
A medida que economistas, inversores y empresarios comienzan a hacerse a la idea del republicano Donald Trump como presidente electo de Estados Unidos, las miras se dirigen a su plan para revitalizar la economía del país. Una hoja de ruta que a bote pronto entusiasmó a los mercados de renta variable patrios, gracias a propuestas como una masiva rebaja de impuestos o una importante inversión en infraestructuras y defensa, que puede alcanzar el billón de dólares durante los próximos años.
"El plan del presidente electo Trump reduce las tasas marginales del impuesto sobre la renta y también reduce las tasas del impuesto de sociedades", apunta Brett Ryan, economista de Deutsche Bank en Nueva York. "También ha discutido su deseo de derogar la Dodd-Frank y revertir otras regulaciones, pero aún no están definidas". También asegura que si sus propuestas se implementan completamente, la economía de EEUU "podría crecer entre un 3% y un 4% durante algún periodo de tiempo".
Un nivel que sobrepasaría el potencial actual del PIB estadounidense y que se distanciaría de la anémica tendencia que hemos visto en la primera mitad del año. Según distintas proyecciones, cuando Trump tome posesión oficial el próximo 20 de enero, heredará un país que en 2016 crecerá entre un 1,5 y un 1,6%, uno de sus peores niveles desde la Gran Recesión de 2009.
Efecto no inmediato
Sin embargo, el efecto de algunas de sus medidas no será inmediato. "Asumiendo que el presidente electo logre implantar los estímulos fiscales prometidos, el crecimiento a corto plazo recibirá un impulso pero no hasta finales de 2017 o comienzos de 2018", estima Nariman Behravesh, economista jefe de la consultora IHS Markit, quien cree que un endurecimiento de la política comercial y de inmigración lastrará el efecto positivo de las rebajas fiscales o la relajación en la regulación de distintos sectores, como el financiero. Sus previsiones apuntan que este año el PIB crecerá un 1,5% para alcanzar una media del 2,2 entre 2017 y 2019.
Desde Oxford Economics, su economista jefe, Gregory Daco, ha elaborado un modelo asumiendo las distintas políticas económicas planteadas por el multimillonario, que observa resultados dispares, desde una recesión en 2019 hasta un repunte del crecimiento por encima del 3%. El escenario base planteado por Daco observa un compromiso entre la Casa Blanca y el Capitolio, donde se impone un estimulo fiscal modesto y medidas proteccionistas muy concretas. El resultado observa un crecimiento del 2% el próximo año y del 1,8 en 2018, con una sola subida de tipos este año y otra en 2017.
Dicho esto, si Trump modera su tono agresivo en materia comercial a cambio de que el Congreso republicano le ofrezca un respiro con el techo de la deuda y esto le permita una mayor inversión en infraestructuras, además de sus rebajas de impuestos, la economía de EEUU puede llegar a ser hasta un 2% más grande en 2020 y generar hasta 2 millones de empleos más.
Por el contrario, si las relaciones entre establishment republicano y la Casa Blanca se ven afectadas por el tono que Trump emplee como mandatario, las tensiones pueden comenzar a notarse de forma inmediata, sobre todo en las negociaciones sobre el techo de la deuda en el primer trimestre de 2017. Los legisladores pueden cobijarse bajo las proyecciones del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, que estima que las propuestas del empresario duplicarán la deuda. Este escenario acabará por generar una recesión en los próximos dos años y recortar la fuerza laboral en 4 millones de empleos al término del primer mandato de Trump.