Economía

Deuda Pública: una cuestión urgente

Con un incremento de 18.549 millones de euros en deuda pública en el mes anterior, hemos sobrepasado la ratio del cien por cien sobre el PIB, atendiendo a criterios de déficit excesivo. Debe tenerse presente que si se computaran todas las emisiones en las que participamos, por ejemplo Frob, o participaciones en rescates a otros países, estamos en un ratio muy superior.

Aún atendiendo a la deuda computada bajo déficit excesivo, no hace falta decir que la cifra es elevadísima, un nivel no alcanzado desde 1902. España tiene un problema en el déficit público, cuentas públicas que son hoy una fuente de preocupación, más si tenemos en cuenta que Bruselas ha estrechado el cerco sobre nosotros. No olvidemos que seguimos con un Gobierno en funciones, aun cuando parece que nos situamos más cerca de formar Gobierno.

Alguna voz crítica y alejada de la realidad ha empezado a decir que siempre que hemos sobrepasado estos niveles, posteriormente se ha hecho default o, si no, impagamos, algo que hoy por hoy todo el mundo descarta. Aun cuando la comparación resulta odiosa, y no creo que ni siquiera se deba hacer, lo que si se pone de manifiesto es que ahora mismo, desde el punto de vista fiscal, España debe acometer un profundo ejercicio de estabilización de su nivel de deuda.

Hay que recordar que antes del 15 de octubre España debería tener ya una propuesta fiscal para reducir el déficit público, pero a la vez y con miras más altas lo que España, lo que debería hacer es modificar el dibujo fiscal. La grave crisis que ha asolado este país ha desnudado la situación y nos ha demostrado que España no está preparada, en materia fiscal, para hacer frente a grandes contingencias. Esa reforma debe buscar que la ratio actual descienda hasta niveles cercanos a una ratio del 60 por ciento. Desde luego es un objetivo exigente y a muy largo plazo, pero necesario, más si cabe si tenemos presente el fuerte envejecimiento de nuestra sociedad y sus consecuencias en temas de pensiones, productividad, pautas de consumo y gasto en sanidad.

El Gobierno central ha comentado que es una situación temporal y que se reconducirá a lo largo del año para volver a situarse por debajo del 100 hasta, prácticamente, el 99 por ciento. Aduce como causa a vencimientos de deuda concentradas y otras situaciones puntuales. Aun cuando se reconduzca la situación, algo que me parece demasiado optimista, una cifra del 99 por ciento sigue siendo muy alta y, a la larga, guste o no, nos traerá problemas de crecimiento.

Por ejemplo Funcas ya nos habla de dos puntos que el nivel de la deuda detraerá al crecimiento durante los próximos ejercicios. Los ejercicios de previsión económica, más todavía los de muy largo plazo, hay que cogerlos más como pautas que como hechos. Pero no debemos olvidar, e insisto nuevamente en el problema del fuerte envejecimiento de la población en España, algo que en combinación con el actual nivel de deuda constituye una bomba de relojería para nuestras futuras generaciones y por supuesto para todos nosotros los de la generación del baby boom.

Ahora mismo, en el corto plazo, la situación parece bastante controlada y además abordable. El Tesoro viene desde hace tiempo alargando el calendario de vencimiento de nuestra deuda pública a unos tipos muy bajos. Es más, actualmente las emisiones con vencimiento de tres años o menos se emiten a tipos de interés negativo. Esta situación está provocando que actualmente los intereses a pagar se sitúen por debajo del crecimiento del PIB, algo básico y que ayuda mucho a ese objetivo de estabilización del saldo vivo de deuda.

Sin embargo, a la hora de analizar esta situación es necesario tener presente que el bajo nivel de tipos de interés actual está condicionado por las compras de deuda pública que mensualmente realiza el BCE; sin estas compras los tipos de interés que España pagaría serían mucho más altos y elevados. Precisamente la actuación del BCE influye también en otras dos variable: financiación y prima de riesgo.

Mientras que el BCE siga comprando deuda la financiación estatal parece garantizada o al menos cuanta con un gran aliado. Esta alianza se traduce en una prima de riesgo relajada; precisamente esta misma semana que alcanzábamos ese cien por cien, se ha llegado a una cotización de la prima de riesgo frente a Alemania por debajo de los cien puntos básicos. Mis previsiones son que la compra de deuda va para un largo periodo; en Europa hoy por hoy no existen síntomas de inflación y previsiblemente el crecimiento no se va a disparar.

Una vez más se debe tener presente que en la lucha contra la crisis solo se está actuando con la política monetaria, sin ningún apoyo de la fiscal y encima los gobiernos son reacios a llevar a cabo reformas, algo que sin duda se traduce en freno al relanzamiento económico.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es el rating. En nuestro caso, y dado que la financiación por el efecto BCE parece garantizada hoy, no se vislumbra una posible rebaja de nuestra nota.

Desde luego por las condiciones tan especiales que se dan en los escenarios de corto plazo el problema parece controlado, sin embargo y con vista a las consecuencias del largo todo nos lleva a la necesidad de primero estabilizar la deuda, luego de comenzar a rebajar su peso sobre el PIB, algo que se producirá lentamente y siempre y cuando haya voluntad política y el Gobierno tome las medidas necesarias para llevarnos a la consecución de ese objetivo.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky