al resto de economías europeas que nos hizo perder competitividad durante quince años de crecimiento continuado, entre 1993 y 2008. En ese periodo, los salarios crecieron a tasas muy elevadas, contagiando a los precios, a lo que se sumó una importante apreciación del euro frente al dólar. Pero la espiral se rompió tras la crisis, gracias a la moderación salarial y al desplome del precio del petróleo. En septiembre de 2013, el diferencial de precios respecto a la eurozona volvió a ser negativo y recuperamos la ventaja competitiva.

Pero más allá del IPCA, Santacruz prefiere fijarse en el Índice de Tendencia de Competitividad (ITC) que elabora con periodicidad trimestral el Ministerio de Economía. Lo que hace el departamento que dirige Luis de Guindos es evaluar la competitividad relativa de España en función de la evolución de la productividad. Como resultado, el denominado ITC trimestral distingue la parte del precio (IPCs) y la vertiente de la productividad (Índices de Valor Unitario de Exportación o, por sus siglas, IVUs).

En cuanto al ITC calculado con IPC, mostró una caída del 0,7% en el tercer trimestre de este año, lo que supone una ganancia competitiva respecto a los Diecinueve difícil de sostener en este nuevo escenario en el que queda atrás el diferencial de inflación.

No en vano, la tasa anual del IPC en nuestro país se situó en septiembre en terreno positivo por primera vez en más de un año, con un avance del 0,2%, que intensificó en octubre hasta el 0,7%. Y las previsiones apuntan al alza. La Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) estima que los precios repuntarán con fuerza de aquí a febrero de 2017, cuando auguran un crecimiento del 2%. Para 2016 prevén todavía una media anual negativa del -0,3%, pero el próximo año el IPC despegará hasta el 1,5%.

Respecto a la competitividad calculada mediante IVU, revelaba ya en el segundo trimestre de este año (último dato disponible) una pérdida de ventaja del 0,1%, consecuencia de una caída más acusada en los precios de exportación de las economías de la eurozona que en los españoles.

Con todo, un análisis más pormenorizado del desglose del ITC pone de manifiesto que "España ha perdido competitividad con respecto a la eurozona, sobre todo, por el empeoramiento del tipo de cambio relativo", según detalla Santacruz. Es decir, un ?euro español? ahora vale menos que un euro del conjunto de la UEM. Pero la tendencia, asevera el economista, "sigue siendo de ganancia de competitividad frente a todos los países del euro, a excepción de Alemania".

Margen hasta 2018

En esta línea, Funcas afirma que el nivel de competitividad de las exportaciones españolas se mantendrá, al menos, hasta 2018, porque para que se produzca un perjuicio el diferencial negativo con la zona euro debe ser persistente.

Es la versión que sostiene el Gobierno, que niega que la competitividad de las empresas españolas se vaya a ver dañada porque nuestra economía "está viviendo una fase de crecimiento robusto, compatible con una inflación reducida", en palabras de la secretaria de Estado de Economía, Irene Garrido.

Pero el escenario se complica a partir de 2017, cuando los analistas auguran un avance del PIB mucho más moderado (2,5%, frente al 3,2 en 2016), en un contexto de precios más caros que pone contra las cuerdas nuestra ventaja competitiva. "Conviene recordar que cualquier deterioro de la competitividad tendrá un efecto en la recuperación de la economía", advierte CEOE. Por ello, la patronal aboga por mantener la moderación salarial para elevar la competitividad y favorecer la creación de empleo.

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