
La agencia de calificación Standard & Poor´s reconoció en un informe que muchos países han realizado importantes progresos a la hora de contener el impacto del envejecimiento de su población en las finanzas públicas. Sin embargo, sin un mayor recorte presupuestario o más reformas para reducir el gasto en pensiones y seguridad social, las calificaciones de muchos países podrían seguir cayendo en la primera mitad del siglo XXI.
En un análisis sobre el impacto fiscal que el envejecimiento en un total de 58 países, Marko Mr'nik, autor del documento, considera que "los cambios estructurales adoptados por muchos soberanos en los últimos años, particularmente en lo que a costes de pensiones se refiere, debería ayudar a conseguir una estabilización fiscal a largo plazo".
Dicho esto, este experto advierte que "casi todos los países sufrirán un profundo deterioro de sus finanzas públicas si no toman medidas adicionales, especialmente en gastos de salud y programas para fomentar el crecimiento económico", aclara.
De hecho, sin medidas de contención adicional, S&P concluye que la deuda pública neta media de los países estudiados podría dispararse hasta el 130% del PIB en 2050 frente al 43% de media actual.
En este sentido, según los cálculos de la agencia de calificación, en un escenario donde no se contemplen más reformas adicionales, el 25% de los 58 soberanos analizados podrían ver como su calificación de deuda cae hasta un grado considerado especulativo (BB+ o menor) en los próximos 34 años.