
El 'helicóptero del dinero' es un híbrido entre política fiscal y monetaria. Se trata de la capacidad del banco central para imprimir dinero, ya sea en forma de billetes o anotándolo en los balances de los bancos, los gobiernos o de los individuos. La transferencia directa a los consumidores sería la forma más novedosa y la única que podría implementarse de forma legal en la Eurozona (puesto que la legislación europea prohíbe explícitamente monetizar la deuda pública), sin embargo su eficacia no está del todo clara, como muestran desde el banco holandés ING.
Un estudio de ING sugiere que no supondría un gran avance para la economía poner en marcha esta controvertida herramienta, mitad fiscal y mitad monetaria, porque la mayor parte de los consumidores preferirían ahorrar. No obstante, cuenta con un amplio apoyo de los consumidores: "No voy a gastar el dinero, esta política no va a funcionar, pero dame el dinero de todas formas, por favor", es la respuesta generalizada.
La encuesta al detalle
Si cada persona fuese a recibir 200 euros en su cuenta bancaria cada mes, durante un año, sin ningún tipo de compromiso de devolución, los encuestados en 12 países europeos respondieron que se inclinaban más hacia ahorrar el dinero que a gastarlo. Los resultados se basan en un sondeo entre aproximadamente 12.000 consumidores, realizado por Ipsos entre el 3 y el 24 de junio.
Solo un 26% aseguró que gastaría la mayor parte del dinero, mientras que un 52% dijo que lo ahorraría, invertiría o dejaría intacta la mayor parte. Un 15% aseguró que lo dedicaría a pagar deudas.
"Si la gente se comportara tal y como han declarado en la encuesta, habría que cuestionar la efectividad de este tipo de estímulo", ha declarado Ian Bright, economista senior en ING. Este experto cree que una alternativa sería dar el dinero al Estado para gastar en infraestructuras, recortar impuestos o para pagar parte de la deuda nacional. Una opción impensable para el BCE, puesto que tiene prohibido financiar a los gobiernos de forma directa.
Por otro lado, dos de cada tres encuestados creen que este tipo de política no tendría efectos sobre los precios, un 34% cree que supondría unos mayores niveles de inflación, mientras que un 17% dice no saber lo que pasaría y un 7% cree que la inflación sería menor.
Un efecto limitado
Dado el escaso porcentaje de europeos que utilizarían ese dinero extra para consumir, desde ING se cree que el impacto sobre el crecimiento sería muy limitado. Además habría que tener en cuenta que parte de ese consumo se produciría sobre bienes y servicios importados. Algunas alternativas podrían pasar por entregar cupones de compra con fecha de caducidad y que fueran intransferibles. Por otro lado, financiar directamente el déficit público de los gobiernos también obtendría unos mejores resultados.
Aunque la idea del 'helicóptero del dinero' pueda parecer extraña, el concepto fue utilizado por primera vez por el premio Nobel Milton Friedman hace casi cincuenta años. Esta herramienta se ha debatido de forma seria entre los economistas, después de que los billones de euros que los bancos centrales de todo el mundo han aportado a los mercados financieros en los últimos años no hayan conseguido revitalizar el crecimiento y la inflación. Los responsables políticos no han indicado si lo consideran una herramienta válida.
El presidente del BCE, Mario Draghi, lo ha calificado como "un concepto muy interesante" este año, aunque sus colegas dicen que no lo han discutido como una opción. El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, ha descartado repetidamente el 'helicóptero del dinero', argumentando que no se está considerando y que la ley lo prohíbe, mientras que el gobernador del Banco de Inglaterra lo ha calificado como "una ilusión".