
El ministro británico de Finanzas, Philip Hammond, ha admitido que la eventual salida del Reino Unido del bloque comunitario o "brexit" ocasionará "un nivel sin precedentes de incertidumbre", que afectará a los pronósticos económicos del país.
Según indicó el titular de Economía a la cadena británica ITV, "no tiene sentido llorar sobre este hecho" y subrayó que esa incertidumbre será uno de los "retos" que planteará la separación entre Londres y Bruselas, acordada tras el pasado referendo del 23 de junio.
El político tory también reconoció que el Gobierno no tendrá claro cuáles serán los futuros acuerdos comerciales de este país cuando active el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que pone en marcha formalmente el proceso de dos años de negociaciones para ejecutar el "brexit".
En este sentido, admitió que podría llevar más tiempo del acordado fraguar algunos de los aspectos de los acuerdos comerciales en los que han de ponerse de acuerdo Londres y el bloque de los 27.
"Por supuesto, a los negocios les gusta la seguridad y ese es uno de los desafíos que afrontamos en los próximos dos años. Vamos a enfrentarnos a un nivel sin precedentes de incertidumbre y ese es uno de los factores que han ocasionado que muchos comentaristas vaticinen que habrá una ralentización en el crecimiento económico", dijo.
El ministro señaló que "los negocios se enfrentarán a la incertidumbre en los próximos dos años mientras se desarrollan las negociaciones" con la Unión Europea (UE).
Aunque la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, había indicado que activaría el Artículo 50 del Tratado de Lisboa -que marca el comienzo del proceso negociador del "brexit"- antes de que termine el próximo marzo, un fallo del Tribunal Superior determinó que éste no podría iniciarse sin la aprobación previa del Parlamento.
El Gobierno recurrió ese fallo ante el Tribunal Supremo -la máxima autoridad judicial en el Reino Unido-, que revisará el caso a partir del próximo 5 de diciembre.
Las infraestructuras, elemento clave en los presupuestos
Por otra parte, el primer plan presupuestario de Reino Unido desde el referendo del 'Brexit' tratará de preparar la economía para los desafíos que conlleva salir de la Unión Europea y ayudar a las familias más necesitadas en los tiempos que se avecinan, ha señalado este domingo Hammond.
Sin embargo, reconoció que los niveles de deuda pública eran grandes y que posiblemente no anuncie un gran aumento en el gasto cuando explique los planes económicos del nuevo gobierno británico el miércoles.
"Tenemos que asegurarnos de que la prosperidad que provenga de aprovechar las oportunidades que tenemos por delante sea compartida en todo el país y a través de la distribución de los ingresos", hizo saber el ministro a la cadena británica BBC.
A primera hora de este domingo, el Tesoro hizo saber que Hammond anunciaría 1.300 millones de libras (1.500 millones de euros) en nuevos gastos en infraestructuras como parte de sus planes para reforzar la economía de cara a los dos años de conversaciones sobre la salida británica de la UE, que deberían comenzar a principios del año próximo.
Con la economía británica enfrentando una desaceleración el próximo año y en 2018 a raíz del 'Brexit', Hammond redujo el objetivo de su predecesor, George Osborne, de convertir el déficit presupuestario en un superávit para el 2020.
También dijo que quiere flexibilidad para aliviar el apretón fiscal de Reino Unido si la economía enfrenta dificultades en los próximos años. Sin embargo, reiteró el domingo que su margen de maniobra es limitado, a pesar de que la economía británica se ha comportado mejor de lo esperado después del referendo del 23 de junio para abandonar la UE.
"Estamos muy limitados en cómo podemos abordar esto, tenemos que hacerlo con cautela y de manera apropiada", dijo Hammond a ITV en una entrevista separada.