
Fue el primer Jueves Negro antes de "el Jueves Negro". Fue la primera Gran Depresión antes de "la Gran Depresión". Un pánico en Wall Street que forzó al cierre de la bolsa, causado por una burbuja ferroviaria (no era la primera del siglo XIX, ni mucho menos), y con todos los ingredientes habituales: exceso de especulación, sobreendeudamiento y la chispa del colapso de un banco. Suena a 2008, y como entonces, fue un día de septiembre, el 18 de septiembre de 1873.
Como recordaba recientemente la Reserva Federal de Nueva York, el siglo XIX fue el siglo de los trenes, al menos en cuanto a burbujas y pánicos en EEUU. Las crisis de 1837 y 1857 pueden achacarse a un exceso de inversión en ferrocarril que, mal dirigida, acababa poniendo en duda la salud del sistema financiero al completo. Y lo que pasó en la siguiente, también, pero con consecuencias todavía más grandes, provocando la recesión más larga de la historia del país.
Al modo de Lehman Brothers, entonces también fue el hundimiento de un banco lo que desencadenó el pánico. Jay Cook & Co., fundado en 1861, entidad que hizo fortuna gracias a los bonos de la Guerra Civil, se embarcó en agresivas inversiones ferroviarias, especialmente en el Northern Pacific Railway que tenía que unir Seattle con Duluth, en Minnesota, siguiendo el borde de la frontera con Canadá, más de 2.500 kilómetros. El objetivo final era que las mercancías llegaran al Este de EEUU y ahí a Europa.
El escándalo de Credit Mobilier
Además de problemas con la gestión, el proyecto finalmente se fue a pique por un escándalo paralelo, el de Credit Mobilier y la Union Pacific Railroad, línea que tenía que unir San Francisco con el ferrocarril existente en Iowa para completar otra conexión Oeste-Este, impulsada por el gobierno. Los accionistas de Union Pacific crearon una constructora Credit Mobilier, a la que dieron los derechos sobre la línea. Esta empresa a su vez compró bonos y acciones emitidos por Union Pacific con el dinero que ésta le daba por construir la línea, para luego vender esos bonos y acciones.
Se trataba de multiplicar el beneficio en la fase de construcción (Credit Mobilier cobraba a Union Pacific y ésta a su vez cobraba al gobierno, inflando los costes), porque los accionistas de Union Pacific no creían poder obtener rentabilidad simplemente operando la línea de ferrocarril. Entre esta estafa, sobornos a congresistas y sobrecostes hasta tal punto que se estima que más de la mitad del dinero invertido fue dedicado a actividades ajenas a la construcción.
El escándalo se destapó en 1872, y provocó una reacción en contra que hizo que el Gobierno fuera mucho más reacio a seguir financiando el ferrocarril. (Como apunte: en 1873, el especulador Jay Gould, quien provocara el Black Friday de 1869, se quedó Union Pacific, con la línea ya construida, precisamente tras hundirse sus acciones por el pánico de 1873).
Burbujas y dinero europeo
Volviendo a Jay Cook & Co., ese 1872 la compañía ya sabía que su proyecto no tenía futuro, pero además el entorno internacional, clave para su desarrollo, no acompañaba. En Europa, el colapso de la bolsa de Viena en mayo de 1873 provocaba la primera gran crisis económica internacional, aunque tras cerrar el mercado tres días y estabilizarse la situación, parecía que la crisis quedaba confinada al imperio austro-húngaro. El papel europeo en el colapso de Jay Cook, especialmente los inversores alemanes, fue importante, porque el banco confiaba en ellos para cubrir los problemas de financiación que estaba teniendo en su país.
Desde mediados de los 60 de ese siglo, los inversores alemanes habían mostrado mucho interés en bonos y acciones ligadas al ferrocarril de EEUU tras el final de la Guerra Civil, aprovechando entre otras cosas el dinero que llegaba de Francia como consecuencia de las indemnizaciones que tenía que pagar por la guerra Franco-Prusiana.
Pero la liberalización de la economía alemana y la propia burbuja inmobiliaria que se vivió en buena parte de Europa hicieron que los alemanes obviaran EEUU, especialmente tras los escándalos políticos. Pero tampoco se libraron del pánico, como demostró el hundimiento de la bolsa de Viena.
El revés que supuso el descenso de la llegada de fondos europeos fue la estocada de Jay Cook & Co (que también sufría por el fin del bimetalismo, que provocó una restricción monetaria en EEUU), que seguía perdiendo dinero sin control, y finalmente el 18 de septiembre de 1873 suspendió las retiradas de depósitos de sus oficinas en Nueva York y Filadelfia. Y se desató el pánico.
Un grito que hizo temblar la bolsa
Como recordaba el New York Times de aquel día: "Decir que la calle se puso nerviosa sería dar solo una imagen endeble de los sentimientos que afloraron. Los brokers se quedaron totalmente atónitos por un momento, y entonces hubo una carrera generalizada para notificar la quiebra... Algunos hombres que se habían arruinado juraron, otros lloraron, otros salieron a la calle sin decir palabra, otros hablaban alegremente de sus problemas y se marchaban a intentar pedir dinero a sus amigos".
El New York Tribune aseguró que "se elevó un grito monstruoso que literalmente hizo parecer que el edificio temblaba". Fue el primer Jueves Negro de la historia financiera, aunque luego sería eclipsado por el del 24 de octubre de 1929. La bolsa de Nueva York cerró, y el pánico financiero pareció, por un momento, controlado.
Pero el hundimiento de Jay Cook provocó un efecto dominó que se llevó a otras entidades, quebraron empresas y el desempleo se disparó. Los problemas fueron de tal magnitud que entonces se le llamó la "Gran Depresión". El pánico financiero que pocos meses antes había llegado del Viejo Continente, volvió con fuerza a Europa, que se contagió y vivió su propia parte de depresión, siendo especialmente dura en Inglaterra. Y duró hasta la primavera de 1879, al menos en EEUU, 65 meses de contracción que superan los 43 de la Gran Depresión provocada por el crac de 1929.
En el debate queda si la respuesta, que inicialmente fue dar liquidez para evitar más problemas pero que pronto se transformó en una restricción monetaria al retomar el patrón oro, fue la causante de que esta primera Gran Depresión fuera finalmente la Depresión Prolongada (Long Depression en inglés).