
Un grupo de economistas de Goldman Sachs cree que el mix de políticas económicas que quiere implementar Donald Trump en EEUU pueden desembocar en estanflación. Esta palabra, que es el resultado de mezclar los vocablos stagnation e inflation, define el estado de una economía que sufre una inflación elevada, un crecimiento nulo o mediocre y un desempleo creciente.
Los expertos de Goldman sostienen que algunas propuestas de Trump posiblemente estimularán el crecimiento económico de EEUU a corto plazo, pero otras de las 'medicinas' que defiende el magnate tendrán un efecto nocivo a largo plazo, que podría dejar a la mayor economía del mundo sumida en la estanflación, como ya ocurriera durante los años 70.
Según recoge Bloomberg, desde Goldman Sachs apuntan a que "el impulso fiscal, la construcción de infraestructuras y la reforma del sistema impositivo tendrá un efecto positivo a corto plazo que podría estimular el crecimiento, pero también podría tener efectos negativos por el lado de la oferta a largo plazo", según destaca el equipo lideradO por Alec Phillips y Sven Jari Stehn.
Si Trump termina poniendo en marcha todas sus promesas, entre las que se encuentran limitar el comercio internacional, expulsar a inmigrantes y cerrar las fronteras, el impacto a corto plazo sería un incremento del PIB en 0,2 puntos porcentuales en la segunda mitad de 2017, respecto al escenario base ( que planea un crecimiento cercano al 2%). No obstante, para 2018 y 2019 el PIB crecería alrededor de 0,5 puntos porcentuales menos, mientras que la inflación sube hasta un 2,3% y la tasa de paro escala hasta el 5,3% (ahora está en el 4,9%). Es decir, los precios crecerían con más fuerza que el crecimiento real de la producción, aún así, el desfase no sería excesivo.
Sin embargo, el equipo de Goldman muestra que en el escenario más adverso posible con Trump, el crecimiento real del PIB puede caer hasta el 0,8% en 2018 y 2019 mientras que la inflación toca el 2,3% a principios de 2019. En este escenario, la Reserva Federal subiría tipos y retiraría estímulos durante los primeros años, pero se vería obligada a detener esta normalización de la política monetaria en 2019 por culpa del bajo crecimiento y el creciente desempleo.
¿Por qué estanflación?
Una política proteccionista puede tener una enorme influencia sobre los precios. Un incremento de los aranceles se traducirá probablemente en un aumento similar de todos los productos importados y, por ende, en unos precios al consumo superiores. Más en EEUU, una economía con un fuerte déficit comercial y que importa grandes cantidades de bienes y servicios hasta completar el largo proceso de la cadena de valor añadido que se producen dentro del país.
Nouriel Roubini, profesor de Finanzas en la Universidad de Nueva York, explica en Project Syndicate, que un Donald Trump que cumpla con todas sus promesas destrozará los tratados de libre comercio con algunos países de Asia y con México, "además impondrá grandes tarifas sobre las importaciones chinas... Un Trump radical incrementaría de forma importante el déficit público y dañaría de forma significante la economía".
Por otro lado, James J. Angel, profesor en Georgetown University, explica a la NBC que "la mayoría de la gente no se da cuenta de que ninguna cantidad de barreras proteccionistas van a traer de vuelta unos puestos de trabajo que están condenados de cualquier forma".
"Si todo lo que hace es alejarse de los acuerdos comerciales, eso dañará seriamente a la economía global, un daño que será duradero y que tampoco servirá para ayudar a la gente que quiere", explica Angel.
En la misma línea se expresa Lawrence White, profesor de Economía en el Stern School of Business, "Trump asegura que va a devolver el trabajo a EEUU. Eso favorecerá a empresas como las siderúrgicas, las del carbón y quizá a otros sectores concretos. Pero en general, es poco probable que las empresas se beneficien de la agenda de Trump... Sería volver a la década de los 50, una experiencia desgarradora".
Las restricciones sobre el comercio podrían poner en riesgo millones de empleos en EEUU en el sector exportador y elevar con fuerza los precios de los bienes y servicios: "Podría suponer unos bienes más caros en EEUU y no sé cómo se sentirán los consumidores americanos cuando vean precios mayores en Walmart y Target", destaca Mitchell Goldberg, presidente de ClientFirst Strategy.
Este último experto comenta que sería interesante ver el precio final de un iPhone si todo su proceso de fabricación se realiza en EEUU. El precio final sería muy elevado para los consumidores norteamericanos, mientras que el resto de consumidores del mundo no querrían comprar un teléfono a ese precio.
Por un lado se destruirían los empleos que se crean fuera de las fronteras de EEUU para fabricar los productos de Apple, y por otro lado los puestos que se crearían en EEUU serían una incógnita, puesto que exportar un iPhone con un precio muy superior al actual sería una misión casi imposible, mientras que otras empresas produzcan teléfonos de características similares a unos precios mucho más reducidos.
Estos expertos también creen que "dependiendo de como actúe la Fed al ver cómo suben los precios, se podría ver de nuevo un periodo de estanflación", comenta Marcus Noland, director de estudios en Peterson Institute for International Economics.