
Como ya adelantó el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, el Consejo de Ministros aprobará mañana la prórroga presupuestaria para el próximo año, y lo hará in extremis, ya que el proyecto debe ser remitido a Bruselas al día siguiente, el mismo sábado.
En teoría, el 15 de octubre España debería demostrar a la Comisión Europea que adopta medidas efectivas para la contención del déficit público, cuyo objetivo es del 4,6% este año y del 3,1% el próximo, y que implica la reducción de aproximadamente cuatro décimas de saldo negativo frente al cierre de ejercicio de 2015.
Pero, en la práctica, nuestro país llevará a las autoridades comunitarias una extensión de las Cuentas de 2016, en la que no tendrá cabida ninguna modificación fiscal, sino tan sólo la actualización de ingresos y gastos según el rumbo económico, basado en unas previsiones de crecimiento del 2,3%.
Aunque la prórroga presupuestaria no implica necesariamente que el Gobierno en funciones esté atado de pies y manos para evitar que algunos colectivos dependientes del Estado, como empleados públicos y pensionistas, sufran una congelación de sus retribuciones. Al contrario, el Consejo de Ministros podría introducir mañana partidas de urgente necesidad como la revalorización de las pensiones y el aumento de los salarios en el sector público.
El FMI ya está en España
De todos modos, las finanzas españolas no serán escrutadas sólo por Bruselas próximamente. La Misión del Fondo Monetario Internacional, encabezada por Andrea Schaetcher, comienza a partir de hoy y hasta el 25 de octubre el repaso anual a la economía española, como obliga el Artículo IV que rige a los 189 miembros de la institución. Un análisis que llega con retraso, ya que los funcionarios de Washington suelen desembarcar a finales de primavera, dado el bloqueo político. Schaetchter y su equipo se reunirán a partir de hoy con miembros del Ejecutivo interino, del Banco de España, representantes de los distintos partidos políticos, patronales y sindicatos.
Según las proyecciones del FMI, el PIB español crecerá un 3,1% este año y su expansión se moderará hasta el 2,2% en 2017. Desde la institución ya adelantaron que nuestro país cumplirá con las metas de déficit, tanto en 2016 como en 2017. Sin embargo, a partir de entonces volvería a producirse un desvío. Al mismo tiempo, la tendencia en el crecimiento disminuye a medio plazo, un hecho que implica retos significativos desde el punto de vista fiscal.
Desde Washington han advertido que el ratio de deuda con respecto al PIB sobrepasará este año el 100%, un nivel elevado que obligará al próximo Gobierno a continuar con un ajuste aproximado de medio punto porcentual en términos estructurales. El FMI recomienda un paquete neutral para el presupuesto en España, que incluya una disminución del impuesto de la renta, un aumento del IVA, incrementar las tasas medioambientales y de la eficiencia del gasto.